SALUD-PAKISTAN: Soja transgénica, preocupación importada de EEUU

Organizaciones de consumidores de Pakistán pidieron a la justicia, por primera vez en la historia de este país, la moratoria a la importación y venta de productos transgénicos, preocupadas por la introducción de soja procedente de Estados Unidos.

El cultivo y uso de soja transgénica pueden dañar la salud humana y el ambiente, según la solicitud presentada ante la Corte Suprema de Lahore, principal tribunal de la oriental provincia de Punjab, por la Red de Protección a los Consumidores y la Fundación de Desarrollo Sungi.

La mayoría de la soja utilizada en Pakistán es importada por empresas avícolas como alimento para aves de corral, con lo que se incorpora a la cadena alimentaria humana.

Las organizaciones demandantes solicitaron al tribunal una moratoria a la importación y venta de toda semilla y alimento transgénico hasta que el gobierno establezca formalmente normas que garanticen la utilización segura de esos productos.

Pakistán es firmante del Protocolo de Bioseguridad, tratado internacional incorporado a la Convención de las Naciones Unidad sobre Diversidad Biológica, pero aún no estableció normas nacionales que adecuen la legislación nacional al convenio.

Estos acuerdos se refieren al transporte trasnfronterizo de transgénicos u organismos genéticamente modificados (OGM), como se denomina a cualquier especie viva cuya estructura genética haya sido alterada por la acción humana, en la mayoría de los casos mediante la introducción de genes de otras especies.

Además, la Convención y el Protocolo obligan al país exportador y al importador a mantenerse informados sobre el carácter transgénico de los productos en cuestión.

Expertos aseguran que no existen garantías de que el consumo humano de OGM o su introducción en la cadena alimenticia sean inocuos para el ser humano, y que su liberación en el ambiente constituye una amenaza para el ambiente y para los cultivos tradicionales.

Las normas sobre bioseguridad aún en discusión en Pakistán deben imponer requisitos de seguridad, transporte y manejo de organismos genéticamente modificados (OGM), tanto importados como desarrollados dentro del país.

Pakistán carece hoy de leyes que prohíban la importación de OGM, a pesar de que la Ley de Alimentación vigente desde 1961 exige a los exportadores incluir en las etiquetas la lista de ingredientes de los productos alimenticios.

De todos modos, juristas expertos en leyes sanitarias afirman que ese requisito no incluye la obligación de avisar en las etiquetas que el producto contenga transgénicos, pues la modificación genética del artículo no necesariamente implica la creación de un ingrediente nuevo.

”Para lidiar con esta nueva variedad de alimentos, el país requiere, por un lado, un marco regulatorio en materia de seguridad, y, por otro, una ley que obligue a los exportadores a declarar si su producción ha sido manipulada genéticamente”, dijo el abogado Hafiz Abdul Aziz, experto en propiedad intelectual.

”Eso permitirá a los consumidores ejercer su derecho de elección entre alimentos transgénicos y los producidos de manera natural”, agregó Aziz, profesor de la Universidad Islámica Internacional con sede en Islamabad.

Estados Unidos, el mayor productor de OGM del mundo, no es firmante del Protocolo de Bioseguridad. El Departamento (ministerio) de Agricultura estadounidense calculó este año que 75 por ciento de la soja cultivada en ese país era transgénica.

Las organizaciones demandantes presentaron la solicitud ante la justicia luego de que la estatal Corporación Comercial de Pakistán publicó el mes pasado en la prensa un aviso de remate de 6.000 toneladas de aceite de soja.

Aunque el tribunal de Lahore no detuvo el remate, aprobó el pedido de audiencia sobre la base de que el asunto era de interés para la salud pública. Por lo tanto, ordenó al gobierno a comparecer en una audiencia, fijada para el 12 de este mes.

Los abogados de las organizaciones afirmaron que el pedido de suspensión continúa en pie, a pesar de la decisión del tribunal, pues continúan recibiendo informes sobre importación y venta de aceite de soja y alimentos transgénicos en Pakistán.

”Este caso, de hecho, deja en evidencia la preocupación de organizaciones civiles por que se establezcan leyes y regulaciones que aseguren que los alimentos consumidos están libres de peligro”, dijo uno de los abogados que presentaron la demanda, Nadir Altaf.

La importación de soja estadounidense tiene origen en el pago por adelantado de 467 millones de dólares por la compra de 28 aviones de combate F-16 estadounidenses, suspendida por las sanciones militares impuestas por Washington a Islamabad como respuesta al desarrollo de armas nucleares en el país asiático.

En 1998, el gobierno de Estados Unidos accedió a devolver 327 millones de dólares en efectivo y devolver el resto en bienes y servicios.

Washington suministró trigo a Islamabad en septiembre de 1999, cuando Pakistán sufrió escasez del cereal. Quedó desde entonces una deuda pendiente 80 millones de dólares a pagar en bienes.

El gobierno militar de Pervez Musharraf decidió adquirir con ese remanente 245.000 toneladas de harina de soja y 30.000 toneladas de aceite del mismo grano.

La primera partida, de 12.500 toneladas de aceite, llegó a Pakistán el año pasado. Su remate por parte de la Corporación Comercial de Pakistán se desarrolló con suma discreción.

Además, luego de que Pakistán brindara a Estados Unidos apoyo en su guerra contra el régimen islámico de Talibán en Afganistán, el gobierno de George W. Bush aprobó el envío de una nueva partida de 30 millones de dólares de soja en grano excedente en sus depósitos, en el marco del programa ”Alimentos por Progreso”.

El monto de lo que obtuviera el gobierno en la licitación por la venta del ceral se utilizaría para fomentar el desarrollo rural y programas de alivio de la pobreza, informó un portavoz del Ministerio de Comercio.

De todos modos, funcionarios del propio ministerio indicaron que el acuerdo entre Estados Unidos y Pakistán sólo menciona el producto objeto de la transacción, y no la modalidad de producción.

El abogado Altaf sostuvo que corresponde al gobierno determinar si la soja importada por Pakistán es o no transgénica. (FIN/IPS/tra-eng/mr/aag/ral/mj/he dv an/02

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