AMBIENTE-CUBA: Los cocodrilos están mejor que nunca

Los programas de protección y reproducción de cocodrilos han logrado multiplicar en forma sostenida las poblaciones de cocodrilos en Cuba, pese a la amenaza constante de los cazadores furtivos.

Las poblaciones del cocodrilo cubano (Crocodylus rhombifer) y del cocodrilo americano (Crocodylus acutus), dos especies en peligro de extinción, están creciendo, aseguran investigadores cubanos.

En el criadero de la noroccidental ciénaga de Zapata, un humedal declarado Reserva de Biosfera por la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura, viven unos 3.000 ejemplares del cocodrilo cubano, el doble de la población existente a inicios de los años 90.

Sólo en 2000 nacieron allí 800 crías, según las autoridades. ”Se contabilizan dos hembras por cada macho y prácticamente el cien por ciento de ellas pare todos los años”, aseguró a Tierramérica el biólogo Roberto Ramos, funcionario de la reserva que recibe unos 100.000 turistas por año.

De acuerdo a los especialistas, de cada cien cocodrilos que nacen en libertad sobreviven apenas 10, mientras en cautiverio 90 por ciento de las crías llegan a la adultez.

El cocodrilo cubano volvió a habitar la ciénaga de Lainier, en la nordoccidental isla de la Juventud, de la que había desaparecido en 1978, gracias a un proyecto gubernamental.

En varias provincias los especialistas crían ejemplares de cocodrilo americano hasta los cinco o seis años y los devuelven a su ambiente natural.

”Así se garantiza que la especie no peligre”, comentó el biólogo Alexis Vega, de la estación biológica de Sabanalamar, provincia de Pinar del Río, 200 kilómetros al occidente de La Habana.

En el extremo oriental de Cuba, mientras tanto, un grupo de científicos observa desde 1992 a una población de unas 200 hembras que se reúnen para anidar en un sitio conocido como Jobalito, en la reserva de Monte Cabaniguán.

En 1995, la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) autorizó la exportación de cocodrilos cubanos. Pero las ventas son controladas y los criaderos están en manos de organismos estatales que dan prioridad a la conservación.

En 1995 Cuba exportó 99 pieles de cocodrilo cubano, y un año después las ventas bajaron a 44 unidades, de acuerdo al Grupo de Especialistas en Cocodrilos de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN).

Se estima que 10 millones de pieles de cocodrilo se venden cada año en el mundo para ser convertidas en calzado, carteras y cinturones.

Pero en Cuba, el control estatal a las exportaciones cierra el paso a cualquier contrabando hacia los principales mercados de pieles en Europa, Estados Unidos y Japón.

En cambio, el asedio a los criaderos cubanos proviene de cazadores furtivos que venden la piel a artesanos locales.

También la carne tiene gran demanda en pequeños restaurantes privados, alentada por la creencia de que posee propiedades afrodisíacas.

A los infractores se les imponen multas de 5.000 pesos cubanos (unos 2.100 dólares en el mercado paralelo) y se les decomisa la mercancía.

*Publicado originalmente el 15 de noviembre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (FIN/Tierramérica/da/dcl/en/02

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