IRAQ: EEUU y Gran Bretaña ponen el pie en el freno

Estados Unidos y Gran Bretaña estudian con extrema cautela el terreno antes de proponer al Consejo de Seguridad de la ONU una resolución que los autorice a atacar Iraq, temerosos de que Francia vete la iniciativa.

El embajador de Gran Bretaña en la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Jeremy Greenstock, dijo este miércoles que su gobierno aún no ha decidido cuándo ”avanzar” en sus gestiones hacia la resolución que daría luz verde a una guerra.

”El texto aún no fue decidido porque tenemos una gran gama de opciones”, dijo Greenstock a la prensa. ”Avanzaremos en la discusión de un proyecto de resolución en el futuro cercano. Pero la decisión del momento adecuado no está en mis manos”, agregó.

El embajador de Estados Unidos, John Negroponte, expresó una posición similar al informar a la prensa que su gobierno aún no había resuelto al respecto, pero agregó que Washington y Londres se mantienen en permanente consulta.

Greenstock añadió que el proyecto en ciernes se basaría ”estrechamente” sobre la resolución 1.441, por la cual el Consejo de Seguridad resolvió unánimemente en noviembre imponer al régimen de Saddam Hussein plazos perentorios para su desarme y reanudar las inspecciones de armas de destrucción masiva.

La resolución 1.441 amenaza a Bagdad con ”graves consecuencias” si no cumple con todas las condiciones de la ONU y presta su total colaboración a los inspectores. Estados Unidos y Gran Bretaña pretende que la nueva resolución los autorice a atacar Iraq para asegurar el desarme.

Londres y Washington pretenden que el próximo paso del Consejo de Seguridad sea establecer un plazo estricto para que Iraq cumpla con la demanda de desembarazarse por completo de las armas químicas, biológicas y nucleares que supuestamente posee. Si no cumple sus obligaciones, Bagdad deberá afrontar un ataque.

”Estados Unidos no pasará por la humillación política de un veto. Si Washington no puede evitarlo, podría decidir mantenerse escrupulosamente al margen del Consejo”, pronosticó un diplomático de Asia.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, manifestó el martes su voluntad de cooperar con los ”amigos y aliados” de su país en la ONU para elaborar la nueva resolución, que, sin embargo, no sería necesaria para autorizar un ataque contra Iraq, sostuvo.

Según Bush, la resolución 1.441 ya faculta a Estados Unidos a lanzar una operación militar.

Pero la abrumadora mayoría de los 191 países de la ONU están en desacuerdo. El Movimiento de Países No Alineados (Noal), que reúne a 115 naciones, advirtió que un ataque que carezca de la autorización explícita del Consejo de Seguridad sería violatorio de la Carta de la ONU.

Estados Unidos y Gran Bretaña necesitan que nueve de los 15 miembros del Consejo de Seguridad aprueben una resolución que avale la guerra y que ninguno de los cinco países con poder de veto haga uso de esa facultad.

Solo cuatro países integrantes del Consejo de Seguridad, dos permanentes – – Estados Unidos y Gran Bretaña – – y dos no permanentes – – Bulgaria y España – – mostraron hasta ahora disposición a votar una resolución que avale un ataque contra Iraq.

Tres miembros permanentes del Consejo con poder de veto sobre las resoluciones del cuerpo – – China, Francia y Rusia – – se manifestaron sin fisuras por el mantenimiento del régimen de inspecciones de desarme y contra los planes de guerra de Estados Unidos.

Los únicos miembros permanentes que propusieron abiertamente el fin de las inspecciones y el uso de la fuerza fueron Estados Unidos y Gran Bretaña, a los que se unieron España y Bulgaria, integrantes no permanentes del máximo órgano ejecutivo de la ONU.

Mientras, Alemania, Chile, México, Pakistán y Siria, miembros no permanentes del Consejo de Seguridad, respaldaron la posición de China, Francia y Rusia de apelar a la fuerza como último recurso, y Angola, Camerún y Guinea expresaron posiciones ambiguas.

El primer ministro de Francia, Jean-Pierre Raffarin, sostuvo este miércoles que ”el veto es un elemento muy estratégico de la independencia” de criterio de su país.

Pero Greenstock manifestó dudas de que Bagdad acceda a desarmarse sin una guerra. ”Si Iraq no se desarma voluntariamente, ¿cómo lo lograremos sin una acción militar? La prueba para el Consejo de Seguridad es cómo lidiar con ese desafío”, dijo.

Por su parte, el embajador de Rusia en la ONU, Sergey Lavrov, dijo a la prensa este miércoles que su delegación está ”esperando” la presentación de una nueva resolución. Cuando se le preguntó si querría participar en la elaboración de su texto, contestó: ”No. ¿Por qué debería querer?” (

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