AUSTRALIA: La verdad es otra víctima de tragedia en alta mar

La presión pública aumenta sobre el gobierno de Australia para que extradite a un traficante de personas egipicio detenido en Indonesia, acusado por el hundimiento de un barco en que murieron 353 refugiados.

La precaria embarcación denominada SIEV-X por las Fuerzas Armadas de Australia naufragó el 19 de octubre de 2001 en su viaje desde Indonesia a la septentrional isla australiana de Christmas. Sólo sobrevivieron 44 de los casi 400 refugiados que iban a bordo, la mayoría iraquíes.

SIEV son las siglas en inglés de Embarcación Sospechosa de Ingreso Ilegal, utilizada para nombrar buques cargados de refugiados que intentan ingresar a Australia.

Las sospechas aumentan contra el gobierno del primer ministro australiano John Howard por su responsabilidad en la tragedia, en especial por su campaña anunciada meses atrás para ”desbaratar físicamente” a los barcos que trafican personas.

La policía australiana pidió a Yakarta la detención preventiva del egipcio Abu Quessay, acusado de organizar la travesía del SIEV- X y que cumplió hasta el 1 de este mes una sentencia de seis meses en la prisión indonesia de Cipinang por varios delitos relacionados con el tráfico de personas.

Pero el ex diplomático australiano Tony Kevin, quien señaló varias inconsistencias en la explicación oficial sobre lo que ocurrió con el SIEV-X, duda que Canberra esté interesado en que Quessay diga ante un tribunal lo que sucedió en realidad.

Las autoridades indonesias retienen a Quessay, que también usa el nombre falso de Motaz Attia Mohammad Hasan, en un centro de detención de inmigrantes y consideran deportarlo a Egipto. Ahora el momento clave para que el gobierno de Australia vaya por él, según organizaciones de defensa de los refugiados.

”Hasta que la Policía Federal Australiana no se concentre en el asunto más importante aquí, que es la responsabilidad por la muerte de 353 seres humanos, no habrá una actitud adecuada”, afirmó Kevin, quien realiza una investigación independiente sobre el caso.

Portavoces de Canberra dijeron a la prensa indonesia que ”los fiscales indonesios carecen del poder legal para acusar a Quessay de homicidio por negligencia”.

Las fuentes señalaron que, aun si Quessay es extraditado a Australia, ”el juicio será limitado a los viajes que admita haber organizado y que llegaron a zonas de jurisdicción de Australia”, excluyendo así al SIEV-X, que se hundió en aguas internacionales.

Portavoces de la Policía Federal insistieron en que la orden de detención de Quessay por el SIEV-X es válida todavía. ”Hemos pedido la orden y estamos tras este hombre, pero no estamos en posición de decir nada más”, indicaron.

Pero las autoridades australianas, que brindaron declaraciones a la prensa de Indonesia, mantienen un estricto silencio ante la prensa de su país.

”Estoy seguro de que la respuesta sería por completo distinta si hubiera muerto un solo ciudadano australiano en ese barco. Es terrible que la Policía Federal no haya respondido públicamente desde el 1 de enero a ninguna pregunta sobre lo que está pasando con Quessay”, afirmó Kevin.

El ex diplomático sostiene que el gobierno australiano teme que el traficante egipicio revele detalles de las operaciones de la Policía Federal contra los barcos con refugiados.

La Policía Federal recibió tres millones de dólares para financiar la creación de su Equipo de Combate al Tráfico de Personas, que trabajará en coordinación con la policía indonesia para desbaratar operaciones de traficantes.

El Senado australiano, a pesar de la fuerte oposición del gobernante Partido Liberal, aprobó en diciembre una moción presentada por el opositor Partido Laborista exigiendo a los gobiernos de Australia y de Indonesia que redoblen los esfuerzos para llevar a Quessay ante la justicia.

Poco antes de que se aprobara la moción, la Policía Federal anunció que había emitido la orden de detención contra Queesay, pero aclaró que todavía no sabía ”con exactitud la identidad de los dueños del SIEV-X ni el día de su partida de Indonesia ni el lugar específico en que se hundió”.

Sin embargo, el jefe de la Policía Federal, Mick Keelty, dijo en noviembre ante una comisión del Senado que analiza el caso que los investigadores de la Marina Real Australiana ”obtuvieron información sobre la empresa propietaria del barco”, pero no dio más detalles.

La Policía Federal también admitió que suele colocar aparatos de comunicación en barcos sospechosos de realizar tráfico de personas, pero negó que los haya colocado en el SIEV-X. De haberlo hecho, tendría datos precisos del lugar en que se hundió.

Quessay, si es deportado a Egipto, sólo podría ser extraditado a Australia en la eventualidad de que pase por Singapur o Tailandia, que tienen tratados de extradición con Canberra. Esto es posible, dado que no hay vuelos directos desde Yakarta a El Cairo.

Las autoridades indonesias no han informado si deportarán a Quessay a Egipto.

”Con seguridad, dentro de poco veremos comunicados de prensa oficiales y declaraciones de autoridades australianas, y no sólo comentarios de fuentes de Yakarta”, afirmó Kevin. (

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