Activistas saludaron este miércoles el plan del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para combatir el sida en Africa y el Caribe, pero advirtieron que el fondo global contra la pandemia auspiciado por la ONU está virtualmente sin recursos.
El Plan de Emergencia para el Alivio del Sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) de Bush, que suministrará 15.000 millones de dólares en cinco años, será gradual y demasiado lento ante la magnitud que ha cobrado la epidemia en Africa, sostuvieron activistas.
De la suma total, sólo 2.000 millones se liberarán en el año fiscal 2004, que comienza el 1 de octubre, según la Casa Blanca.
La verdadera medida de la sinceridad del presidente se verá en los números del presupuesto de 2003 y 2004. Sumas mayores en 2007 no tienen sentido para personas que morirán este año por no acceder a medicinas esenciales, dijo el director de Africa Action, Salih Booker.
El plan fue anunciado por Bush el martes por la noche, en su discurso sobre el Estado de la Nación, que dedicó primordialmente a argumentar en favor de nuevos recortes de impuestos y de una guerra contra Iraq, si es necesario sin el visto bueno de la (ONU) Organización de las Naciones Unidas.
El paquete de asistencia contra el sida aún debe ser aprobado por el Congreso legislativo.
Sin embargo, el mandatario dedicó la mitad de su alocución de una hora al sida, subrayando que casi 30 millones de africanos han contraído el VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante de la enfermedad), incluidos tres millones de menores de 15 años.
Como el dignóstico de sida es considerado una sentencia de muerte, muchos no buscan tratamiento. Casi todos los que sí lo hacen, son rechazados, dijo Bush.
El presidente definió su plan como una tarea de misericordia más allá de los actuales esfuerzos internacionales para ayudar a la población de Africa.
Este amplio plan evitará siete millones de nuevos contagios, brindará tratamiento con medicinas que prolongan la vida a por lo menos dos millones de personas y atención humana para millones que sufren de sida y para niños huérfanos por la enfermedad, sostuvo.
Del monto total, 10.000 millones serán dinero nuevo, es decir fondos no prometidos con anterioridad.
Según una nota informativa divulgada por la Casa Blanca, la iniciativa se centrará en 12 países africanos: Botswana, Costa de Marfil, Etiopía, Kenia, Mozambique, Namibia, Nigeria, Ruanda, Sudáfrica, Tanzania, Uganda y Zambia.
Zimbabwe, que padece una incidencia de 25 por ciento de la enfermedad en la población adulta, no fue incluida en el paquete, aparentemente por el malestar que despierta en Washington el régimen autoritario de Robert Mugabe.
En el Caribe, Guyana y Haití se beneficiarán con la asistencia.
De acuerdo al mismo documento, los siete millones de nuevos contagios que el plan procurará prevenir, representan 60 por ciento de 12 millones de infecciones nuevas previstas en las 14 naciones escogidas.
Asimismo, la Casa Blanca señaló que el programa suministrará atención a un total de 10 millones de portadores de VIH y niñas y niños huérfanos por el sida.
El anuncio de Bush es una señal notable de que al fin Washington está dispuesto a actuar de modo más realista ante la crisis, dijo este miércoles a la prensa el enviado especial de la ONU para el VIH/Sida en Africa, Stephen Lewis.
Ya era tiempo que este gobierno se refiriera a la pandemia de sida en Africa en un ámbito nacional con la resonancia que se merece, opinó la legisladora del opositor Partido Demócrata, Barbara Lee, quien dirige el grupo de trabajo sobre el sida del Grupo de Congresistas Negros.
Sin embargo, Lee advirtió que prefería esperar los detalles de la propuesta y la explicación de por qué no destina más dinero al Fondo Mundial para Luchar contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, auspiciado por la ONU.
También se mostró interesada en saber si el gobierno pretende retirar recursos de otros programas esenciales para financiar el nuevo. No podemos permitir robar a Peter para dar a Paul, dijo.
Preocupa en particular a los activistas que el dinero se retire del programa Millenium Challenge Account, anunciado en mayo de 2002 por el presidente, pero aún sin recursos, para incrementar la ayuda al desarrollo en 50 por ciento, unos 5.000 millones de dólares.
Esos fondos se destinarían a los países más pobres del mundo en un plazo de tres años, e incrementarían la asistencia externa estadounidense en 1.600 millones de dólares el año próximo.
Esperábamos una verdadera conducción presidencial en este asunto, y al fin empezamos a verla, estimó el director de Global AIDS Alliance, Paul Zeitz.
Pero Zeitz también lamentó que el plan prevea tan escasa financiación inmediata y muy poco dinero para el Fondo Mundial, que a un año de iniciado, está ya sin recursos por la enorme demanda y las decepcionantes contribuciones.
Washington aportó apenas 500 millones de dólares en los últimos dos años al Fondo, que necesita más de 10.000 millones de dólares anuales hasta 2005, y 15.000 millones por año desde 2007, para cumplir su cometido como principal instrumento internacional para frenar la pandemia.
Estados Unidos, que posee un tercio de la economía mundial, debería aportar al menos un tercio de los recursos del Fondo, más de 3.000 millones de dólares por año, alegan los activistas. Hay una enorme brecha entre esta suma y la promesa de Bush de concederle 1.000 millones en cinco años.
Es lamentable que el presidente otorgue tan poco al Fondo Mundial. Es la mejor esperanza que existe para luchar contra el sida, y sin embargo el presidente la ha dejado caer, dijo Zeitz.
Hay otros aspectos no claros del plan. Por ejemplo, si alentará a los países africanos a utilizar medicinas genéricas, menos costosas que las de marcas registradas por las grandes compañías farmacéuticas.
Esto contraría la posición de Washington, que en las últimas negociaciones de la Organización Mundial del Comercio defendió los intereses de las corporaciones del medicamento.
Zeitz señaló asimismo que Washington tiende a exagerar su contribución al combate global del sida, incluyendo lo que invierte en programas de investigación.
Si este rubro se incluye en las estimaciones del plan, entonces el verdadero monto de asistencia será significativamente menor, explicó el activista.
Finalmente, las organizaciones civiles también cuestionaron que Bush no haya anunciado ninguna nueva iniciativa de alivio de deuda que, sostienen, mejoraría en gran medida la capacidad de las naciones africanas para afrontar la epidemia y reconstruir sus sistemas de atención de salud.
Las ilegítimas deudas externas de Africa están drenando 15.000 millones de dólares por año que podrían destinarse a la guerra contra el sida. El espíritu y la lógica de la iniciativa presidencial demandan la inmediata cancelación de esas deudas, concluyó Booker. (


