Estados Unidos y las instituciones financieras internacionales son culpables del hambre en Africa, porque sus políticas aumentan las arcas de las empresas multinacionales a expensas de las economías nacionales y los pobres, aseguró un grupo de expertos de la sociedad civil.
El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), respaldados política y financieramente por Estados Unidos, exacerbaron el hambre en Africa a través de programas de ajuste estructural, afirmó la organización estadounidense Food First / Institute for Food and Development Policy en un nuevo informe.
Esos planes obligan a los países endeudados a recortar sus servicios sociales, exportar sus cosechas, desmantelar sus reservas agrícolas y devaluar sus monedas para poder pagar la deuda, dice el informe publicado el miércoles, titulado The Profits of Famine (Las ganancias del hambre).
Raj Patel, analista político de Food First y autor del informe, culpó a Estados Unidos por promover esas políticas.
El gobierno de Estados Unidos ha generado hambre por 20 años a través de una política macroeconómica que, aunque se presenta como 'austera', sistemáticamente enriquece a las grandes empresas y empobrece a las familias trabajadoras, sostuvo.
Washington alimenta entonces a los hambrientos con el excedente de comida que produce esta política, añadió Patel.
La Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) gasta más de 1.000 millones de dólares al año en la compra de excedentes de compañías agrícolas estadounidenses y las envía a los hambrientos.
La ayuda alimentaria sirve entonces para apoyar a los agricultores estadounidenses y a la vez produce una apariencia de humanitarismo, señala el informe.
Mientras, millones de personas están amenazadas por el hambre en el sur y el este de Africa.
Decenas de organizaciones humanitarias se unieron el martes al Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas en el lanzamiento de una campaña mundial para ayudar a la población en riesgo de esas regiones africanas.
En el este de Africa (Etiopía y Eritrea), el sur (Zimbabwe, Zambia, Malawi, Lesotho, Mozambique y Swazilandia) y el oeste (Burkina Faso, Malí, Mauritania y Níger), más de 34 millones de personas padecerán inseguridad alimentaria en los últimos seis a ocho meses, advirtieron los grupos.
Si esas personas no reciben más ayuda alimentaria a tiempo, enfrentarán una hambruna similar a la de Etiopía en 1984 y 1985, agregaron.
Esta es una crisis sin precedentes que exige una respuesta sin precedentes, declaró el martes James Morris, director ejecutivo del PMA.
La comunidad internacional todavía no ha percibido plenamente la magnitud del desastre que se cierne sobre Africa, añadió Morris.
Aunque existe un acuerdo general sobre la gravedad de la situación, hay discrepancias sobre las causas del hambre en Africa.
Algunos representantes de gobiernos occidentales sostienen que el hambre se debe a múltiples factores, algunos de ellos naturales, como las sequías y las inundaciones.
Pero otros observadores, entre ellos funcionarios de gobiernos africanos y activistas de la sociedad civil, aseguran que las causas son hechas por el hombre, como las políticas y los programas promovidos por las instituciones financieras multilaterales.
Food First es una de las pocas organizaciones que apuntó su dedo directamente a las políticas de Estados Unidos y a las que promueve en el Banco Mundial y el FMI a través de su influyente posición.
La reestructuración económica despoja a los países de su soberanía alimentaria y además ayuda a las multinacionales estadounidenses a encontrar nuevos mercados para sus alimentos manipulados genéticamente, prohibidos en la Unión Europea y Japón, dice el informe.
La causa del hambre no es la falta de alimentos, sino la pobreza, concluye el documento. (FIN/IPS/tra-en/em/ml/mlm/dv/02