Unos 10.000 trabajadores del cine, la televisión y la publicidad de Argentina viven tiempos de gloria desde hace un año, gracias a que la depreciación de la moneda local convirtió a este país en un atractivo y multifacético set de filmación.
Atrás quedaron los tiempos en que sólo se filmaban unos 50 cortos publicitarios al año y apenas tres o cuatro de ellos tenían como destino el exterior.
Luego de que en enero de 2002 se derogara la ley de convertibilidad, que mantuvo el peso argentino atado al dólar en una paridad cambiaria uno a uno, comenzó a reactivarse el sector hasta llegar a 70 filmaciones de comerciales en el año, dijo a IPS Sergio Cabrera, del Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina.
La cotización del dólar en torno de los 3,15 pesos por unidad en la actualidad permitió mejorar la competitividad, al punto de que la mitad de esa producción se realiza para el exterior, como Brasil, Chile, España, Estados Unidos, Finlandia, Gran Bretaña, México, Nicaragua, República Checa y Ucrania.
En este marco, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, para apuntalar ese fenómeno, conformó en junio Baset (Buenos Aires Set de Filmación), una comisión encargada de asesorar a productores nacionales y extranjeros en materia de lugares de filmación, leyes y permisos para trabajar en sitios públicos.
Bast facilita el acceso a filmar en edificios públicos de Buenos Aires, en la zona bancaria, hospitales, escuelas y casas antiguas y abandonadas pertenecientes al estado, lugares casi inaccesibles en el pasado.
Los miembros de Baset cuentan que antes de que se creara esta instancia se llegó una vez al extremo de tener que derribar una pared e improvisar un estacionamiento junto a una antigua confitería de Buenos Aires, La Ideal, para que el camión con las cámaras estacionara por unos días junto al sitio de filmación.
Luego de realizar el trabajo, la pared debió levantarse de nuevo.
Todo ese trabajo se tuvo que realizar porque no había permiso para estacionar en la calle, frente a la puerta de la confitería ubicada en pleno centro de Buenos Aires. Ahora, en cambio, los gestores procuran los permisos necesarios, aunque sea en horarios menos transitados.
Desde comienzos del año pasado también ha crecido de modo muy importante la cantidad de días de trabajo de los equipos técnicos de filmación.
Para los comerciales de Argentina, nosotros nos habíamos acostumbrado a trabajar en promedio 1,7 días por publicidad, en cambio para el exterior son 4,5 días por unidad, explicó Cabrera.
Los técnicos habían desarrollado entonces una enorme capacidad de trabajo de manera muy eficiente, aún a riesgo de bajar la calidad, añadió.
Sin embargo, tras la liberación del tipo de cambio y la consecuencia depreciación del peso frente al dólar, los directores extranjeros se pueden dar el lujo de tomarse el tiempo necesario en favor de un mejor resultado de su obra.
Además, los escenarios no siempre están listos. Buenos Aires es una ciudad muy dúctil para la transformación, pero de todos modos lleva algunos días 'disfrazarla' de París, de Manhattan o de Londres, y más aún si se quiere ambientar la escena en una época ya pasada, detalló Cabrera.
Para cada película se emplean como mínimo unas 50 personas, entre camarógrafos, sonidistas, actores, maquilladores, peinadores, asistentes de producción, modistos, decoradores y utileros. Pero en grandes producciones, la cantidad de trabajadores puede duplicarse o triplicarse.
Al incremento de las producciones para publicidad se le suma también una mayor actividad en la industria del cine, televisión y hasta en la realización de vídeos musicales.
Un ejemplo de la atracción en esta última materia lo refleja la presencia en los últimos meses en el país para realizar sus vídeos promocionales del cantante mexicano Cristian Castro y de su colega colombiano Juanes.
En cuanto a la industria cinematográfica propiamente dicha, si bien el principal cliente sigue siendo el Instituto Nacional de Cine y Actividades Audiovisuales, también se filman escenas o películas completas de producción extranjera, que aprovechan costos inferiores entre 40 y 70 por ciento a los de sus países de origen.
La empresa FX Stunt Team, que ofrece dobles de riesgo, asegura que el trabajo para cineastas y producciones de televisión del exterior aumentó 50 por ciento en poco más de un año. Programas de deportes de riesgo o aventuras se realizan en ambientes argentinos y con dobles de riesgo locales.
En todos los casos, los productores extranjeros consideran que en Argentina se desarrolló una industria del cine y la televisión de gran calidad, tanto en materia de recursos humanos como de maquinaria e infraestructura de filmación.
También los actores celebran la nueva oportunidad de trabajar que se les abre para un público desconocido.
Me llamaron para un casting (elección) para un comercial de zapatos inglés, contó a IPS entusiasmado el actor Carlos Berraymundo. La idea era que los personajes, gente común alejada de los modelos estéticos, desfilara en una pasarela luciendo con soltura un cómodo calzado para todos los días, explicó.
Por ello, no se requería saber hablar inglés, pues sólo había que actuar bien y mostrar simpatía, añadió.
Los productores británicos quedaron más que conformes con los seleccionados, y los actores argentinos también, sobre todo porque cobraron sus honorarios en dólares. (