La apertura de los mercados a la producción agrícola y la asistencia de los países ricos son cruciales para que 900 millones de habitantes de áreas rurales se liberen de la pobreza, coincidieron este jueves en Roma expertos en desarrollo y funcionarios de gobierno de 160 países.
En una reunión celebrada en ocasión del 25 aniversario del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) en Roma, funcionarios y expertos de agencias de la ONU acordaron que las mujeres y los indígenas deberán desempeñar un papel crucial en el desarrollo rural y agrícola.
En mesas redondas realizadas por separado el miércoles y este jueves, los participantes también coincidieron en la necesidad de promover el ingreso al mercado de los 900 millones de los pobres que viven en áreas rurales y para transformar las instituciones del sector.
En Africa subsahariana, la agricultura representa 42 por ciento del producto interno bruto de los países de ingreso bajo y 27 por ciento del de las naciones de ingreso medio. Entre 65 y 80 por ciento de la fuerza de trabajo se desempeña en ese sector productivo.
El mundo deberá invertir en desarrollo rural y agrícola, sostuvo el presidente del FIDA, el sueco Lennart Bage. De todos modos, la porción destinada a tal fin de la asistencia oficial al desarrollo total de los estados del Norte industrial al Sur pobre cayó de 20 por ciento en 1988 a 12 por ciento en 1999.
Revertir esa desequilibrada situación es esencial para cumplir con las Metas de Desarrollo del Milenio acordadas en septiembre de 2000 en una sesión especial de la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), dijo Bage.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo al iniciar la conferencia del FIDA que esa misión va más allá de aliviar las crisis alimentarias en el corto plazo. Debemos atacar los factores que están detrás de la persistente vulnerabilidad y que causan las hambrunas, agregó Annan.
El conductor de la ONU se comprometió a alentar cambios estructurales en las áreas rurales para fortalecer a los pobres, lo cual implicará que la inversión social se combine con inversiones y políticas que aumenten la productividad rural.
Para alcanzar los objetivos, también deberá atenderse el impacto del sida en las comunidades rurales, en especial las africanas. La enfermedad socava la fuerza de trabajo agrícola y el impacto de los esfuerzos para el desarrollo del sector, dijo Annan.
Además, el sida reduce el ingreso de los hogares, mientras el costo de atención de los enfermos aumenta, agregó.
Debemos (…) revertir la caída de la asistencia oficial al desarrollo y otros medios de apoyo al desarrollo rural y agrícola, sostuvo Annan.
Tanto Annan como Bage confían en que los países donantes cumplan con los compromisos asumidos en la Conferencia sobre Financiamiento al Desarrollo celebrada el año pasado en Monterrey, México, lo que permitiría al FIDA elevar 25 por ciento sus inversiones en desarrollo rural en los próximos tres años.
El objetivo es reducir a la mitad la población mundial pobre para 2015, una de las Metas del Milenio asumidas por la Asamblea General de la ONU en 2000.
Reducir la pobreza a la mitad es posible, dijo Bage, quien destacó el desempeño del FIDA en los últimos 25 años como aliento a su optimismo. Esta agencia de la ONU asegura haber ayudado a 250 millones de personas a salir de la pobreza a través de 617 proyectos en 115 países.
Setenta millones de los pobres habitantes de áreas rurales son mujeres. También lo son la mayoría de los 300 millones de indígenas de 70 países: 86,6 por ciento de los nativos de Guatemala y 80,6 de los de México viven en la pobreza.
El FIDA invirtió 736 millones de dólares en proyectos para apoyar a los pueblos indígenas de Asia, el Pacífico, América Latina y el Caribe, y planea ampliar esos proyectos, dijo el vicepresidente de la agencia, Pharang Roy.
Esos proyectos han sido exitosos, aseguró Roy.
En India, la investigación en la goma karaya, adhesivo extraído de un árbol, permitió el desarrollo de cuatro nuevos productos. El mejoramiento de esos artículos derivó en un aumento de precios de 250 por ciento. Todos esos productos fueron patentados en beneficio de las comunidades indígenas.
En Vietnam, un proyecto incorporó los conocimientos de la medicina tradicional en los manuales de entrenamiento para voluntarios del sector de la salud.
Los indígenas de Mapajo, Bolivia, desarrollaron un proyecto de ecoturismo que se convirtió en modelo de aumento del ingreso, mejoramiento de la calidad de vida y protección ambiental.
Las propuestas de educación bilingüe e intercultural desarrollados por un proyecto del FIDA en Brasil se incorporaron en los programas escolares oficiales.