DESARROLLO-AMERICA LATINA-CARIBE: Acelerado aumento de remesas

Las remesas de dinero que caribeños y latinoamericanos residentes en el mundo industrializado envían a sus países de origen sumaron por lo menos 32.000 millones de dólares en 2002, 17,6 por ciento más que el año anterior, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Ese dato, divulgado el viernes, ubica a América Latina y el Caribe como la región del mundo que recibe más remesas, con casi un tercio del total, pero también destaca las críticas situaciones en la región que expulsan a personas en busca de trabajo hacia países más ricos.

”El volumen de remesas aumentó en forma dramática”, comentó en un comunicado el gerente del Fondo Multilateral de Inversiones del BID, Donald F. Terry.

El monto total es seguramente mayor, ya que parte de las remesas no se registran como tales, para eludir costos de la transferencia ibnternacional de dinero.

El acentuado incremento de 2002 se produjo tras dos años consecutivos de importantes aumentos, que acumulan casi 40 por ciento desde 2000.

El año pasado, aumentaron por lo menos 10 por ciento las remesas a todos los países de la región excepto Bolivia, y los mayores incrementos se registraron en los envíos a Colombia (28 por ciento), Jamaica (27 por ciento) y Perú (24 por ciento), señaló el BID, con sede en Washington.

En los últimos tres años, el aumento de remesas hacia América Latina y el Caribe fue responsable de más de 60 por ciento del incremento total en la materia, destacó.

En 2002, esos envíos de dinero a la región sumaron un monto mayor que el de la asistencia oficial al desarrollo que recibe, y fueron casi equivalentes a la inversión extranjera directa en Anérica Latina y el Caribe, añadió.

Pero esos datos no parecen un buen presagio para las maltrechas economías de la región, opinó la Vicki Gass, de la Oficina de Washington para America Latina (WOLA, por sus siglas en inglés), que brinda asesoramiento en la elaboración de políticas estadounidenses para América Latina.

El aumento de las remesas ”indica la dependencia de los países ricos de las familias de quienes debieron dejar sus países de origen, debido a problemas económicos y sociales”, arguyó.

En la region ”es muy escaso el acceso a servicios de salud y educación, pese a las garantías en la materia establecidas por las constituciones de muchos países”, sostuvo Gass.

Pero el economista Manuel Orozco, del grupo de expertos impulsores del libre mercado Diálogo Interamericano, con sede en Washington, alegó que el aumento de remesas no sólo puede implicar crisis económica de la región o dependencia de los países ricos.

”La personas no sólo migran por necesidad económica, sino también porque poseen vínculos previos con residentes en otros países. En ese sentido, no se trata de que los Estados de los países de origen sean incapaces de satisfacer las necesidades básicas de sus ciudadanos”, sostuvo

En 2002, el total de remesas enviadas por migrantes a sus países de origen del mundo en desarrollo fue 103.000 milones de dólares, y las naciones de América Latina y el Caribe recibieron cerca de 31 por ciento del total.

De las remesas enviadas por latinoamericanos y caribeños, 78 por ciento, o sea unos 25.000 millones de dólares, provinieron de Estados Unidos.

Asia Meridional recibió 20 por ciento del total mundial, y Africa y Medio Oriente sumaron 18 por ciento.

Después de Estados Unidos, Japón, España y Canadá son las principales fuentes de remesas hacia América Latina y el Caribe, apuntó el BID.

Según cálculos del Fondo Multilateral de Inversiones, las remesas hacia países latinoamericanos y caribeños sumarán más de 400.000 millones de dólares en la actual década, si su crecimiento se mantiene con una tasa de siete por ciento, moderada en relación con la que se registró en los últimos años.

El BID calcula que las remesas enviadas hacia la región en 2002 estimularon actividad económica por valor de casi 100.000 millones de dólares, con base en estudios que indican un efecto de esos envíos de dinero equivalente a multiplicarlos por tres.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) registró en un informe divulgado en 2002 y citado por Gass más de 221 millones de latinoamericanos y caribeños que vivían en la pobreza, y consideró probable el aumento de esa cifra en los próximos 10 años.

De 1990 a 2001, la cantidad de pobres en la región aumentó 10 millones con creciente velocidad, y se creó la mayor brecha de la historia entre pobres y ricos, subrayó.

Esa década fue ”el periodo de implementación de programas de reforma económica estructural”, orientados hacia el libre comercio y la liberalización, impulsados por Estados Unidos y por organismos financieros internacionales, y del comienzo de acuerdos bilaterales o regionales de libre comercio, apuntó Gass.

”América Latina habría sufrido problemas aun más graves en los últimos años, si no contara con las remesas, debido a esas políticas económicas”, aseveró.

La región ”depende en forma increíble de las remesas y de la inversión extranjera directa”, destacó la especialista.

La pobreza, la violencia y la carencia de democracia son otras razones de la masiva emigración de latinoamericanos, opinó

”En América Central, por ejemplo, están dos de los países más pobres del hemisferio americano, Nicaragua y Honduras”, y también El Salvador, ”que es uno de los países más violentos” de América Latina, explicó Gass.

Según el BID, México se mantuvo en 2002 como el mayor receptor de remesas de la región, con 10.500 millones de dólares, cerca de un tercio del total enviado a América Latina y el Caribe, y ocho por ciento del total mundial.

Los países de América Central recibieron el año pasado 5.500 millones de dólares, los del Caribe 5.450 millones, y los andinos 5.400 millones de dólares.

En seis países, la remesas recibidas el año pasado fueron más de 10 por ciento del producto interno bruto (PIB).

En Nicaragua fueron 29,4 por ciento del PIB, en Haití 24,2 por ciento, y en Guyana, de donde han emigrado casi 600.000 personas, o sea una cantidad equivalente a la de habitantes del país, las remesas fueron 16,6 por ciento del PIB. En El Salvador fueron 15,1 por ciento, en Jamaica 12,2 por ciento, y en Honduras 11,5 por ciento del PIB.

La cantidad de dinero enviada cada mes por migrantes latinoamericanos a sus países de origen suele ser de 200 a 250 dólares, salvo en el caso de los mexicanos, entre quienes predominan las remesas de por lo menos 300 dólares, según el BID.

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