Dos legisladores de Estados Unidos opuestos a una acción militar contra Iraq llevaron esta semana su mensaje al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan.
Los representantes John Conyers Jr. y Jim McDermott, del opositor Partido Demócrata, están preparando dos mociones legislativas para exhortar al presidente George W. Bush a abstenerse de atacar Iraq, comunicaron a Annan.
Reaccionamos de acuerdo con la ciudadanía. Más y más personas son conscientes de este problema, dijo McDermott, del estado de Washington, en referencia a las masivas protestas contra los planes de guerra realizadas en distintos puntos del país.
La Cámara de Representantes autorizó el pasado octubre a Bush a invadir Iraq sin la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU, y el Senado respaldó la medida.
La resolución que impulsarán McDermott y Conyers tiende a limitar las facultades presidenciales en ese sentido y a respaldar el actual proceso de inspecciones de armas en Iraq.
Ha habido un cambio gradual de opinión en el Congreso estadounidense. Los ciudadanos están despertando y quieren que sus voces sean escuchadas, destacó Conyers, del estado de Michigan.
Si Estados Unidos decide ir a la guerra por sí solo, las consecuencias serán nefastas tanto para este país como para la ONU, advirtieron los legisladores el jueves.
La administración Bush afirma que Iraq mantiene armas de destrucción masiva pese a la resolución de la ONU que le ordenó deshacerse de ellas luego de la derrota iraquí en la guerra del Golfo (1991).
Hasta ahora, los inspectores de la ONU no encontraron pruebas de tales armas, pero Bush anunció que la semana próxima el secretario de Estado (canciller) estadounidense Colin Powell presentará al Consejo de Seguridad evidencias de la falta de cooperación iraquí con los inspectores.
El presidente reiteró esta semana que su país lanzará una acción militar para derrocar a Saddam Hussein con o sin la aprobación del foro mundial.
No creo que el gobierno haya pensado bien en las implicaciones, declaró McDermott a la prensa luego de su encuentro con Annan, y recordó que la ONU fue creada luego de dos guerras mundiales para prevenir nuevas guerras.
Algunos expertos consideran que la resolución aprobada en octubre es ilegal.
La invasión autorizada viola la Carta de las Naciones Unidas, que fue firmada y ratificada por Estados Unidos. Además, el artículo 6 de la Constitución nacional declara que tales tratados internacionales tienen primacía, explicó Stephen Zunes, profesor de política de la Universidad de San Francisco.
Zunes cree que la derrota de los demócratas en las elecciones legislativas del pasado noviembre es una de las razones que los impulsan a tratar de detener la guerra ahora.
Uno de sus temores es que el Partido Verde, claramente contrario a la guerra, conquiste suficientes votos liberales para derrotar a los demócratas en los comicios de 2004, afirmó.
Pero Conyers aclaró que sus motivaciones no son partidarias. Si Estados Unidos se lanza a la guerra sin el respaldo de la ONU, el foro mundial se verá debilitado, y Washington podría lamentarlo en el futuro, advirtió.
La guerra de Vietnam se terminó por decisión del pueblo estadounidense, no de los miembros del Congreso. El poder de nuestro sistema procede del pueblo, destacó el congresista.
El 18 de enero, cientos de miles de estadounidenses salieron a las calles en varias ciudades para protestar contra los planes de guerra. Están previstas más manifestaciones para el 15 de febrero, en Estados Unidos y muchos otros países.
Ambos legisladores admitieron que probablemente no logren limitar las facultades del presidente para lanzar la guerra.
Sin embargo, hasta que las tropas marchen, habrá esperanza. Si no lo intentamos, no habrá siquiera una probabilidad, concluyó McDermott. (