SOMALIA: La paz continúa lejana

El proceso de paz en Somalia avanzó mucho en los últimos meses, pero se necesitarán años para restablecer el orden en el país, advirtió este martes el jefe de los mediadores internacionales, el ex ministro keniata Elija Mwangale.

La actual ronda de negociaciones no ha garantizado todavía que se alcance una paz duradera en Somalia, sostuvo Mwangale.

La reunión en curso se celebra en la occidental ciudad keniata de Eldoret, organizada por la Autoridad Intergubenamental sobre Desarrollo, grupo integrado por siete países de Africa oriental.

”Creo que tenemos que evitar dar la impresión al mundo de que seremos capaces de lograr la constitución de un gobierno viable en esta conferencia de Edloret y luego transplantarlo a Mogadiscio. Estas son expectativas muy altas”, dijo Mwangale a la prensa en Nairobi.

En los últimos tres meses, Mwangale estuvo mediando entre más de 20 facciones encabezadas por señores de la guerra somalíes y líderes de la sociedad civil en Eldoret, tarea a la que calificó de ”muy difícil, complejo y frustrante”.

Es la decimocuarta vez que líderes somalíes se sientan a negociar para poner fin al caos y la anarquía que reina en esa nación del Cuerno de Africa desde el derrocamiento del presidente Mohammed Siad Barre en 1991.

Mwangale comparte su cautela con por los señores de la guerra somalíes.

”Esto no cumplirá con las expectativas de la comunidad internacional. Por ahora solo queremos poner los cimientos, no construir todo el edificio”, dijo a la prensa el líder Hussein Aideed.

El hecho de que en las conversaciones participaran todas las facciones estimuló la esperanza de los observadores en una solución definitiva.

”No hay duda de que todas las facciones están presentes en Eldoret, a diferencia de conferencias anteriores. Basta con mirar la lista de los líderes somalíes que asistieron”, subrayó Mwangale.

Las conversaciones tuvieron un buen comienzo en octubre, cuando todas las partes firmaron un cese del fuego, a pesar de que concluyeron las escaramuzas.

Los delegados están ahora preparando informes sobre asuntos clave, como el propuesto sistema federal, la constitución, el desarme de las facciones, los derechos a la tierra y los planes para la recuperación económica, que deberán estar listos antes de que termine este mes.

Luego continuarán con el asunto más complicado: la participación en el poder en un gobierno federal de transición.

Pero el hecho de que todas las facciones estuvieran presentes en la conferencia fue también un obstáculo. Los fuertes intereses de los clanes continúa superando al sentido de causa nacional.

La conferencia se empantanó en una discusión sobre cuál debía ser el número de delegados y el procedimiento para nombrarlos. En octubre, más de 800 personas llegaron a Eldoret para participar de las conversaciones, el doble de los que habían sido invitados.

Algunos delegados incluso amenazaron con no asistir a menos que se aumentara la cuota de participantes de su grupo.

”Su demanda fue en parte debido al temor de que quedaran fuera algunos líderes clave en sus respectivos enclaves, lo que podría desestabilizar la negociación”, explicó Mwangale.

El mediador se vio obligado a ordenar a la policía que retirara a los delegados rechazados cuando éstos se negaron a hacerlo por sí mismos. Otros se fueron en forma voluntaria, pero frustrados por la falta de progresos en Eldoret.

Muse Sudi Yalahow, líder de una facción de Mogadiscio, regresó a Somalia el lunes al parecer para discutir asuntos legales con otros líderes de la capital, según informó de la agencia de noticias IRIN, de la Organización de las Naciones Unidas.

Otros líderes como Muhammad Qanyare Afrah y Barre Hiiraale, de la Alianza del Valle Juba, también abandonaron la conferencia.

”Esos líderes han salido y entrado de Somalia. En esta segunda etapa del proceso, lo más importante son las comisiones de reconciliación, e integrantes de los grupos de esos líderes están participando en esas comisiones”, dijo Mwangale.

El mediador dijo que ”no hay necesidad de que los líderes acampen en Eldoret para demostrar que apoyan el proceso”.

El ex ministro keniata admitió que, aun cuando los delegados lleguen a un acuerdo definitivo sobre una estructura de gobierno, será muy difícil llevarlo a la práctica en Somalia.

”En la etapa de implementación, cuando nos traslademos a Somalia, comenzarán a surgir los mayores problemas, a menos que la comunidad internacional aplique un método eficaz de control para ayudar al establecimiento del gobierno acordado”, señaló Mwangale.

El interés internacional en resolver la guerra civil en Somalia aumentó luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Washington considera que la caótica Somalia es un lugar ideal para el escondite de terroristas.

Estas sospechas ganaron credibilidad cuando un hotel de propiedad israelí en la costa keniata fue atacado con una bomba al parecer por miembros de la radical red Al Qaeda en noviembre. El explosivo, que dejó al menos 15 muertos, habría sido llevado hasta allí desde Somalia.

Pero observadores señalan que la comunidad internacional, que da un importante respaldo financiero a las conversaciones de Eldoret, está impaciente y quiere resultados, por lo que podría quedar desilucionada ante la falta de un progreso tangible. (

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