La Guardia Civil, el cuerpo de policía militarizada de España, comienza a salir del armario, como se expresa en este país el acto de reconocer la homosexualidad, según el anuncio realizado este lunes por su dirección.
Las autoridades de la Guardia Civil informaron que procederán de inmediato a emitir una orden general que regule el régimen de ocupación de sus pabellones y casas-cuartel, en las que residen sus efectivos, para autorizar que puedan hacerlo también sus miembros que sean parejas homosexuales.
Un guardia civil destacado en una localidad de Mallorca, una isla del oriental archipiélago Balear, y cuyo nombre se ha pedido no hacer público provocó esta definición al pedir autorización para vivir con su pareja.
Este guardia, que cuenta con el apoyo de la no oficial Asociación Unificada de Guardias Civiles, recibió en primer lugar tres semanas atrás una respuesta negativa a su solicitud.
Por eso, el viernes de la semana pasada pidió su baja temporal por estar padeciendo una profunda depresión motivada, según sus abogados, por la presión psicológica que acusó tras hacerse pública su situación.
Juan Miguel Pepinyá, secretario en Baleares de la Asociación Unificada de Guardias Civiles y, además, representante personal del agente, aclaró que hay otros casos de parejas homosexuales en esa institución.
Sin embargo, éste es el primero en que lo hacen público y reivindican su derecho a tener el mismo acceso a la vivienda oficial que los demás, apuntó.
El guardia que originó esta nueva orden y su pareja tienen registrada su unión de hecho -pero no un matrimonio— en el ayuntamiento (municipio) de una pequeña localidad de Mallorca, la mayor isla del archipiélago Balear, ubicado frente a la costa norte del mar Mediterráneo.
Pepinyá aclaró que una correcta interpretación de la Constitución, que prohibe la discriminación sexual, le permitiría apelar ante el Tribunal Constitucional si se hubiera mantenido la negativa de los mandos de la fuerza policial.
La homosexualidad fue duramente reprimida en España durante la dictadura de ultraderecha que encabezó Francisco Franco desde el fin de la guerra civil (1936-1939) hasta su muerte en noviembre de 1975. A partir de entonces comenzó la democratización y la apertura social en todos los frentes.
Armand de Fluviá, un especialista en heráldica o escudo de armas, de 71 años de edad entonces, fue el primer español que públicamente reconoció ser gay, al comparecer en un programa de televisión en 1978.
Hasta agosto de 1994, una orden de la Dirección General de la Guardia Civil dispuso que podrían habitar en los pabellones o casas-cuartel el Guardia Civil, su cónyuge y los familiares de ambos hasta el segundo grado de parentesco.
Esa orden fue modificada en marzo de 2000, aclarando que la autorización no era extensible a parejas homosexuales. Además estableció que podrían habitar en la vivienda o pabellón del adjudicatario su cónyuge o persona con la que forme pareja heterosexual estable, con lo que se admitieron los matrimonios de hecho.
Fuentes de la dirección de la Guardia Civil informaron a IPS que la nueva norma señalará que podrán habitar en el pabellón todas las parejas de hecho estables, independientemente de su naturaleza heterosexual u homosexual, en las mismas condiciones que un matrimonio contraído ante el registro civil o un municipio.
Los partidos políticos y las organizaciones de la sociedad civil consideraron positivo ese anuncio, aunque entienden que todavía es insuficiente.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la principal fuerza de oposición, sostuvo que los miembros de la Guardia Civil deberían recibir un salario que les permitiera alquilar vivienda fuera de los cuarteles.
Esa posición se fortaleció después de que el grupo ilegal ETA atentó contra uno de esos cuarteles y mató a una niña de seis años, hija de un guardia civil.
La asociación de gays y lesbianas Ben Amics de Palma de Mallorca expresó una inmensa satisfacción por la noticia del nuevo ordenamiento que se dispondrá.
Pero, a la vez que lo consideraron un gran paso hacia delante, consideraron que se debe legislar de maneras de que los homosexuales puedan contraer matrimonio civil, derecho que en la actualidad no les está reconocido.
Victorino Mayoral, portavoz del PSOE en la comisión de Interior del parlamento, calificó de acertada la iniciativa que anunció la Guardia Civil. Señaló que eso es lo que se debe hacer en un estado democrático y aconfesional, como el español.
También advirtió de que es necesario supervisar la correcta aplicación de la nueva orden general, para que quienes se acojan a ella no sufran consecuencias negativas, el menosprecio o el aislamiento de sus compañeros de trabajo o de sus superiores.
La Fundación Triángulo, que entre sus objetivos tiene promover la igualdad social de gays y lesbianas, también manifestó satisfacción por el anuncio, pero indicó que el gobierno del Partido Popular, presidido por José María Aznar, debe aceptar la opinión mayoritaria de los ciudadanos y usar su mayoría parlamentaria para modificar la ley.
En lo esencial, debe dar paso a una ley de parejas de hecho que incluya el derecho de éstas, sean hetero u homosexuales, a adoptar niños, dijo a IPS el director de la Fundación Triángulo, Francisco Peña.
Encuestas del oficial Centro de Investigaciones Sociológicas indican que 70 por ciento de los ciudadanos aprueban la legalización de esas parejas y más de 50 por ciento de los consultados opinan que tienen derecho a adoptar hijos, precisó.
Sin embargo, una minoría que domina el Partido Popular sostiene ideas retrógradas, radicalmente de derechas en este campo, añadió Peña.
El coordinador general de Izquierda Unida (la coalición basada en el Partido Comunista), Felipe Alcaraz, comentó que la actitud de la Guardia Civil debería extenderse al resto de las Fuerzas Armadas.
Beatriz Gimeno, portavoz de las lesbianas y gays de Madrid, se sumó a los aplausos por la orden que consideran positiva, aclarando que a la dirección de la Guardia Civil no le quedaba otro remedio que darla, porque sabían que en los tribunales de justicia perderían la previsible demanda.
El diputado socialista Miguel Iceta, quien salió del armario en 1999, precisó este lunes que su actitud fue respaldada desde diversos sectores, como el ministro de Defensa, Federico Trillo y algún sacerdote que le escribió dándole su apoyo.
Pero otros casos llamaron particularmente la atención, como el teniente coronel José Sánchez Silva y Jerónimo Saavedra, ex ministro de Aznar y ex presidente del gobierno autónomo de Canarias, quienes admitieron su condición de homosexual en 2000.
El sacerdote José Mantero lo hizo público este año. Doy gracias a Dios por ser gay, dijo el sacerdote, aunque no recibió la comprensión de la Iglesia Católica, que lo suspendió en sus tareas sacerdotales. (FIN/IPS/td/dm/hd pr ip/02