MEDIO ORIENTE: ”Hermanos árabes” en busca del acuerdo imposible

Los cancilleres de la Liga Arabe luchan por llegar a un acuerdo de transigencia sobre Iraq antes de la cumbre de este sábado en Egipto, pero consultas previas demostraron la imposibilidad de una posición unida.

Hay muchas propuestas en el aire, pero ninguna aceptada por todos los ministros. Todo indica que la cumbre no logrará enlentecer la acumulación de fuerzas militares alrededor del terrotorio iraquí, en gran parte en Kuwait, Qatar y Bahrein, países miembros de la Liga, igual que Iraq.

El canciller iraquí Naji Sabri reclamó en conversaciones previas a la cumbre de Sharm El-Sheikh, un balneario egipcio sobre el mar Rojo, ”una posición fuerte de condena a las intenciones de Estados Unidos de lanzar una guerra contra Iraq”.

En la cumbre, Iraq estará representado por su vicepresidente, Izzat Ibrahim El-Douri, pero pocos de los 22 miembros de la Liga escucharán sus demandas.

Kuwait, el país que Iraq invadió en 1990 y luego fue liberado por una coalición encabezada por Estados Unidos en la guerra del Golfo (1991), considera la invasión ”inevitable” y pretende que la Liga converse sobre lo que sucederá después.

Un segundo grupo, que incluye a Egipto y Arabia Saudita, sostiene que el ataque puede evitarse si Iraq coopera plenamente con los inspectores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que deben verificar la eliminación de todas las armas iraquíes de destrucción masiva.

Un tercer grupo, encabezado por Siria, promueve una declaración inequívocamente opuesta a la guerra y crítica hacia Estados Unidos e Israel.

El gobierno de Siria, miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, opinó que Iraq ha dado muestras más que suficientes de cooperación con los inspectores, mientras que los aliados árabes de Estados Unidos tienen un lenguaje más moderado al respecto.

Las propuestas no dejan de acumularse. Egipto y Jordania sugirieron que los líderes árabes emitan dos declaraciones al final de la cumbre: un comunicado final sobre una posición acordada, y otra no obligatoria, a llamar ”declaración de Sharm”, que plasme el parecer de la opinión pública árabe.

Muchos creen que un ataque de Estados Unidos a Iraq provocará una ola de furia antiestadounidense en las calles del mundo árabe que obligará a los gobiernos a adoptar medidas de represión.

Otra propuesta consiste en enviar dos delegaciones de alto nivel, una a Iraq para pedirle al presidente Saddam Hussein que coopere más, y otra a Washington para decirle al presidente George W. Bush que los árabes desean una solución pacífica.

La Liga formó una comisión ministerial y otra no ministerial, cada una integrada por representantes de ocho países, para que busquen una postura más firme, pero hasta ahora no hubo avances.

”La diplomacia árabe es cambiante, confusa. Carece de sustancia, fuerza y visión estratégica”, sostuvo Yahya Zakaria, un analista político egipcio.

”Los gobernantes árabes sólo condimentarán su discurso para compensar su pasividad”, añadió.

Los países árabes temen que la guerra en Iraq les cause un influjo de refugiados, el trastorno de sus economías y agitación entre sus propias minorías.

También temen que la instauración de un régimen democrático en Iraq amenace a los gobiernos autocráticos del mundo árabe, y sobre todo, que el petróleo iraquí inunde el mercado y haga caer los precios del crudo.

La cumbre iba a realizarse en Bahrain a fines de marzo, pero fue adelantada y se celebrará en Egipto bajo la presidencia de Bahrain. La anticipación de la cumbre también fue motivo de división entre los ”hermanos árabes”.

Si la cumbre fracasa, tendrá consecuencias muy negativas para la región, advirtió George Jabour, ex asesor de Hafez Assad, presidente de Siria desde 1970 hasta su fallecimiento en 2000.

”Probablemente el resultado sea que Israel intensifique su campaña militar en los territorios (palestinos) ocupados y el ataque de Estados Unidos a Bagdad resulte más fácil de lo esperado”, vaticinó Jabour.

La cumbre será la primera de una serie de reuniones de alto nivel en que países árabes y musulmanes discutirán la crisis iraquí.

Los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo realizarán su propia cumbre la semana próxima, y posteriormente lo hará la Organización de la Conferencia Islámica.

El conflicto palestino-israelí estará casi ausente de las discusiones, pero en la Liga Arabe habrá un ”kaffiyeh”, el tradicional pañuelo palestino, sobre la silla vacía de Yasser Arafat.

El presidente palestino hablará a la cumbre por satélite desde su refugio en Cisjordania, donde Israel lo tiene acorralado. (FIN/IPS/tra-en/gb/ss/mlm/ip/03)

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