Analistas políticos que observan el actual enfrentamiento entre Estados Unidos y Francia por Iraq en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se preguntan si los días del foro mundial están contados.
En el auge de la guerra fría entre los bloques soviético y capitalista, en la década de 1960, un diplomático peruano calificó a la ONU como una institución políticamente débil que sólo sobrevivía por la voluntad de las grandes potencias.
Cuando dos pequeñas potencias tienen una disputa, la disputa desaparece. Cuando una gran potencia y una pequeña potencia están en conflicto, la pequeña potencia desaparece. Y cuando dos grandes potencias tienen una disputa, la ONU desaparece, sentenció el diplomático.
El actual enfrentamiento entre potencias en el Consejo de Seguridad se debe a la intención de Washington de hacer aprobar una resolución que autorice el ataque a Iraq, con el argumento de que ese país del Golfo incumplió las demandas de desarme de la ONU.
Pero Francia y Rusia, dos de los cinco miembros permanentes del Consejo, con poder de veto, advirtieron el lunes que votarían en contra de tal resolución.
China, otro miembro permanente, también se pronunció contra la guerra, aunque no aclaró si ejercería su facultad de veto. Los otros dos integrantes permanentes son Estados Unidos y Gran Bretaña, que promueven la acción militar.
Enfrentados a una derrota casi segura, Washington y Londres decidieron postergar la votación de una moción que daría al presidente iraquí Saddam Hussein un ultimátum para demostrar que eliminó todas sus armas de destrucción masiva.
El gobierno de Bush pretendía que la votación se realizara este martes, pero el Consejo acordó realizar nuevas sesiones abiertas sobre Iraq, a pedido del Movimiento de Países No Alineados, integrado por 115 países en desarrollo.
La votación se demorará entonces hasta este jueves, por lo menos, dijeron diplomáticos.
Ante la amenaza de frustración de los planes de guerra inmediata del presidente estadounidense George W. Bush, éste advirtió que las naciones libres no deben permitir que la ONU desaparezca en la historia como una sociedad de debate, ineficaz e irrelevante.
Si la organización mundial no afirma su autoridad, advirtió Bush, correrá el mismo destino que la extinta Liga de Naciones, que fue disuelta en 1946 porque no pudo detener la agresión militar que condujo a la segunda guerra mundial.
Y si el Consejo decide esta semana rechazar una moción de Estados Unidos para lanzar la guerra en Iraq, Bush atacará Bagdad de todas formas, apoyado por una coalición de los dispuestos, aseguró el presidente.
Por otra parte, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, advirtió el lunes en Washington que, sin el respaldo del Consejo, una guerra contra Iraq carecería de legitimidad y sería violatoria de la Carta de las Naciones Unidas.
Además, Annan discrepó con la visión de Bush sobre el futuro del foro mundial, y advirtió que si se adopta una acción fuera del Consejo contra Iraq, el apoyo mundial a esa medida disminuirá.
Decir que si el Consejo de Seguridad no vota de determinada manera correrá el destino de la Liga de Naciones es exagerado. La ONU es mucho más que la crisis de Iraq, dijo a la prensa la semana pasada.
El secretario general se quejó de la excesiva preocupación de la comunidad internacional por Iraq, al punto de que ignora algunos de los problemas humanitarios más acuciantes.
Tenemos crisis económicas, sociales, humanitarias y de otro tipo. Y tenemos muchas otras crisis en todo el mundo aparte de la de Iraq, dijo.
Se sugiere que si el Consejo no vota por la acción, su credibilidad se menguará mortalmente. Pero yo creo que si el Consejo logra unirse para resolver esta crisis de forma exitosa, su credibilidad e influencia aumentarán, declaró Annan.
Además, una resolución exitosa de la crisis de Iraq también podría producir resultados positivos en el problema más acuciante de Medio Oriente, el conflicto palestino-israelí, dijo el secretario general.
Mark Lance, profesor adjunto de paz y justicia de la Universidad de Georgetown, en Washington, opinó que una acción unilateral de Estados Unidos sería un ejemplo de que la única superpotencia del mundo hace lo que le place.
Si un estado poderoso puede ir a la guerra (en forma unilateral) sin que ello origine consecuencias en la ONU, y si un estado poderoso puede sobornar o amenazar a otros países para que apoyen sus guerras, entonces la ONU ya es irrelevante como árbitro del derecho internacional, agregó Lance.
Existen otras señales del fracaso del multilateralismo.
La Conferencia sobre Desarme, el único foro multilateral dedicado al debate sobre el control de armas, está paralizada desde hace años debido principalmente a la insistencia de Estados Unidos en las negociaciones bilaterales.
Una invasión de Iraq podría terminar con esa organización con sede en Ginebra, advirtió un diplomático latinoamericano que solicitó reserva.
Pero existen visiones más positivas sobre el futuro de las organizaciones intergubernamentales.
Claude Martin, director general del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), dijo confiar en que nuevas alianzas mitiguen las actuales fallas del sistema multilateral.
Tales alianzas incluyen nuevas constelaciones de gobiernos, instituciones intergubernamentales, organizaciones no gubernamentales de ambiente y desarrollo, empresas con visión de futuro y pensadores creativos, agregó Martin.