Las entidades públicas y privadas más poderosas del mundo, principales arquitectas de la globalización, no son responsables ni transparentes ante sus miembros y accionistas, advirtió este lunes un análisis independiente.
Unas 60.000 corporaciones trasnacionales, más de 300 instituciones intergubernamentales y 40.000 organizaciones no gubernamentales (ONG), protagonistas del proceso de globalización, no son tan confiables como deberían, según el primer análisis de este tipo efectuado por One World Trust (OWT), con sede en Gran Bretaña.
Este informe demuestra que las organizaciones globales con impacto directo sobre nuestras vidas no siempre son suficientemente responsables, sostuvo Hetty Kovach, quien dirigió la investigación de dos años, titulada Global Accountability Report: Power Without Accountability (Informe Global sobre Responsabilidad: Poder sin Responsabilidad).
Lo más inquietante es que muchas de las organizaciones analizadas no son siquiera responsables ante los individuos, grupos y estados investidos de autoridad para dirigirlas, dijo Kovach.
Esto lleva a preguntarse cómo (estas entidades) podrían siquiera rendir cuentas ante personas o comunidades que no tienen conexión formal con ellas, pero se ven invariablemente afectadas por sus decisiones, añadió.
El análisis, centrado en 18 entidades de alcance mundial, concluyó que las corporaciones y organismos intergubernamentales tienden a ser dominados por minorías poderosas de miembros o accionistas, mientras las ONG logran, en general, un mejor desempeño en cuanto a dar voz a sus integrantes.
En cambio, y exceptuando a la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC, por sus siglas en inglés), las ONG presentan una falta relativa de transparencia sobre sus operaciones, en comparación con las corporaciones y organizaciones intergubernamentales.
No obstante, los tres grupos carecen de un suministro adecuado de información acerca de sus procesos de decisión, sostiene el informe, efectuado por OWT, una organización creada en 1951 por un grupo de parlamentarios británicos.
Las entidades intergubernamentales estudiadas por OWT incluyeron al Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
En el grupo de corporaciones se encuentran gigantes farmacéuticos como Aventis y GlaxoSmithKline, la compañía informática Microsoft, la de alimentos Nestlé, la minera Río Tinto y el grupo Shell, del sector petrolero.
Algunas de las ONG analizadas fueron Amnistía Internacional, CARE International, International Chamber of Commerce (ICC), la IFRC, Oxfam International y el Fondo Mundial para la Naturaleza.
Cada entidad fue valorada según dos criterios: el grado de control o de capacidad de expresión de sus miembros y accionistas en las estructuras de gobierno de la organización, y el alcance de la información sobre sus operaciones, suministrada a través de la red informática Internet.
Los primeros lugares, considerando ambos criterios, fueron ocupados por el IFRC, Amnistía, la OCDE, la OMC y Río Tinto.
En los organismos intergubernamentales, el estudio reveló que un puñado de naciones, casi todas industriales y occidentales, dominan la toma de decisiones a expensas de la mayoría.
Esto es particularmente notable en las instituciones que cuentan con un sistema de voto calificado.
El BIS, la agencia que los bancos centrales del mundo utilizan para establecer normas y regulaciones al sistema bancario mundial, resultó el organismo menos democrático, pues sus mecanismos de gobierno son completamente controlados por un grupo de diez naciones industriales de Occidente.
Algo similar, aunque en un grado menor, ocurre en el Banco Mundial. Y pese a que la carta de la OMC asegura un voto a cada uno de los países miembros, el mismo puñado de estados industriales ejerce una dominación comparable en el sistema multilateral de comercio, de acuerdo al informe de OWT.
Las corporaciones son controladas por una minoría de accionistas, en buena medida por la creciente presencia de grandes inversores institucionales, como los fondos de pensión o las firmas de inversión, que suelen votar en bloque y ejercer su poder directamente sobre el sector gerencial y la administración.
Excepto el ICC, las ONG estudiadas probaron contar con mejores mecanismos para evitar que una minoría de integrantes domine toda la estructura. Amnistía, CARE, Oxfam y la IFRC ocuparon los cuatro primeros lugares entre las 18 entidades analizadas.
Respecto del suministro de información en Internet, los primeros puestos fueron para el Acnur, la IFRC, la OMC y el Banco Mundial.
Las ONG se mostraron mucho menos transparentes que las corporaciones y las instituciones intergubernamentales, sobre todo en la información sobre cómo gastan sus recursos y cómo cumplen sus metas y propósitos.
La única excpeción fue el IFRC, que divulga regularmente este tipo de información.
El análisis subrayó la paradójica falta de transparencia de las ONG, que tradicionalmente han reclamado apertura e información a las corporaciones y organismos multilaterales.
El estudio fue divulgado poco antes del inicio, este jueves, del Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, encuentro de los principales impulsores de la globalización, y del Foro Social Mundial (FSM) de Porto Alegre, Brasil, donde se congregan sus críticos más prominentes.
Ambos foros anuales darán prioridad al asunto de la responsabilidad y transparencia de las instituciones globales.
El Foro de Davos divulgó una encuesta realizada por la consultora Gallup Internacional, acerca de la confianza del público en varias organizaciones nacionales e internacionales, que incluye los tres grupos analizados por OWT.
De acuerdo a la encuesta, efectuada en 15 países, el grupo más respetado es el de las ONG, en especial las ambientalistas y las dedicadas a la promoción social, seguido por las agencias de la Organización de las Naciones Unidas.
Las corporaciones ocuparon los últimos lugares en materia de confianza, mientras los encuestados por Gallup otorgaron una calificación casi tan baja a las instituciones multilaterales responsables de regular la economía global, como el Banco Mundial y la OMC. (