CINE-BANGLADESH: La cara luminosa de las madrasas

Una película de Bangladesh que intenta desmitificar las madrasas, escuelas religiosas islámicas consideradas en Occidente semilleros de terroristas, logra creciente repercusión internacional.

”Matir moina” (”Pájaro de arcilla”) ganó este año el premio al mejor libreto en el Festival de Cine de Marrakesh, Marruecos. Los críticos destacaron que la obra ”muestra la belleza interna del Islam, mientras explora el peligro de ponerle a esa religión una falsa fachada”.

El director, Tareque Masud, ganó en octubre un premio en el Festival de Cine de Cannes y recibió ayuda financiera del gobierno de Francia, tras participar en un concurso de libretos para películas del mundo en desarrollo.

”La fe musulmana estimula al creyente a buscar el conocimiento y promover el diálogo. En el Bangladesh rural, donde es propagado principalmente por los místicos, el Islam evoluciona hacia una religión inclusivista”, sostuvo Masud.

Las versiones predominantes en Occidente de que ”las madrasas forman a militantes islámicos violentos no reflejan la realidad de Bangladesh ni ayudan a esos niños”, afirmó el cineasta

”Quise representar la 'islamofobia' de las naciones ricas occidentales y también explicarle el complejo papel de las madrasas en nuestra sociedad a los intelectuales laicos de Bangladesh y a nuestra clase media-alta, que simpatiza con Occidente. No se puede mirar todo negro o blanco”, añadio Masud.

La historia de ”Matir moina” ocurre en los años 60, cuando estaba en curso la guerra de liberación nacional de Bangladesh (entonces Pakistán oriental).

El protagonista es Anu, un adolescente enviado a una madrasa por su padre ortodoxo para evitar que su tío liberal lo expusiera al modo de vida ”pagano”.

El muchacho, procedente de una familia acomodada, nunca llega a sentirse cómodo en el colegio donde la mayoría de sus compañeros pertenecen a la clase baja.

Sin embargo, el joven pronto encuentra a un amigo en un maestro liberal, que enseña historias mitológicas a sus alumnos y los estimula a tener una mente abierta.

Anu también se hace amigo de Rokon, un imaginativo muchacho huérfano que intenta desafiar las severas reglas del seminario creando su propio mundo, en el que reina la libertad.

El filme de 98 minutos también habla de la campaña de asesinatos masivos llevados a cabo por los militares de Pakistán para socofocar la insurreción independentista bengalí.

Masud asistió a una madrasa en su adolescencia. ”Era esencialmente no política, pero ante el temor de que los partidarios de la secularización se hicieran cada vez más fuertes, muchos de mis maestros decidieron tomar una postura”, dijo.

En la película, el maestro principal de la madrasa le dice a su congregación: ”Tenemos que estar listos por si es necesaria la yihad (guerra santa) para salvar a nuestro país musulmán de las influencias ateas de los laicos”.

Pero el maestro liberal, amigo de Anu, responde: ”Nuestro deber es criar a los niños pobres y huérfanos que tenemos a nuestro ciudado como verdaderos musulmanes, y no meterlos en política”.

En cierta medida, se trata de una película sobre la esclavitud humana en todas sus formas, desde la metáfora de su título hasta la letra de una canción mística que se repite una y otra vez a lo largo del filme.

”¿Por qué infundes mi corazón con un anhelo si no le das a mis alas la suficiente fuerza para volar?”, pregunta un cantante.

En la actualidad, Bangladesh cuenta con unas 15.000 madrasas de nivel primario, con más de 2,6 millones de estudiantes, y que constituyen el único refugio para los niños pobres y huérfanos.

”Pero ésta no es una película sobre madrasas. Es esencialmente sobre el conflicto entre la rigidez y la apertura, sobre las relaciones entre las personas ciegas por un sistema de creencias y las personas abiertas a la vida”, explicó Masud.

”Estas contradicciones y estas relaciones existen en todas las sociedades. En las familias, en niveles sociales y culturales, en la política e incluso en instituciones estrictas como las madrasas”, añadió.

El director cree que el sincretismo, la fusión de creencias o religiones diferentes es una ”cultura viva” en Bangladesh, pese a que 83 por ciento de los habitantes son musulmanes.

La película había sido prohibida inicialmente por el gobierno de Bangladesh, que temía afectar la ”sensibilidad religiosa” de la población, pero finalmente fue presentada en octubre, luego de que que se alimentara la curiosidad con la polémica desatada en programas de televisión y en la prensa.

”La película presenta una visión muy comprensiva de la educación en las madrasas, que contrasta radicalmente con la perspectiva occidental de la educación religiosa musulmana en esas instituciones”, señaló en su editorial el periódico en inglés Daily Star.

”Todo lo que se muestra en la película puede referirse a cualquier sistema educativo basado en la religión en cualquier sociedad de cualquier parte del mundo”, añadió el diario. (

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