El presidente de Francia, Jacques Chirac, convocó una cumbre internacional para la reconciliación de Costa de Marfil para este mes en París, a la cual invitó a líderes africanos y al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan.
Una vez que el proceso de reconciliación esté en marcha, Francia liderará una coalición internacional de donantes para financiar la reconstrucción del país, dijo Chirac en una reunión con diplomáticos franceses el martes.
El mandatario anunció su iniciativa en momentos en que Francia se muestra cada vez más inmersa en la guerra civil de Costa de Marfil, a donde envió unos 2.600 soldados desde que comenzó el conflicto el 19 de abril.
Los soldados están allí oficialmente para proteger a los ciudadanos franceses, pero en los hechos controlan una línea que divide al país en dos, con las fuerzas del presidente Laurent Gbagbo de un lado y los combatientes del insurgente Movimiento Patriótico de Costa de Marfil (MPCI) del otro.
Los soldados franceses intentan impedir que los insurgentes, que controlan el norte y el occidente, crucen esa línea para dirigirse a la capital, Yamoussoukro, y a los puertos de Abidjan y San Pedro, pilares de la economía de este país de 16 millones de habitantes.
Las fuerzas francesas también protegen las plantaciones de cacao en el occidente. Costa de Marfil es el principal productor mundial de cacao.
El MPCI, además de pretender la salida del poder de Gbagbo, quiere vengar la muerte del general retirado Robert Guei, asesinado el 19 de septiembre cuando el grupo insurgente intentaba realizar un golpe de Estado. El gobierno asegura que Guei era el cabecilla de la insurrección.
Pero el MPCI no es la única organización insurgente. El Movimiento Popular Marfileño del Gran Oeste y el Movimiento para la Justicia y la Paz también luchan contra las fuerzas leales a Gbagbo, y consideran a las tropas francesas invasoras.
El analista político francés Christophe Ayad, del diario izquierdista Liberation, comparó la intervención militar francesa en este país con la de Estados Unidos en Vietnam en los años 60.
Primero enviamos a nuestros soldados para proteger a nuestros ciudadanos. Después enviaremos más soldados para proteger a los soldados que protegen a nuestros ciudadanos. Al final, enviaremos soldados para una guerra, advirtió Ayad.
Al reforzar su aparato militar (en Costa de Marfil), Francia pretende facilitar una solución política al conflicto e impedir una catástrofe humanitaria, aseguró en diciembre el canciller francés, Dominique de Villepin.
Nuestra única intención es garantizar la seguridad de los ciudadanos franceses y extranjeros, agregó. De Villepin, quien manifestó su pleno respaldo a los esfuerzos diplomáticos de gobiernos africanos para poner fin a la guerra civil.
Mandatarios de Africa occidental pidieron la intervención del Consejo de Seguridad de la ONU.
Los soldados franceses mataron al menos a 30 rebeldes el lunes e hirieron a otros más cerca de la noroccidental ciudad de Dukou. Nueve efectivos franceses resultaron heridos en el combate y al menos uno de ellos fue llevado de urgencia a París para recibir tratamiento médico.
Las tropas francesas abrieron fuego luego de que los rebeldes atacaran puestos militares que controlaban la principal carretera de Dukou a Yamaoussoukro y a Abidjan, informaron portavoces de París.
La ministra de Defensa de Francia, Michelle Alliot Marie, afirmó que los rebeldes que atacaron a los soldados franceses eran elementos incontrolables.
El portavoz del ejército de Francia, Christian Baptiste, afirmó el martes que las tropas de su país respondieron en forma contundente los ataques y mataron a un importante número de insurgentes.
El dirigente del MPCI Guillaume Soro dijo a IPS que el ejército francés mató al menos a 50 rebeldes.
El 31 de diciembre, mercenarios blancos que combaten junto a las fuerzas del gobierno, la mayoría de nacionalidad rusa, atacaron la aldea de Menakro, controlada por los rebeldes, y mataron al menos a 12 civiles.
Las fuerzas francesas ni hicieron ningún esfuerzo por detener el ataque, en el que también se utilizaron helicópteros.
A comienzos de diciembre, unos 120 cadáveres fueron hallados en una fosa común en la nororiental ciudad de Monoko Zohi. Las víctimas eran, al parecer, inmigrantes de la fronteriza Burkina Fasso, lo que sugiere el involucramiento del gobierno en la masacre.
La organización de derechos humanos Amnistía Internacional acusó en diciembre al gobierno marfileño y a los rebeldes de cometer crímenes originados por el odio étnico, y sostuvo que las fuerzas oficiales realizaron ejecuciones sumarias, la mayoría contra habitantes del norte del país.
Cuatro de los 16 millones de habitantes de Costa de Marfil son descendientes de las vecinas Malí y Burkina Faso, la mayoría de los cuales viven en el norte del país, cerca de la frontera con esas dos naciones.
Fuerzas del gobierno acosaron a simpatizantes de la Unión de Republicanos, el partido político del ex primer ministro Alassane Outtara, a quien se impidió ser candidato en las elecciones presidenciales de 2000 porque su apellido es característico de la población septentrional y, por lo tanto, no podía ser considerado ciudadano.
Si el ejército francés no cambia su comportamiento, despertará dudas sobre si el MPCI finalmente participará en la reunión de París, señaló Soro.
La cancillería francesa anunció días atrás que el nuevo embajador en Costa de Marfl, Fildas Le Lidec, se reunirá pronto con algunos líderes de la oposición marfileña.
La organización de derechos humanos Amnistía Internacional afirmó en diciembre que Costa de Marfil está a punto de ingresar en un estado de guerra generalizada.
La organización con sede en Londres propuso una movilización internacional inmediata para impedir un baño de sangre similar al sufrido por Ruanda en 1994, cuando en dos meses combatientes de la etnia mayoritaria hutu dieron muerte a 500.000 miembros de la minoría tutsi y hutus moderados. (
