La Organización Mundial del Comercio (OMC) deberá instalar, en un plazo máximo de un mes, un comité de arbitraje sobre el reclamo interpuesto por Brasil contra las subvenciones estadounidenses a los cultivos de algodón.
Brasil prosigue así su guerra particular contra los subsidios agrícolas.
También las exportaciones de azúcar subsidiado de la Unión Europea son blanco de la ofensiva brasileña. La voluntad de Brasilia es no esperar el resultado de la nueva ronda de negociaciones globales de liberalización comercial en marcha, que deberá finalizar en 2005.
Las dos iniciativas, que cuentan con apoyo de varios países exportadores de algodón y azúcar, cuestionan el incumplimiento de acuerdos anteriores por parte de las grandes potencias.
La cancillería brasileña argumenta que si se continúan infringiendo viejos compromisos sin ningún castigo, no habrá avances en la nueva ronda.
Para lograr un fallo favorable del comité de arbitraje, Brasil tendrá que comprobar que Estados Unidos aumentó los subsidios al algodón por encima de los montos de 1992, y que eso provocó pérdidas a los cultivadores brasileños.
Tales pérdidas fueron estimadas en 640 millones de dólares en la cosecha 2001/2002, pues la competencia desleal de Estados Unidos desalentó la siembra en Brasil y derrumbó los precios internacionales, alegan los brasileños.
El Comité Consultivo Internacional del Algodón (ICAC) estimó que la caída de los precios a su nivel más bajo de las últimas tres décadas hizo que los países productores perdieran 14.000 millones de dólares en 2001/2002 y acumularan pérdidas de 34.000 millones, en las cuatro últimas cosechas.
El ICAC, creada en 1939, es una asociación con sede en Washington de los países interesados en la producción, comercio y consumo del algodón, para promover la cooperación y la discusión sobre aspectos relativos a esa materia prima de la industria textil.
El algodón es uno de los cultivos más amenazados por enfermedades, especialmente por hongos. Los subsidios son otra plaga que combatimos hace 50 años y que no se redujeron, sino que aumentaron, dijo a IPS el director ejecutivo de la Asociación Brasileña de los Productores de Algodón (Abrapa), Helio Tollini.
Tollini, uno de los impulsores de una actitud más agresiva del gobierno brasileño en la OMC, espera que el comité se instale en la reunión del Organo de Solución de Controversias el 18 de marzo, y quizás antes.
Pero, el empresario estimó difícil prever un resultado favorable, aunque Brasil defiende una buena causa y abrió un frente de lucha importante para la economía de los países en desarrollo.
No sólo están en juego las divisas obtenidas por exportaciones, sino empleos perdidos por la caída de las cosechas en países que no subsidian su producción agrícola, entre otras razones por no disponer de recursos financieros como los países ricos, arguyó Tollini.
Estados Unidos practica el dumping (vendiendo a precios por debajo del costo de producción) en el comercio internacional de algodón y de otros cuatro productos agrícolas: arroz, maíz, soja y trigo, según el estadounidense Instituto de Política Agrícola y Comercial, con sede en Minneapolis.
El algodón estadounidense es exportado a un precio 57 por ciento inferior al costo de producción, estimó el Instituto.
Brasil está asumiendo el liderazgo de una acción justa, que abre oportunidad para muchos países afectados por los subsidios estadounidenses, señaló Aluisio de Lima-Campo, economista y delegado brasileño ante el ICAC, en un artículo sobre la crisis de precios, difundido en el sitio en Internet http://www.cottonnews.com.br.
Las subvenciones son la principal causa de la caída de casi 50 por ciento en los precios internacionales del algodón entre fines de 2000 y octubre de 2001, cuando bajó a 35 centavos de dólar por libra de peso (0,4536 kilogramos) contra un promedio de 72 centavos en los 25 años anteriores, apuntó Lima-Campo.
Los precios cayeron incluso en medio de una baja generalizada de la oferta, que debió haber impulsado un alza, observó Lima- Campo.
Las pérdidas fueron relativamente mayores en países más dependientes de las exportaciones del algodón que Brasil. Argentina perdió 500 millones de dólares en las tres últimas cosechas, Colombia 570 millones de dólares entre 1991 y 2001, e India 1.300 millones sólo en la cosecha 2001/2002.
Más graves son los efectos en los países africanos. El algodón representa 80 por ciento de los ingresos por exportaciones de Benín y la mitad en Burkina Faso y Malí, destacó el economista brasileño.
De mantenerse la situación actual, las perspectivas no son buenas, coincidieron Tollini y Lima-Campo, porque la nueva ley agrícola estadounidense vigente desde el año pasado, asegura unos 36.000 millones de dólares en subsidios a los cultivadores de algodón en los próximos diez años.
Por eso, las esperanzas se centran en que el reclamo brasileño produzca resultados en la OMC.
A juicio de Tollini, podría haber un fallo al final de este año, aunque es imposible prever resultados y plazos más precisos.
Todo depende de la reacción de Washington. Además, si Estados Unidos no cumpliera con un fallo desfavorable para sus intereses, se iniciaría otro proceso prolongado en el sistema multilateral, concluyó.