DESARROLLO-AMERICA CENTRAL: Derechos arrasados por la pobreza

La mayoría de los habitantes de América Central padece graves violaciones a sus derechos económicos, sociales y culturales, que podrían poner en riesgo la paz que la región alcanzó hace seis años, advirtieron especialistas.

América Central experimenta un proceso de deterioro alarmante que podría ser un caldo de cultivo para futuros conflictos sociales, alertaron especialistas consultados por IPS.

Buena parte de los 36 millones de centroamericanos no tienen acceso a alimentación adecuada, salud, educación y vivienda, según diversos estudios.

Un trabajo de la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos en Centroamérica (Codehuca) señala que 80 por ciento de los ingresos de la región son acumulados por la franja de los más ricos, que constituyen 30 por ciento de la población total.

Mientras, el sector de 30 por ciento más pobre recibe menos de cinco por ciento del ingreso total. La situación más grave es la de Guatemala donde la porción de 10 por ciento más pobre, mayoritariamente indígena, recibe apenas 0,6 por ciento del ingreso nacional.

”Estamos creando una bomba de tiempo”, dijo a IPS el sociólogo guatemalteco Byron Barillas, dedicado en los últimos años a estudiar el fenómeno.

”Los derechos más violados en América Central son aquellos que garantizan la sobrevivencia de las personas. Se están limitando esos derechos y estamos condenando a muchos la muerte”, aseguró Barillas, para quien la raíz del problema es el sistema económico neoliberal y la mala distribución de la riqueza.

Los derechos económicos, sociales y culturales tienen escasa visibilidad y son, a la vez, los menos respetados por los estados.

Los derechos humanos fundamentales y las libertades políticas, que alcanzaron gran impulso internacional después de la segunda guerra mundial (1939-1945) son conocidos como de primera generación.

Los derechos económicos, sociales y políticos, de segunda generación, fueron delineados más tarde por la comunidad internacional, y a ellos se sumó aun una tercera generación, la de los derechos de los pueblos al desarrollo.

”En América Central los déficit sociales se han profundizado irónicamente en épocas de paz”, señaló a IPS el sociólogo salvadoreño Luis Vidal Bonilla.

La región padeció en las últimas tres décadas una serie de conflictos armados, el último de los cuales, en Guatemala, concluyó en 1996, tras 36 años de guerra civil.

Pero tras el fin de la guerra, nació en América Central una ”nueva capa de pobreza”, constituida por miles de jóvenes desempleados y por millones de pobres víctimas de los fenómenos naturales, explicó Bonilla.

Esa nueva capa social de pobres se expandió con la destrucción dejada por el huracán Mitch, a finales de 1998, y por los terremotos que azotaron a El Salvador en 2001.

”Esos fenómenos naturales desnudan la fragilidad del sistema social y del Estado para poder proteger los derechos sociales, económicos y culturales de sus pueblos”, agregó Bonilla.

De acuerdo al estudio de Codehuca, los indicadores de pobreza en el istmo son ”alarmantes”: 39 por ciento de los nicaragüenses carecen de agua, 60 por ciento de los salvadoreños no tienen acceso a la seguridad social y 27 por ciento de los niños guatemaltecos están desnutridos.

Estos problemas se agravan pues miles de personas no pueden acceder a una vivienda digna debido a los bajos salarios.

Mientras Costa Rica tiene el mayor salario mínimo mensual de la región (175 dólares), en Nicaragua éste llega a apenas 33 dólares, el más bajo del istmo.

”Los derechos económicos, sociales y culturales nacen o desaparecen a partir del mercado. Si uno no tiene un vínculo con el mercado, lamentablemente pierde esos derechos”, indicó a IPS el economista holandés Win Dierckxsens.

Dierckxsens, que vivió durante varios años en América Central estudiando las características de la pobreza, estima que el sistema económico está provocando un pérdida paulatina de derechos.

”El neoliberalismo a ultranza desemboca en neofascismo. Debemos procurar que los estados recuperen las obligaciones que tienen con sus pueblos”, añadió el economista.

Por su parte, el investigador salvadoreño Ricardo Sol sostuvo que el deterioro de estos derechos es un caldo de cultivo para la descomposición social y el desgobierno.

Otra dificultad subrayada por los especialistas es la marcada disparidad entre los países de la región.

La única nación centroamericana calificada como de alto desarrollo por el Informe de Desarrollo Humano 2002 es Costa Rica, que ocupa el lugar 43 en una lista de 173 países.

El resto aparece en la fracción de desarrollo medio. Panamá se encuentra en el puesto 57, Belice en el 58, El Salvador en 104, Honduras en 116, Nicaragua ocupa en 118 y Guatemala en 120.

El informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo subraya que Costa Rica lidera a la región, por ejemplo, en conexiones teléfonicas, con 101 líneas por cada 1.000 habitantes.

Honduras tiene apenas 21 conexiones teléfonicas por 1.000 habitantes, Honduras 17 y Nicaragua sólo 13. (FIN/IPS/nms/dcl/dv/hd/02)

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