TURQUIA: Partido con raíz islámica tendrá mayoría absoluta

Las elecciones del domingo en Turquía desplazaron al tradicional elenco gobernante y orogaron mayoría parlamentaria absoluta a un nuevo partido con raíces islámicas, pero partidario de la laicidad estatal y el ingreso a la Unión Europea (UE).

El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AK, por sus siglas en turco), liderado por Recep Tayyip Erdogan, ex alcalde de Estambul, logró 363 bancas, y el socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo obtuvo 178.

Sólo esos partidos superaron el mínimo de 10 por ciento de los votos requerido para obtener representación parlamentaria, con 35 y casi 20 por ciento, respectivamente.

Los otros 16 partidos que se presentaron quedaron fuera del parlamento, y eso parece poner fin a muchas carreras políticas, entre ellas la del primer ministro Bulent Ecevit, cuyo Partido de la Izquierda Democrática logró menos de de dos por ciento de los votos, tras haber obtenido 22 por ciento en las anteriores elecciones, de 1999.

”Cometimos suicidio colectivo”, comentó Ecevit, quien se opuso a renunciar para dar paso a elecciones anticipadas, pese a sus problemas de salud, pero no logró convencer a sus aliados en la derrotada coalición de gobierno.

Los comicios del domingo se realizaron 18 meses antes del fin del mandato constitucional de Ecevit, y fueron los primeros con observadores internacionales.

Los líderes de los otros dos integrantes de la coalición de gobierno anunciaron que renunciarán a sus cargos de conducción partidaria. Esa decisión fue adoptada por Mesut Yilmaz, del pro europeo Partido Unión de la Madre Patria, y por Devlet Bahceli, del ultraderechista Partido del Movimiento Nacional.

El partido de Bahceli fue el único que expresó oposición a las exigencias de reforma planteadas por la UE para aceptar el ingreso de Turquía, entre ellas la abolición de la pena de muerte y el reconocimiento de derechos de la minoría kurda.

También renunciará a la jefatura de su fuerza política Tansu Coller, primera mujer en ocupar la jefatura de gobierno, cuyo Partido de la Vía Justa logró 9,5 por ciento de los 32 millones de votos emitidos, en una población de 70 millones.

”Explosión social desde las urnas” fue el principal titular del diario Hurriyet este lunes.

Muchos expresaron alivio por el fin de la insólita coalición gobernante, pero otros han señalado con preocupación que los 16 partidos excluidos del parlamento sumaron el apoyo de 45 por ciento de los votantes.

El éxito de Erdogan es en especial destacable, porque era la primera vez que el AK se presentaba a elecciones, pero el ex alcalde no podrá ser primer ministro, porque ese cargo está reservado a los legisladores y él está inhabilitado para ocupar una banca, desde que fue condenado a cuatro meses de cárcel hace cuatro años.

El motivo de la condena fue haber leído en público un poema suyo con críticas a la Constitución, que el Poder Judicial consideró una incitación al odio por motivos religiosos.

Ese poema decía: ”Los minaretes son nuestras bayonetas, los domos son nuestros yelmos, las mezquitas son nuestros cuarteles, los creyentes son nuestros soldados”.

Erdogan alega que en los últimos cuatro años ha moderado sus posiciones, en especial desde que fundó hace 15 meses el AK, escisión reformista del radical y antioccidental Partido Islamista.

El ex alcalde aboga por la separación de religión y política, pero su esposa y sus hijas aún se cubren con el tradicional velo islámico, prohibido en universidades y oficinas públicas.

Los comicios determinaron que el número de parlamentarias aumente de 24 a 26.

Catorce de las electas integran el AK, y algunos se preguntan si usarán velo cuando asuman sus cargos, como lo hizo al comienzo de la anterior legislatura una legisladora, abucheada por ello.

El AK se autodefine como demócrata musulmán, por analogía con los demócrata cristianos de Europa y otras regiones, pero algunos de sus críticos propusieron ilegalizarlo, debido a los antecedentes de Erdogan y otros dirigentes, que en el pasado asumieron posturas fundamentalistas.

Muchos aún ponen en duda el compromiso de ese partido con el secularismo, expresado en una campaña que jerarquizó promesas de medidas para superar la crisis económica, que ha causado el desempleo de cientos de miles de personas, y de gobernanza para poner fin a frecuentes escándalos de corrupción.

En la actualidad, la economía del país se mantiene a flote debido a préstamos de emergencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) por valor de 16.000 millones de dólares. La deuda externa e interna del Estado suma unos 200.000 millones de dólares.

Erdogan asegura que cumplirá el programa acordado con el FMI, cuyo objetivo declarado es la recuperación económica, y que intensificará las gestiones para que el país se incorpore a la UE, a partir de la próxima cumbre del bloque europeo, que se realizará en diciembre en Copenhague.

Sin embargo, persisten grandes incertidumbres debido a la llegada al poder de un elenco sin antecedentes en el gobierno nacional, que no ha indicado con precisión su programa para las áreas económica y social.

El líder del AK pidió a sus seguidores que festejaran con mesura, con la evidente intención de no inquietar a las poderosas Fuerzas Armadas, que se consideran guardianes última instancia del régimen laico de gobierno.

No hubo comentarios de militares sobre el resultado electoral, pero se piensa que muchos de ellos simpatizaron con el énfasis de Erdogan en la lucha contra la corrupción y por la reactivación económica, aunque temen que el nuevo gobierno intente imponer criterios religiosos en la vida pública.

Los primeros ecos del resultado de los comicios desde capitales de países de la UE no indicaron preocupación por los antecedentes de Erdogan.

Aún no se sabe quién ocupará la jefatura de gobierno, y Erdogan se limitó a anunciar que eso será decidido en pocos días por las autoridades de su partido.

Muchos observadores piensan que el próximo primer ministro será Abdullah Gul, pero otros piensan que el AK impulsará una reforma constitucional que elimine la exigencia de ser parlamentario para ocupar el puesto, a fin de que Erdogan pueda dirigir a la vez al país y al partido.

La mayoría parlamentaria lograda por el AK está muy cerca de la necesaria para que el Poder Legislativo reforme la Constitución.

Las primeras declaraciones de Erdogan tras el triunfo del AK reafirmaron su posición contraria a un ”baño de sangre” en Iraq El ex alcalde había expresado su oposición a un eventual ataque unilateral estadounidense contra Bagdad.

Pero las relaciones bilaterales con Washington han sido estratégicas para ambas partes, y su futuro es una de las incógnitas tras las elecciones.

Analistas políticos pronosticaron que el nuevo gobierno expresará apoyo a la causa palestina, pese a que las autoridades militares mantienen fuertes vínculos con Israel. (FIN/IPS/tra- eng/ht/ss/mp/ip/02

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