(Día Internacional de la Mujer) POBLACION-CUBA: Cada vez más jefas de hogar

La creciente cantidad de hogares de Cuba encabezados por mujeres preocupa a la Iglesia Católica de la isla, pero otros sectores sólo ven en el fenómeno signos del tránsito hacia un nuevo modelo de familia.

”En Cuba se está instituyendo un matriarcado, y la crisis del padre afecta de modo creciente” a los hijos, afirmó el arzobispo de la Habana, cardenal Jaime Ortega, en su más reciente carta pastoral (documento con orientaciones para los fieles).

La familia sufre el ”peso devastador” del ”extraordinario número de divorcios y uniones libres”, y la figura paterna ”se hace cada vez más desvaída”, por ausencia física o carencia de autoridad, opinó.

”Las perspectivas de futuro no son así halagüeñas, pues faltan paradigmas, modelos que las nuevas generaciones puedan tener ante sí para inspirarse en ellos”, concluyó Ortega.

Pero Manuel Cuesta, secretario general de la opositora Corriente Socialista Democrática (CSD), comentó que se avanza hacia ”un nuevo tipo de familia”, en el marco de nuevas formas de organización social, y que ”esto no necesariamente tiene que ser negativo, como está demostrado en muchas naciones”.
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La CSD integra la Mesa de Reflexión de la Oposición Moderada, coalición disidente ilegal pero tolerada por el gobierno.

Según datos oficiales, a fines de los años 90 más de un tercio de los hogares del país estaban encabezados por una mujer, abocada en muchos casos a multiplicarse para afrontar un trabajo fuera de su casa, las labores hogareñas y la educación de sus hijos.

En 2001 hubo 37.260 divorcios en Cuba, que tiene unos 11 millones de habitantes. Los picos en la materia de los últimos 10 años se registraron en 1992, con 63.432, y 1993, con 64.938. Desde entonces, el número de disoluciones de lazos conyugales disminuyó.

Esos años fueron los más difíciles de la crisis vinculada con la desaparición de la Unión Soviética y el llamado campo socialista, pero en ellos aumentaron también las bodas, que fueron 191.429 en 1992, y 135.138 en 1993.

Los años 90 fueron además pródigos en uniones consensuales, un tipo de vínculo por el cual optan cada vez más parejas, a veces más que las casadas legalmente.

En 1994, una investigación de la Oficina Nacional de Estadísticas permitió comprobar que de 147.265 madres cubanas, unas 63.000 estaban casadas y otras 77.494 se declararon ”acompañadas”.

Los divorcios atentan contra la familia, pero a la vez pueden indicar avances, opinó la psicóloga y profesora universitaria Patricia Arés, autora de varios libros sobre el tema.

”La gente tiene conciencia de cuándo las cosas no están bien, y busca que el vínculo sea satisfactorio. No quiere vivir en pareja como algo irremediable, sino para ser feliz, y eso expresa un desarrollo de lo individual”, comentó.

La publicista Carmen Rodríquez, de 55 años y divorciada, dijo a IPS que no profesa religión alguna pero coincide ”plenamente” con la preocupación de Ortega.

”Son demasiados los hijos de padres divorciados que no tienen concepto de familia, y al entrar en la vida adulta no quieren asumir responsabilidades de ese tipo”, afirmó.

Rodríguez teme por su hija, estudiante universitaria de 22 años, en cuyos planes no figuran el matrimonio y los hijos.

”¿Tener muchachos para que después el padre se vaya de casa y nos deje solos?”, responde la joven, según su madre, cuando se habla del asunto.

El ex marido de Rodríguez pidió el divorcio cuando su hija tenía 11 años, y se distanció de la niña.

”Fue muy difícil para ella y siempre dice que no quiere que otros pasen por eso”, explicó la publicista.

Rodríguez cree que las principales causas de que muchas mujeres jóvenes eviten el matrimonio y la maternidad son los rigores económicos, incluyendo la escasez de vivienda.

Pero varios especialistas consideran que ese factor no es determinante, y mencionan como causas ”positivas” el alto nivel de educación y la masiva incorporación de la mujer a posiciones sociales decisivas.

Además, la sociedad cubana actual acepta la unión sin papeles de las parejas, y los hijos nacidos en ese marco tienen los mismos derechos que los de matrimonios, apuntan.

”Antes que crisis ética, las uniones consensuales evidencian en la generalidad una nueva concepción sobre la familia”, opinó el jefe del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadísticas, Juan Carlos Alfonso Fraga.

La alta tasa de divorcios permite vislumbrar ”el arquetipo de la nueva familia, desprovista de toda hipocresía y auténticamente cimentada en nuevas concepciones de la vida”, aseveró la jurista y profesora universitaria Olga Mesa.

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