La tensión religiosa aumentó esta semana en India con el anuncio del gobierno estadual de Maharashtra de que arrestará a un líder hindú por pronunciar discursos de odio contra la minoría musulmana.
El gobierno del Partido del Congreso anunció en el occidental Maharashtra que detendrá a Bal Thackeray, líder del grupo fanático Shiv Sena (Ejército de Dios), considerado padrino de la mayoría hindú en la ciudad portuaria de Mumbai (ex Bombai).
Thackeray, que lleva la túnica color azafrán de un hombre sagrado, exhortó el martes en una manifestación religiosa a formar escuadrones suicidas de hindúes para atacar a radicales islámicos.
En una época en que ni los templos son un lugar seguro y el gobierno no logra combatir el terrorismo, sólo nos queda formar escuadrones suicidas para aplastar a los terroristas islámicos, dijo Thackeray.
La declaración del líder hindú hizo referencia al atentado perpetrado el 24 de septiembre por dos extremistas musulmanes contra el templo de Akshardham en Gandhinagar, capital del vecino estado de Gujarat, que dejó 31 muertos.
Es fácil hablar de la ley y el orden, pero esta es una cuestión de vida o muerte. ¿Los hindúes están dispuestos a hacer el sacrificio supremo?, preguntó Thackeray en la manifestación y en un artículo publicado posteriormente en el diario Saamna (Confrontación), que él mismo publica.
La policía de Mumbai presentó el jueves una acusación penal contra el líder por promover la enemistad entre grupos por motivo de religión o raza, un delito no excarcelable penado con tres años de prisión.
Exigimos una acción legal contra Thackeray, y eso implica el arresto, dijo Jaipal Reddy, portavoz del partido del Congreso.
Pero líderes de Shiv Sena y de su aliado el Bharatiya Janata Party (BJP), el partido hinduista y nacionalista líder de la coalición federal de gobierno, consideraron la medida como un acto de venganza política del Congreso, que promueve la laicidad.
Nos lanzaremos a las calles, advirtió Sanjay Nirupam, representante de Shiv Sena en la cámara alta del parlamento.
La última vez que se intentó arrestar a Thackeray por cargos similares fue en 1999, después que el Frente Democrático encabezado por el Congreso derrotara en las elecciones de Maharashtra a Shiv Sena y al BJP.
En esa ocasión, el líder hindú había amenazado con incendiar Mumbai, y luego permitió su detención simbólica durante una hora tras llegar a un tribunal rodeado de miles de seguidores.
El juez actuante desestimó el caso por motivos técnicos, pero la Comisión Electoral proscribió a Thackeray durante seis años por apelar a sentimientos religiosos en campañas electorales.
El jueves, Mkhtar Abbas Naqvi, portavoz del BJP, consideró que los cargos contra Thackeray son peligrosos y parte de un esfuerzo del gobierno estadual del Frente Democrático por vincular el terrorismo con la religión para obtener rédito político.
Sin embargo, el secretario general del BJP, Arun Jaitley, advirtió que un tipo de terrorismo no puede llevarnos a creer que otro tipo de terrorismo puede ser la solución.
El Shiv Sena ha criticado lo que considera el enfoque moderado del primer ministro Atal Bihari Vajpayee en cuanto a las relaciones con el vecino y rival Pakistán, aunque ambos países llegaron al borde de una cuarta guerra este año.
Los líderes del Shiv Sena exhortaron reiteradamente a atacar los campamentos de radicales islámicos establecidos al otro lado de la frontera, en Pakistán, donde se sospecha que se entrenan los guerrilleros y terroristas que realizan ataques en el disputado estado de Cachemira y otras partes de India.
En su discurso del martes 15, Thackeray pidió que se le otorgue control sobre el ejército para que pueda dirigir la defensa contra los ataques de militantes musulmanes.
El Shiv Sena jugó un papel fundamental en la demolición en 1992 de Babri Masjid, una mezquita construida en el siglo XVI en el actual estado de Uttar Pradesh, presuntamente sobre un templo que marcaba el sitio de nacimiento del dios hindú Rama.
La demolición provocó enfrentamientos comunales que dejaron miles de muertos, en especial en Mumbai, donde los seguidores de Shiv Sena protagonizaron ataques contra musulmanes y sus propiedades.
El primer ministro Vajpayee rechazó públicamente los discursos de odio pronunciados por líderes de su BJP y grupos afiliados, aunque el partido llegó al poder gracias a una ola de fundamentalismo hindú inicitada por la campaña por la demolición de la mezquita de Babri. (FIN/IPS/tra-en/rd/mlm/cr-ip/02