VENEZUELA: Contrabando alivia la sed en frontera con Colombia

En el centro de la tórrida Maracaibo, la principal ciudad noroccidental de Venezuela, las bebidas gaseosas Postobón y Tutti Fruti contrabandeadas desde Colombia reemplazan a las locales Pepsi Cola y Coca Cola, que la crisis política hizo desaparecer.

Esa es sólo una muestra fronteriza de las consecuencias de la huelga general iniciada el 2 de este mes contra el gobierno de Hugo Chávez, que ha paralizado en Venezuela la actividad petrolera, la industria manufacturera, el comercio, la educación y otros servicios.

Los comercios ya no venden leche ni harina de maíz precocida, y escasean la cerveza, las bebidas carbonatadas, el agua envasada, el arroz y derivados del trigo. Además, los supermercados redujeron su horario de atención al público a menos de la mitad de lo habitual.

La tienda Licores Supply, en la misma Maracaibo, expende grandes cantidades de cervezas colombianas Aguila, Costeñita y Bavaria, ante la notable merma de las venezolanas Polar, Regional y Brahma, esta última producida por una firma brasileña.

Los refrescos ”los traen contrabandistas de (la septentrional ciudad colombiana de) Maicao y son más suaves que las que conseguimos aquí”, comentó a IPS el vendedor ambulante José González.

”Si no venden las que se hacen en Venezuela, pues consumimos las otras que vengan”, complementó Miguel Arango, uno de los clientes circunstanciales de González.

En los estados venezolanos fronterizos con Colombia, como el noroccidental Zulia, cuya capital es Maracaibo, o el sudoccidental Táchira, la falta de suministros locales comineza a ser compensada con productos del país vecino.

Desde Táchira, nudo de nueve de los 11 pasos carreteros entre ambos países, ”la gente va en automóvil o autobús a (la cercana ciudad colombiana de) Cúcuta”, y ese viaje de una o dos horas permite conseguir ”todos los productos, leche incluida”, narró a IPS Omaira Contreras, una maestra de San Antonio.

”Los productos en Colombia son más caros, pero nos compensa que el bolívar venezolano ha mejorado 10 por ciento respecto del peso colombiano”, apuntó.

Ambas monedas tienen como referencia el dólar, que por falta de demanda bancaria en Venezuela al avanzar la huelga pasó de cotizarse a 1.380 bolívares a 1.300 por unidad en las dos últimas semanas.

Ese aprovisionamiento venezolano del otro lado de la frontera se reflejará en balances de fin de año favorables para los comercios minoristas de las ciudades colombianas, pero algo muy distinto ocurre con el intercambio binacional a gran escala.

La huelga contra Chávez ”ha causado a los transportistas colombianos pérdidas diarias de 270.000 dólares y ha inmovilizado 7.500 toneladas de carga”, afirmó el presidente de la Federación Colombiana de Transporte de Carga, Jorge Sorzano.

Colombia y Venezuela son, recíprocamente, el principal cliente después de Estados Unidos, el principal destino de exportaciones no tradicionales de ambos países, considerándose su intercambio la locomotora de la integración comercial de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), que también integran Bolivia, Ecuador y Perú.

Casi la mitad de los 5.631 millones de dólares que en 2001 comerciaron entre sí los países miembros de la CAN correspondieron al intercambio entre Colombia y Venezuela.

Colombia vendió a Venezuela el año pasado por valor de 1.726 millones de dólares, en especial alimentos y confecciones de ropa, y le compró por 730 millones de dólares en acero y alimentos principalmente.

De este modo, Colombia logró romper en una década la tradición de una balanza comercial bilateral favorable a Venezuela.

Juan González, presidente de la Cámara Venezolana de Comercio e Integración (Cavecol), que apoya la huelga, dijo a IPS que ”el paro agravará un intercambio comercial que ya difícilmente llegaría este año, producto de la recesión en Venezuela, a 2.000 millones de dólares, 25 por ciento menos que el año pasado”.

Por su parte, el colombiano Javier Díaz, de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), advirtió que las exportaciones a Venezuela ”cayeron 31 por ciento en los primeros nueve meses de 2002, respecto del mismo lapso de 2001, y caerán aún más en la medida en que la huelga en Venezuela se prolongue”.

La crisis política venezolana, con empresas que se niegan a pasteurizar leche o producir harina hasta que se logre desplazar a Chávez del gobierno, llevará a la importación de alimentos, admitió el ministro de Agricultura, Efrén Andrades.

Normalmente, Venezuela importa la mitad de los alimentos que consume, según estudios de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

El presidente de la estatal Corporación de Abastecimientos, Pedro Puglisi, explicó que en los planes inmediatos se prevé importar, con ofertas de Colombia, Cuba y República Dominicana, 35.000 litros de leche UHT (larga duración), 100.000 kilogramos de harina de maíz y volúmenes a determinar de aceite vegetal.

”Esta es una situación en la que uno no puede sacar partido o esquivarla. Hay que esperar que todo evolucione favorablemente para evitar un mal mayor a un comercio que es el segundo en importancia para Colombia”, dijo el vicepresidente de la Asociación de Industriales de Colombia, José Puyo. (FIN/IPS/hm/dm/if ip/02

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