ESTADOS UNIDOS-IRAQ: Alianza atlántica en peligro

La precipitada carrera de Estados Unidos hacia la guerra con Iraq está provocando una crisis internacional que amenaza el sistema global de alianzas construido por Washington luego de la segunda guerra mundial.

El último capítulo, y el más grave, fue el enfrentamiento manifestado este lunes en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) entre Estados Unidos, por un lado, y Alemania, Bélgica y Francia, por otro.

Las tres naciones europeas vetaron un pedido estadounidense para que la OTAN brinde protección militar a Turquía, país vecino a Iraq desde el que Washington planifica lanzar sus ataques contra Bagdad, al que acusa de ocultar armas de destrucción masiva.

El veto pone en cuestión la existencia misma de la alianza atlántica, según un artículo editorial del diario The Wall Street Journal, cercano a la visión de los sectores más belicistas de Washington.

"Si esto es lo que Estados Unidos obtiene de la OTAN, podría ser tiempo de que (Washington) considere dejar esta institución de la guerra fría y reformular una alianza de naciones que entienda los nuevos peligros al orden mundial", sostuvo el diario.

El periódico hizo suya la reacción del secretario (ministro) de Defensa, Donald Rumsfeld, para quien el veto fue "una verdadera vergüenza".

La crisis entre Washington y sus principales aliados europeos podría tener consecuencias estratégicas de largo alcance en la OTAN y en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde Estados Unidos podría intentar obtener una resolución que autorice o al menos no impida una invasión a Iraq.

Esta jugada se produciría luego que el jefe de inspectores de armas de la ONU, Hans Blix, y el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Mohamed ElBaradei, presenten este viernes un nuevo informe sobre la marcha de las tareas en Iraq.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien se reunió este lunes con su par de Francia, Jacques Chirac, respalda una propuesta franco-alemana de duplicar o triplicar la cantidad de inspectores en Iraq y respaldarlos con una fuerza de 1.000 efectivos de paz.

Se estima que esta fórmula contaría con apoyo de China – – miembro con poder de veto en el Consejo de Seguridad junto a Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia – – , si se presentara tras el reporte de los inspectores este viernes.

Varios funcionarios estadounidenses desacreditaron la iniciativa en apariciones televisivas el domingo.

El secretario de Estado (canciller) Colin Powell sostuvo que la idea era "inútil" y sugirió que el Consejo de Seguridad debería estar listo para autorizar el uso de la fuerza aun si Iraq cambiara repentinamente de ánimo y entregara voluntariamente la información sobre su desarme.

Los amargos comentarios de Rumsfeld sobre el veto en la OTAN y la negativa de Alemania a entregarle detalles de la propuesta compartida con Francia (de la que Washington se enteró por la publicación en la revista alemana Der Spiegel) parecen confirmar que las relaciones entre Europa occidental y Estados Unidos pasan por su peor momento en mucho tiempo.

Pero esto no es nuevo. Rumsfeld ya había dicho que Alemania y Francia constituían la "vieja Europa", y la carta firmada por los gobernantes de España, Dinamarca, Italia, Gran Bretaña, Polonia y otras naciones de Europa oriental, reclamando mayor apoyo a Estados Unidos, provocó la ira de las dos potencias europeas.

La tensión por la casi irreprimible voluntad del gobierno de George W. Bush de invadir Iraq coloca en entredicho otras sólidas e históricas alianzas internacionales.

El príncipe regente de Arabia Saudita, Abdulá, y sus consejeros más cercanos están decididos a liquidar los vínculos militares con Estados Unidos, entre una serie de medidas para reforzar el respaldo político interno del régimen, según el diario estadounidense The New York Times.

Los planes de Abdulá, conocidos y luego desmentidos en 2001, se pondrán en marcha después que concluya la actual crisis en Iraq y cualquiera sea su resultado, de acuerdo al periódico que citó fuentes sauditas.

Según esas fuentes, el retiro de Estados Unidos de las bases sauditas daría mas espacio para que la monarquía implemente reformas políticas sin parecer que actúa por orden de Washington.

"El camino al desarme iraquí ha provocado la más grave crisis de la alianza atlántica desde su creación, cinco décadas atrás", señaló este lunes el ex secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger, en una columna publicada por el diario The Washington Post.

Kissinger comparó la oposición franco-alemana a la guerra con el exitoso ultimátum que el presidente estadounidense Dwight Eisenhower (1953-1961) lanzó contra Gran Bretaña y Francia, para que abandonaran el egipcio canal de Suez, que habían invadido junto con Israel en 1956.

"El gobierno de Bush cree que puede hacer que sus aliados europeos se traguen a la fuerza sus designios sobre Iraq y está descubriendo que no es el caso", sostuvo el analista Charles Kupchan, del Consejo sobre Relaciones Exteriores.

Washington parece creer que "tan pronto como establezcamos nuestra primacía sin dudar, los demás se alinearán tarde o temprano, pero está presenciando que, en los hechos, los demás cierran filas para resistir", agregó Kupchan, autor de un libro donde previó la creciente distancia entre Estados Unidos y Europa.

"Lo que me sorprende es la velocidad con que estos acontecimientos están ocurriendo. El gobierno de Bush ha acelerado la historia", opinó.

A su juicio, las fuerzas profundas que impulsan estos cambios son la creciente confianza de Europa en sí misma, el cambio de prioridades estratégicas de Washington en favor del Golfo y Asia oriental, y "un perverso unilateralismo en Estados Unidos, que aliena a Europa y a la mayoría de los países del mundo". (FIN/2003)

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