DESARROLLO: Banco Mundial contra la burocracia de la ayuda

El Banco Mundial atribuyó la ineficiencia de la ayuda internacional a la excesiva burocracia y la falta de cooperación entre los países donantes, en respuesta a críticas de gobiernos occidentales.

Si las agencias donantes, las organizaciones multilaterales, la sociedad civil y el sector privado desean mejorar la ayuda para el desarrollo y aliviar la pobreza, deben aunar sus recursos y reducir la carga que colocan sobre los receptores, dijeron a la prensa funcionarios de la institución financiera internacional.

Desde que George W. Bush asumió la presidencia de Estados Unidos, su gobierno intenta reducir los fondos para las filiales de créditos blandos del Banco con el argumento de que su ayuda no está mejorando la vida de millones de pobres de todo el mundo.

De manera similar, otros donantes bilaterales recortaron sus presupuestos de ayuda y reevaluaron la importancia y el monto de la asistencia al exterior.

En respuesta a esta tendencia, el Banco Mundial, que trabaja en más de 100 países y en 2002 financió proyectos por más de 19.500 millones de dólares, lanzó varias iniciativas para que la ayuda se utilice de manera más eficaz.

La institución con sede en Washington arguye que, si el mundo desea lograr la reducción de la pobreza mundial a la mitad para 2015 (uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio fijados por la ONU el pasado septiembre), los donantes deben mejorar la coordinación entre sí y reducir los innumerables trámites y documentos que exigen a los países receptores.

La apelación del Banco, el jueves, se produjo en vísperas de una reunión que se realizará en Roma los días 24 y 25 para discutir el asunto.

Funcionarios de 26 países en desarrollo y representantes de la comunidad internacional donante se reunirán para considerar formas de mejorar sus esfuerzos por combatir la pobreza en los países de menores ingresos y administrar mejor los miles de millones de dólares que cada año se destinan a la ayuda para el desarrollo.

Participarán de la conferencia la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), la Organización de las Naciones Unidas (ONU) e instituciones multilaterales como el Banco Asiático de Desarrollo, el Banco Africano de Desarrollo y el Banco Interamericano de Desarrollo.

”Deberemos cambiar prácticas que han estado vigentes por décadas”, exhortó James Adams, vicepresidente de política operativa del Banco Mundial.

”Podemos lograrlo revisando nuestra política de ayuda, nuestros procedimientos y prácticas, y alineándolos en un enfoque común que reduzca la carga sobre los países pobres”, sugirió.

Con demasiado frecuencia, el impacto de la ayuda se diluye porque es suministrada por múltiples fuentes de alto costo, según el Banco.

Esa multiplicidad de donantes lleva a una superabundancia de proyectos y a la mala coordinación entre ellos, además de aumentar la carga para los receptores, que deben controlar cada iniciativa e informar sobre ellas.

En Vietnam, por ejemplo, la compra de cinco vehículos para un programa forestal insumió 18 meses y el trabajo de 150 funcionarios gubernamentales.

En Burkina Faso, el Ministerio de Finanzas no pudo cumplir su tarea de auditar y supervisar 1.500 proyectos financiados por donantes porque cada uno de éstos exigía un informe separado, aun cuando muchos se superponían y eran cofinanciados, señaló el Banco.

En Bolivia, tres grupos donantes que ofrecieron financiar la construcción de un edificio para el Ministerio de Salud tuvieron tantas dificultades para cooperar entre sí que llegaron a considerar la idea de construir cada uno un piso.

El Banco también destacó que la industria de la consultoría vinculada con la ayuda para el desarrollo consume 4.000 millones de dólares anuales sólo en Africa, y que esos fondos podrían invertirse mejor si se destinaran directamente al desarrollo.

Pero la primera medida práctica que deben adoptar los donantes para hacer más eficaz su trabajo es canalizar sus fondos a través de menos agencias, instó la institución financiera.

Esa sugerencia se ha encontrado con una fuerte resistencia de los países donantes, preocupados por los dividendos políticos de su ayuda y las oportunidades de relaciones públicas que se perderían, señalaron funcionarios del Banco.

”En esa área tuvimos muchos problemas en el pasado, porque los donantes son renuentes a concentrar sus recursos en un fondo central”, comentó Damian Milverton, funcionario de prensa del Banco.

La secretaria de Desarrollo Internacional de Gran Bretaña, Clare Short, expresó preocupaciones similares sobre la actitud de los donantes y señaló que apenas la mitad de la ayuda se destina directamente a los países pobres más necesitados, en particular en Africa.

La otra mitad de los fondos se vuelca a promover objetivos de política exterior, a actividades de relaciones públicas o a asegurar acuerdos comerciales para el país donador.

El propio Banco Mundial ha sido blanco de críticas de organizaciones no gubernamentales por su burocracia, en la que quedan atrapados los países pobres.

Los grupos también sostienen que las políticas del Banco son contraproducentes, que benefician a las grandes empresas privadas a través de los programas de privatización y reforman la economía de las naciones en desarrollo a expensas de los más pobres.

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