Expertos buscan en las vísceras de 20 bebés las causas de su muerte en un hospital del meridional estado mexicano de Chiapas, pero para los padres de esos niños, la mayoría indígenas, el diagnóstico no es otro que negligencia médica y pobreza.
La exhumación de 20 de los 32 niños de entre un día y dos meses de vida fallecidos en los últimos dos meses en el centro de atención regional de Comitán, en la frontera con Guatemala, es un eslabón más de un escándalo público que puso en entredicho los publicitados programas de asistencia médica del gobierno.
La indígena Concepción Alfaro, quien lloró desconsolada al ver desenterrar el 17 de este mes a sus dos bebés gemelos fallecidos en Comitán, confesó que nadie le explicó de qué y porqué murieron sus hijos.
Alfaro cree que nunca se aclararán las muertes, pero el gobierno mexicano de Vicente Fox y el estadual chiapaneco de Pablo Salazar prometieron que próximamente se conocerá un informe completo y que, si corresponde, se sancionará a los responsables.
En el mismo hospital, que funciona con dineros del Estado, fallecieron en diciembre 26 bebés y en la primera semana de enero seis más. Sin embargo, sólo después de la denuncia presentada por progenitores de los menores muertos fue que el gobierno decidió enviar ayuda especial al lugar y comenzar las investigaciones.
Para Alfaro y los demás padres de los bebés fallecidos, sus hijos murieron por negligencia médica y falta de equipo adecuado.
La pobreza y el rezago en materia de salud están a la vista en Chiapas, donde en enero de 1994 se levantó en armas el izquierdista Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en demanda de justicia para los pueblos nativos.
Alrededor de 1,5 millones de los casi cuatro millones de habitantes de este estado en el extremo sur de México no dispone de servicio médico alguno.
Diversos estudios señalan que existen 0,2 consultorios médicos por cada 1.000 chiapanecos, cinco veces menos que el promedio nacional, y 0,5 médicos por cada 1.000 personas, dos veces menos que la media para los casi 100 millones de habitantes del país.
Además, más de la mitad de la población de Chiapas sufre desnutrición y en las zonas de mayor presencia indígena ese indicador supera 80 por ciento.
Adela Granier, de la Comisión de Salud del Congreso legislativo de México, declaró que las primeras investigaciones indican que en el hospital de Comitán se descubrió la presencia de peligrosas bacterias, que podrían haber causado la muerte de los bebés.
Mientras, la legisladora Elías Moreno, dijo que los decesos no habrían sido causados por negligencia médica sino por falta de recursos e infraestructura. En Chiapas los hospitales son obsoletos, sentenció.
En ese estado fronterizo con Guatemala hay un quirófano por cada 100.000 habitantes y 0,3 camas de hospital por cada 1.000 chiapanecos, indican los estudios.
Un estudio pedido por el gobierno de Chiapas a la Organización Panamericana de la Salud indicó que las muertes de los menores se debieron a problemas de infraestructura médica, a la excesiva carga de trabajo en relación al personal y a las condiciones graves en las que llegaron al hospital la mayoría de esos niños.
Un equipo especializado de médicos mexicanos y otro de cubanos trabaja en Chiapas desde hace varios días para ahondar en las investigaciones y hacer recomendaciones.
El presidente Fox aseguró que en el país existen hoy programas de salud de vanguardia, en especial en las zonas más necesitadas y olvidadas por los gobiernos anteriores.
Sin embargo, la muerte de los menores parece indicar que, al menos en Chiapas, los servicios de salud pública aún dejan mucho que desear.
El insurgente EZLN, que gracias a una ley de pacificación se mantiene en zonas selváticas sin realizar actos violentos ni ser atacado, sostuvo que nada ha cambiado con Fox en Chiapas.
Fox, quien asumió la presidencia en diciembre de 2000, es el primer mandatario en siete décadas que no pertenece al Partido Revolucionario Institucional.
Las muertes de los menores es un asunto grave que será aclarado para tomar medidas que eviten nuevos fallecimientos, prometió el secretario (ministro) de Salud, Julio Frenk.
Pero a la indígena Alfaro eso no le regresará a sus hijos gemelos, muertos según ella, por negligencia médica.
El caso de Comitán provocó fuertes críticas contra Frenk, en momentos en que ese funcionario compite por la presidencia la Organización Mundial de la Salud (OMS), una decisión que se tomará a fin de este mes.
Es una contradicción que Frenk aspire a llegar a la presidencia de la OMS cuando en México mueren bebés por las fallas en los sistemas de salud que él administra, sentenció Raymundo Riva Palacio, analista del diario El Universal. (