Un movimiento de voluntarios, la mayoría universitarios, promueve desde hace 25 años la música clásica de India entre los jóvenes, más acostumbrados a los géneros más modernos.
La Sociedad para la Promoción de la Música y Cultura Clásica de India entre la Juventud (SPIC-MACAY) fue fundada en 1977 por Kiram Seth, ahora profesor de ingeniería en el prestigioso Instituto Indio de Tecnología.
Seth se propuso crear un movimiento que preservara la rica tradición musical de su país cuando escuchó la conmovedora interpretación de una canción dhrupad (canción clásica india) en los años 70, cuando estudiaba en la Universidad de Columbia, en Estados Unidos.
Carente de fondos pero nunca de ideas, Seth convenció a algunos compañeros de estudio y persuadió a algunos de los mejores músicos, baliarines y actores de India para que impartieran clases gratis y brindaran espectáculos en escuelas e instituciones de enseñanza media.
En la actualidad, SPIC-MACAY está presente en más de 800 instituciones académicas de 200 ciudades de India y del mundo (incluyendo Australia, Canadá, Estados Unidos y Gran Bretaña), y organiza unos 100 conciertos y otros 150 programas culturales todos los años, pero sin cobrar un sólo dólar.
Entre 350 y 400 estudiantes y jóvenes profesionales acuden a cada uno de los conciertos, en los que los músicos tocan de manera honoraria para apoyar los esfuerzos de promoción cultural de la organización fundada por Seth.
El año 2002 fue especial para SIPC-MACAY, pues marcó las bodas de plata del movimiento.
En total, SPIC-MACAY realizó 2.000 espectáculos el año pasado, en los que no sólo se promovió la música clásica india, sino que también se abrió espacio a otras actividades culturales como conferencias, obras de teatro y de títeres.
Este era un sueño de SPIC-MACAY desde que en 1978 organizó su primer espectáculo en la sede del Instituto Indio de Tecnología sólo con la ayuda de unos estudiantes de ingeniería a punto de recibirse, recordó Seth.
Nadie nos iba a patrocinar, y por eso decidimos crear el Fondo para la Educación y Promoción del Progreso, con el que organizamos nuestros espectáculos. Incluso el Departamento de Cultura de India se mantuvo indiferente al comienzo, señaló.
Pero ahora las cosas son diferentes. Todos elogian el esfuerzo voluntario que ayudó a despertar el interés por la cultura entre los jóvenes mediante estrategias audaces, como la conversión de las obras de teatro musical moderno más famosas de India en actuaciones de corte clásico.
Pensé que la música clásica era muy diferente a lo que oía en las películas. Siempre tuvimos clases de música en el colegio, pero nunca vi la relación entre los distintos géneros musicales, señaló un joven a la salida de un concierto clásico organizado por SIPC-MACAY.
Muchos interesados en incursionar en el arte encuentran una oportunidad de interactuar con los maestros más destacados en los denominados programas de comunión.
Por su parte, los artistas profesionales que colaboran con SIPC- MACAY afirman estar impresionados por el conocimiento que adquieren los jóvenes sobre la herencia cultural de su país gracias al movimiento.
Es el total compromiso y sacrificio de los participantes en el movimiento lo que ha permitido que este trabajo voluntario alcance sus metas, afirmó Shiv Kumar Sharma, renombrado intérprete de shantoor, instrumento de cuerdas clásico.
Hace unas pocas décadas, era difícil ver a personas jóvenes en los conciertos de música clásica. Ahora las cosas cambiaron en forma radical. Me impresiona mucho cuando veo a niños y estudiantes que se me acercan luego de una conferencia a hacerme preguntas, añadió el músico.
Se generó mucho interés con la inclusión de la música en los colegios, pero la real comprensión de lo que es la música se logra cuando un estudiante va a una actuación en vivo. Y el crédito de ese logro es del movimiento, dijo el bailarín Birju Maharaj.
Pero todos estos elogios no se traducen siempre en la necesaria ayuda financiera. El SPIC-MACAY, aun en sus bodas de plata, apenas consiguió 300.000 dólares del gobierno, una suma pequeña para financiar los cerca de 2.000 espectáculos previstos para este año.
La sociedad logra llevar los espectáculos a muchos lugares del país, pero financiarlos se vuelve cada vez más difícil.
La financiación es el mayor obstáculo. Si tuviera más dinero a través de una sociedad con privados, las cosas serían muy diferentes, explicó el crítico musical Prakash Wadhera.
Seth señaló que, con los fondos adecuados, el movimiento podría alcanzar las zonas rurales más marginadas y crear una audiencia en el extranjero, y así evitar quedar confinado a instituciones educativas de las principales ciudades indias. (
