METEOROLOGIA: El mundo sigue al rojo vivo

Este año se caracterizó por la persistencia del aumento de la temperatura, y fue el segundo más tórrido en un siglo y medio de mediciones, advirtió este martes la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

El otro rasgo saliente de 2002 fue la reaparición del fenómeno de El Niño, aunque en una versión más moderada que la catastrófica de 1997-1998.

Desde 1900, la temperatura en el mundo subió 0,6 grados, y las mediciones de este año hasta fines de noviembre fueron medio grado mayores que el promedio anual registrado entre 1961 y 1990.

En consecuencia, 2002 desplazó a 2001 del segundo lugar entre los años con registro, y sólo es superado por 1998, llamado "el año de fuego" del siglo XX.

Las marcas excepcionales en los termómetros de los últimos años no fueron episodios aislados. Resulta claro que el recalentamiento se aceleró en los últimos 25 o 26 años, sostuvo el director del programa climático mundial de la OMM, Kenneth Davidson.
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La tasa de crecimiento de la temperatura de esas dos décadas y media no registra antecedentes en los últimos 1.000 años, y eso se comprueba a partir de muestras de las capas de hielo, de los lechos marinos y de los anillos de los árboles, explicó.

Uno de los aspectos más llamativos del fenómeno del recalentamiento es la rapidez con que se produce. Davidson admitió que quedó sorprendido al comprobar el ritmo de aumento de de la temperatura.

"Debo reconocer que no lo esperaba", señaló en una rueda de prensa de presentación del informe de la OMM. "Pero creo que esa tendencia dejó pasmado a todo el mundo", añadió.

El fenómeno es estudiado por el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglos en inglés), integrado por científicos que se dedican a estudiar el recalentamiento del planeta.

El tercer informe de evaluación del IPCC señaló que el mundo se recalienta a temperaturas sin precedentes, y el aspecto más notable de esa investigación fue indicar que las acciones humanas son la causa más probable del fenómeno, destacó Davidson.

"Tengo que decir, por supuesto, que esa es también la opinión de los miembros de la OMM", la agencia de la Organización de las Naciones Unidas que se ocupa de la investigación y la divulgación de información sobre fenómenos climáticos, recalcó.

La tendencia al recalentamiento persistirá si no se adoptan medidas suplementarias contra la emisión de gases que causan efecto invernadero, al retener calor en la atmósfera, sostuvo el secretario general adjunto de la OMM, Hong Yan.

El informe annual de la OMM, presentado este martes en Ginebra por el mismo Yan, da cuenta de la aparición durante 2002 de las condiciones de El Niño en el Pacífico tropical.

El fenómeno de El Niño se origina con intervalos de tres a siete años, cuando la superficie del mar presenta temperaturas superiores a las habituales en una amplia región del Pacífico cercana a Australia, y una corriente de agua cálida se desplaza hacia las costas occidentales de América del Sur.

La presencia de esa corriente altera los vientos y el clima, y puede causar grandes temporales, inundaciones o sequías.

Los climatólogos advierten que eso es sólo una fase de un ciclo de cambios característicos que puede compararse con el movimiento de un péndulo. El Niño es uno de los extremos de ese movimiento.

La humanidad tiene aún presentes las dos últimas apariciones más fulminantes de El Niño, en 1982-1983 y sobre todo en 1997-1998, consideradas las mayores de la historia, que alternaron efectos de sequía y torrenciales lluvias, con consecuencias devastadoras para seres humanos y economías.

Pero Davidson pronosticó que las condiciones de El Niño comenzarán a encaminarse hacia la neutralidad en mayo de 2003.

La OMM también llamó la atención sobre la reducción del llamado agujero de la capa de ozono sobre la Antártida que se verificó este año durante la primavera austral, con la extensión más pequeña de ese adelgazamiento desde 1988.

A fines de septiembre se produjo un hecho sin antecedentes conocidos, cuando ese agujero se escindió en dos partes. Hasta mediados de octubre, la zona de adelgazamiento se amplió, pero a comienzos de noviembre desapareció.

La escasa extensión y la brevedad del fenómeno fueron atribuidas por la OMM a alteración de las condiciones meteorológicas en la estratosfera.

Por último, el informe mencionó que la extensión de la capa de hielo que cubre el océano Artico era en septiembre de 2002 la más reducida desde 1978, cuando comenzaron a realizarse observaciones de esa región mediante satélites.

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