El Ministerio de Educación de Perú discute con organizaciones no gubernamentales dedicadas a la pedagogía un proyecto de reforma educativa para superar el grave problema de calidad que acompaña a la masificación de la enseñanza, según el estudio Evaluación Nacional 2001.
Perú y otros 70 países están en peligro de no alcanzar en 2015 la meta de educación para todos fijada en el Foro Mundial sobre Educación realizado el año 2000 en Dakar, indicó la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en un informe difundido el 13 de noviembre.
La revista Economía y Sociedad, editada por el no gubernamental Consorcio de Investigación Económica y Social, dedicó por completo a la cuestión educativa su última edición, en la cual señaló la existencia de marcadas desigualdades de acceso a la educación en el país, entre áreas rurales y urbanas y en función del género.
Esas desigualdades se reflejan en diferencias importantes de deserción escolar entre áreas urbanas y rurales, en la marcada desventaja de calidad de la educación publica respecto de la privada, y entre los estudiantes que hablan castellano y lenguas indígenas, indicó.
Según fuentes del Ministerio de Educación, en la actualidad se discute si hay que dar prioridad al diseño de nuevos programas educativos y la capacitación de profesores para implementarlos, o al Plan Huascaran, cuya base es el empleo masivo en las escuelas de Internet, la red mundial de computadoras.
El Plan Huascaran fue lanzado por el actual presidente Alejandro Toledo durante su campaña electoral en 2001, cuando prometió modernizar la educación mediante la conexión progresiva de todas las escuelas públicas a Internet.
Ese mismo año, el gobierno provisional de Valentín Paniagua inició el estudio Evaluación Nacional 2001, para conocer la realidad de la educación peruana.
Ese estudio, cuyos resultados se divulgaron en 2002, midió el rendimiento de 40.000 estudiantes de cuarto y sexto grado de primaria y de cuarto grado de secundaria, en 1.226 colegios estatales y privados, y reveló datos alarmantes.
Sólo uno de cada cuatro egresados de primaria evaluados superó el nivel mínimo de comprensión de textos al oírlos, y sólo uno de cada cuatro pudo resolver elementales problemas aritméticos.
Esos resultados echaron por tierra el triunfalista discurso oficial sobre la expansión de la educación pública durante el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000).
Según ese gobierno, la educación peruana había logrado resultados impactantes, porque de 1940 a 2000 el analfabetismo había disminuido de 57 a 12 por ciento, la instrucción primaria había llegado a casi toda la infancia, y la secundaria a 80 por ciento de los jóvenes.
Tales indicadores llevaron al Banco Mundial a ubicar al país en el lugar 15 mundial en materia de cobertura educativa, destacaban las autoridades.
Esos datos son ciertos, pero las estadísticas eran usadas para esconder la verdad, pues las cifras no se ocupan de la baja calidad de la enseñanza, comentó en junio a IPS Víctor Raúl González, ex asesor del Ministerio de Educación.
Perú logró masificar la cobertura educativa, pero desatendiendo la calidad de la educación pública, con los desastrosos resultados revelados por la evaluación efectuada el año 2001, explicó.
Estamos formando semianalfabetos, que saben leer, escribir, sumar y restar, pero que son incapaces de comprender lo que leen o de hacer multiplicaciones, advirtió el especialista en temas educativos Leon Trahtemberg, director del colegio privado León Pinelo.
Se debe declarar en emergencia a la educación y convertirla en el tema prioritario en la agenda del gobierno. No hay que pensar en soluciones mágicas o electrónicas, sino en resolver los aspectos pedagógicos básicos, agregó.
En 2003 se modificarán los programas de matemáticas y lenguaje, para modernizarlos y adecuarlos a niveles de exigencia internacional, anunció el 13 de diciembre el ministro de Educación, Gerardo Ayzanoa.
Habrá un reenfoque total y radical de la enseñanza de matemática y lenguaje, que son áreas básicas para aprender otras cosas, aseguró.
Consultado sobre el Plan Huascarán, Trahtemberg dijo estar de acuerdo con que la tecnología, la informática y el correo electrónico sean accesibles a los estudiantes más pobres, pero consideró prioritario superar con urgencia los problemas básicos detectados por la Evaluación Nacional 2001.
Hay 50.000 escuelas públicas en todo el país, en las cuales estudian más de seis millones de alumnos, y hasta octubre el Plan Huascarán sólo había distribuido 3.410 computadoras para equipar a unas 400 escuelas, apuntó. (