COREA DEL NORTE: No mezclar hambre con armas nucleares

Funcionarios de la ONU y activistas surcoreanos exhortaron a mantener separadas las necesidades humanitarias de Corea del Norte de cuestiones políticas como el programa nuclear anunciado por Pyongyang.

”No se puede convertir a los niños, los enfermos y los ancianos en rehenes de una crisis política con la cual no tuvieron nada que ver”, declaró Maurice Strong, enviado especial de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), tras una visita de tres días a Corea del Norte.

Miles de niños y niñas norcoreanos, desnutridos pero felices, se avalanzan cada día hacia las mesas de escuelas y jardines de infantes donde se sirve pan lácteo azucarado donado por familias e individuos de Corea del Sur.

Este programa, conducido por la Fundación para el Bienestar de Corea (KWF), comenzó en 2001 y ahora alcanza a unos 15.000 niños en 17 institutos de preescolares y 18 guarderías de Pyongyang.

Se trata de una gota en un mar si se tiene en cuenta que ocho millones de norcoreanos, la mitad de ellos niños, están en situación de ”vida o muerte” en este país de 22 millones de habitantes, según Strong.

Sin embargo, ”un pan para cada niño en la mesa es para ellos como una fiesta”, destacó el director de KWF, Kim Hyung-Seok.

Los cortes de energía eléctrica con frecuencia impiden el pleno funcionamiento de la panadería y ponen en duda el futuro de este modesto proyecto de asistencia.

”Cada vez que se corta la energía, los panaderos amasan con sus manos, pero sólo pueden hacer la mitad de su producción diaria habitual”, explicó Kim.

La panadería de la KWF en Pyongyang utiliza harina, huevos y manteca transportados en barco desde Corea del Sur.

Muchos surcoreanos realizaron donaciones para la construcción de la fábrica, hace dos años. Luego, Koryodang, la panadería más antigua de Corea del Sur, envió sus panaderos a Pyongyang para enseñar a un grupo de norcoreanos a hacer pan y agregarle valor nutricional.

La distribución está a cargo de socios norcoreanos de la KWF, entre ellos el Consejo Nacional para la Reconciliación.

Ahora, la fundación quiere construir una panadería más grande, pero la tensión internacional por las ambiciones nucleares de Pyongyang aumentaron la incertidumbre sobre el futuro del programa.

La crisis comenzó cuando Corea del Norte admitió en octubre pasado tener un programa secreto de enriquecimiento de uranio, en contra de los términos de un tratado bilateral con Estados Unidos.

Luego, este mes, la tensión aumentó cuando Pyongyang anunció su retiro del Tratado de No Proliferación Nuclear.

Funcionarios de la ONU destacaron que las necesidades humanitarias de los norcoreanos no pueden ser ignoradas mientras Corea del Sur, China y Rusia intentan impulsar un diálogo entre Washington y Pyongyang.

”Si nos cruzamos de brazos, toda una generación de niños norcoreanos podría desaparecer”, advirtió John Powell, del Programa Mundial de Alimentos (PMA), citado por el diario Joongang.

”Resolver la cuestión nuclear llevará tiempo, pero mientras debemos ayudar para alimentar a los niños norcoreanos”, exhortó Chung Hee-Gyung, decano de la Facultad Chungkang de Industrias Culturales, de Seúl.

Funcionarios de la ONU están preocupados por la reducción de la ayuda alimentaria en los últimos años. En 2002, el PMA brindó alimentos a 3,4 millones de personas, frente a 6,4 millones en 2001, en su mayoría niños.

Un millón de escolares norcoreanos dejaron de recibir sus raciones desde septiembre pasado. Además, unos 460.000 preescolares no reciben ayuda alimentaria desde octubre, y 920.000 niños que asisten a guarderías no la reciben desde noviembre.

”Hay una tendencia a la fatiga de la ayuda internacional hacia Corea del Norte luego de seis años de concentración de los esfuerzos en ese país, entre 1995 y 2001”, lamentó Kim, de la KWF.

La ayuda alimentaria de Estados Unidos a Corea del Norte cayó de 300.000 toneladas en 2001 a 155.000 toneladas en 2002, y Japón prácticamente suspendió toda ayuda desde principios de 2002.

Activistas locales estimaron que la ayuda extranjera a Corea del Norte cayó de 360 millones de dólares en 1999 a la mitad de esa cantidad en 2000, y que disminuyó todavía más en 2002.

”Las primeras víctimas de la acción nuclear de Corea del Norte son sus niños hambrientos, que no tienen nada que ver con la política y lo único que precisan es una taza de leche, sopa y pan para sobrevivir”, señaló Chung Jung-Ae, miembro de KWF.

Mientras, grupos humanitarios y religiosos urgen a los surcoreanos a donar al norte lo que puedan. Organizaciones no gubernamentales del sur de la península recaudaron en 2002 unos 65 millones de dólares para Corea del Norte, frente a 35 millones en 2001.

”Quien done 5.000 wons (cuatro dólares) estará alimentando a un niño norcoreano durante un mes”, explicó un activista de KWF, que también recolecta ropa, medicamentos y leche en polvo. (

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