EEUU-EUROPA: Máxima tensión por Iraq

Las relaciones transatlánticas enfrentan una tensión extraordinaria en esta semana crucial para la crisis de Iraq, con Estados Unidos de un lado apresurando el ataque y Francia del otro a la cabeza de una iniciativa para frenarlo.

Washington consideró ”inaplicable” la propuesta de Francia, Rusia y Alemania el lunes para triplicar el número de inspectores de armas en Iraq y desplegar allí una fuerza de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La propuesta tiende a evitar que un eventual informe negativo de los inspectores de armas al Consejo de Seguridad de la ONU, el próximo viernes, allane el camino para una acción militar contra Bagdad encabezada por Estados Unidos y respaldada por Gran Bretaña, su aliado europeo incondicional.

El presidente estadounidense George W. Bush también se manifestó ”decepcionado” por la oposición de Francia, Alemania y Bélgica a que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) proteja a Turquía si estalla la guerra en Iraq.

La cuestión de la defensa de Turquía dividió a la alianza atlántica, que este martes postergó hasta las 15.30 GMT una reunión de emergencia para permitir más contactos informales, en medio de intensas consultas para tratar de resolver la disputa.

Los tres países opuestos al despliegue de equipos militares en Turquía arguyeron que tal medida constituiría una ”lógica de guerra” y un fracaso de la diplomacia.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, calificó el veto de ”una verdadera vergüenza” y advirtió que Washington protegería a Turquía por sí mismo pese a las objeciones de los tres aliados de la OTAN. Turquía es el único miembro de la alianza militar fronterizo con Iraq.

Mientras, Bush declaró que Francia es un antiguo amigo de Estados Unidos, pero que su posición es estrecha de miras. ”Espero que reconsideren su posición”, expresó el mandatario.

En cuanto a la propuesta franco-rusa-alemana, el secretario de Estado (canciller) estadounidense Colin Powell la consideró ”inútil” y sugirió que el Consejo de Seguridad debería estar listo para autorizar el uso de la fuerza aun si Iraq cambiara de actitud y entregara voluntariamente la información sobre su desarme.

Sin embargo, Francia y Rusia son miembros permanentes del Consejo – – junto con Estados Unidos, Gran Bretaña y China – – y no han descartado la posibilidad de utilizar su poder de veto. Además, trascendió que China apoyaría la fórmula del fortalecimiento de las inspecciones.

Si Francia y Rusia decidieran ejercer su poder de veto por primera vez desde el fin de la guerra fría, hace más de una década, bloquearían cualquier intento de legitimar la guerra contra Iraq a través de la ONU.

Un alto funcionario del gobierno de Alemania, miembro rotativo y actual presidente del Consejo, destacó que 11 de los 15 miembros del órgano ejecutivo de la ONU son partidarios de prolongar las inspecciones de armas en Iraq.

Si el foro mundial no autorizara el uso de la fuerza contra Bagdad, Washington lanzaría el ataque en forma unilateral, como advirtió Bush en reiteradas ocasiones.

Pero el presidente francés Jacques Chirac afirmó el lunes al presentar la declaración conjunta con Rusia y Alemania que actualmente ”nada justifica una guerra” y que no hay ”pruebas contundentes” de que Iraq posea armas de destrucción masiva, como sostiene Washington.

Rusia también cree que la crisis debe resolverse por vía diplomática, expresó el presidente ruso Vladimir Putin, quien visitó París el lunes luego de conversaciones el fin de semana en Berlín con el canciller (jefe de gobierno) alemán Gerhard Schroeder.

La crisis entre Washington y algunos de sus principales aliados europeos podría tener consecuencias estratégicas de largo alcance en la OTAN y en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Los amargos comentarios de Rumsfeld y Powell sobre el veto en la OTAN y la propuesta franco-rusa-alemana, sumado al hecho de que Washington conoció los detalles de esa iniciativa por la prensa alemana, parecen confirmar que las relaciones entre Europa occidental y Estados Unidos pasan por su peor momento en mucho tiempo.

Pero esto no es nuevo. Rumsfeld ya había dicho que Alemania y Francia constituían ”la vieja Europa”, y la carta firmada por los gobernantes de España, Dinamarca, Italia, Gran Bretaña, Polonia y otras naciones de Europa oriental, reclamando mayor apoyo a Estados Unidos, provocó la ira de las dos potencias europeas.

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