El plan de explotar una mina de oro a cielo abierto en una ciudad turística del sur de Argentina quedó en suspenso este lunes tras el triunfo arrasador del no en una consulta popular a los residentes.
El emprendimiento de la compañía minera canadiense Meridian Gold en la austral Esquel, provincia de Chubut, perdió en forma abrumadora, aunque el resultado de la consulta no es obligatorio.
El presidente de la compañía, Brian Kennedy, admitió que no fueron eficaces al presentar el proyecto a la comunidad, y que esperarán ahora el resultado de nuevos estudios de impacto ambiental.
La consulta, realizada el domingo y reclamada durante meses por los propios vecinos, fue contundente: 81 por ciento de los ciudadanos de Esquel – – 2.300 kilómetros al sur de Buenos Aires – – se opusieron a la instalación de la mina en el Cerro 21, a cinco kilómetros de la ciudad de más de 30.000 habitantes.
El plebiscito fue antecedido por al menos cinco marchas de protesta contra el proyecto, de las que tomaron parte miles de vecinos y organizaciones no gubernamentales ambientalistas.
Pablo Quintana, uno de los vecinos que participó de la campaña comentó a IPS que la población casi entera salió a las calles a festejar el triunfo del no, aunque reconoció que la batalla final no está ganada todavía.
A pesar del apoyo que el proyecto obtuvo de comerciantes, el sector de la construcción y las autoridades – – sobre todo el alcalde de Esquel, Rafael Williams, y el gobernador de Chubut, José Lizurume – – , apenas 17 por ciento se pronunció por el sí en un total de casi 14.000 votantes.
La ciudad de Esquel vive casi exclusivamente del turismo de invierno y de verano.
El yacimiento se instalaría a apenas cinco kilómetros del centro invernal de esquí La Hoya y a sólo 15 del Parque Nacional Los Alerces.
Pero pese a las riquezas naturales, la población padece iguales problemas que el resto del país: desempleo y pobreza.
En 30.000 habitantes, 8.000 mayores de edad no consiguen trabajo, de los cuales 7.500 viven en la pobreza. Pero apenas 2.700 votaron a favor de la explotación minera, que crearía empleos.
El resultado de la consulta no tiene carácter vinculante, por lo que el proyecto podría seguir adelante.
Sin embargo, autoridades y empresarios admiten que será difícil convencer a la comunidad sobre los beneficios de la mina: empleos y recursos para el fisco.
De hecho, el jefe comunal ya cambió de postura y declaró que no permitirá la instalación de la mina, mientras el gobernador Lizurume, más cauto, prometió que el plan se seguiría estudiando.
Lo mismo hizo Meridian Gold, evitando anunciar su retirada, y aceptando en cambio considerar la readaptación de su propuesta.
La idea de explotar una mina de oro a cielo abierto surgió en 2002 cuando la empresa canadiense adquirió el yacimiento. Se realizaron entonces estudios de campo, se podaron bosques de lenga, se instalaron laboratorios en la montaña y comenzaron a abrirse caminos.
Los principales cuestionamientos aparecieron al conocerse que la explotación sería mediante la técnica de explosiones en la montaña y luego la lixiviación con cianuro, un procedimiento para lavar la roca molida y obtener el metal precioso.
La Cooperativa de Aguas y Electricidad de Esquel, que provee ambos servicios a toda la zona, pidió a un grupo de hidrogeológos el análisis del impacto ambiental del proyecto.
Los expertos plantearon al menos una decena de objeciones, sobre todo por los riesgos de contaminación y escasez de agua.
La firma canadiense estima que podría extraer 8,5 toneladas de oro al año con una ganancia aproximada de 100 millones de dólares anuales, durante una década. Para eso requeriría de unos 300 trabajadores que, a su vez, promoverían 1.500 empleos indirectos en el sector de servicios y el comercio.
Pero, de acuerdo a la experta en tóxicos de la organización ecologista Greenpeace, Verónica Odriozola, la técnica de lixiviación con cianuro es altamente insustentable no sólo por el transporte de ese químico sino por la mezcla con el agua.
La compañía planificaba dinamitar más de 40.000 toneladas de roca por día. Diez por ciento de esa cantidad molida se mezclaría con seis toneladas de cianuro en agua para extraer el oro. (