La Organización Mundial del Comercio (OMC), presionada por la incertidumbre de la economía internacional, se aproximó al sistema de la ONU en busca de cooperación para afrontar el desafío de la nueva ronda de negociaciones multilaterales.
En el giro de la OMC también influyó, además de las contingencias internacionales, la presencia a su frente desde hace cinco semanas del tailandés Supachai Panitchpakdi.
En este proceso dificultoso, dijo Supachai, no veo posibilidades de que la OMC, por sí sola pueda aspirar al logro de los objetivos que sus miembros han fijado, entre los cuales se cuenta la creación de mayores oportunidades para la incorporación de los países en desarrollo al comercio internacional.
La OMC, recalcó, sólo puede trabajar con sus amigos de distintas instituciones internacionales que tienen objetivos similares y también recursos para complementar nuestro esfuerzo.
Supachai, ex viceprimer ministro de Tailandia, es la primera personalidad originaria del Sur en desarrollo que comanda la organización responsable de la administración del sistema multilateral de comercio.
Desde su creación en 1995 la OMC fue regida por representantes de naciones industrializadas. Renato Ruggiero, de Italia, ocupó la dirección general hasta 1999 y su sucesor, Mike Moore, de Nueva Zelanda, concluyó sus funciones el 31 de agosto último.
Durante esos dos primeros mandatos, la OMC mantuvo apenas relaciones protocolares con las agencias de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), y en conversaciones extraoficiales sus funcionarios nunca ocultaron un sentimiento de satisfacción por esa autarquía.
Pero ya el primer día de su mandato, Supachai anunció que la OMC entablaría relaciones de colaboración con las agencias del foro internacional, en particular con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).
El director de la OMC mencionó también al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, a la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial, al Centro Internacional de Comercio, al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial.
Aunque es la Unctad, dijo Supachai, la que puede colmar los vacíos que la OMC no está en condiciones de cubrir a breve plazo, que se refieren a la real comprensión de los temas de interés para los países en desarrollo en distintas áreas relacionadas con el comercio.
En una reunión de la Junta de Comercio y Desarrollo, el organismo de gobierno de la Unctad durante los períodos de receso de la conferencia, Supachai aludió esta semana a las dificultades emanadas de la actual etapa de ajuste en todo el mundo.
El director de la OMC dijo que a pesar de la incertidumbre económica general, el sistema multilateral de comercio debe llevar adelante el proceso de negociaciones multilaterales puesto en marcha por la cuarta conferencia ministerial de la organización, realizada en noviembre de 2001n en Doha.
El secretario general de la Unctad, Rubens Ricupero, señaló a su vez que el mundo afronta numerosos riesgos y contingencias, no sólo en cuestiones económicas sino en términos de seguridad.
Las cuestiones del desarrollo corren el riesgo de quedar relegadas una vez más a un segundo plano, previno Ricupero.
Ante ese panorama, el secretario de la Unctad instó a fortalecer el enfoque multilateral para encontrar soluciones constructivas a los problemas internacionales.
En las actuales circunstancias del escenario mundial, la esfera del comercio surge como una de las pocas áreas donde la visión multilateral todavía predomina.
Pero, para sostener la idea de la transcendencia del sistema multilateral de comercio, las negociaciones de la Ronda de Doha deben concluir con éxito y puntualidad, advirtió Ricupero.
La Ronda de Doha comprende un progranma de negociaciones para la apertura de los mercados en áreas como agricultura, productos industriales, servicios y derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio.
Las negociaciones, que abarcan también comercio y medio ambiente, inversiones, competencia, situación de los países menos adelantados y de las pequeñas economías, tienen plazos de finalización establecidos, para algunos casos, a partir del 1 de enero de 2005.
Pero Supachai reconoció esta semana en la Unctad que algunas negociaciones ya llevan retraso, como es el caso de las discusiones sobre el trato especial y diferenciado, un mecanismo que reconoce el diverso grado de desarrollo de los miembros de la OMC a la hora de liberalizar su comercio.
En septiembre del 2003 se realizará en Cancún, México, la quinta conferencia ministerial de la OMC. Supachai espera que esa reunión se convierta en un examen de mitad de período de la marcha de las negociaciones de la nueva ronda multilateral.
Pero las negociaciones tendrán que alcanzar una etapa sustantiva antes de Cancún. Si quedan muchos temas para discutir en el balneario mexicano, no creo que lleguemos a ver el final de la Ronda en el plazo previsto, advirtió el director de la OMC.
Supachai desaconsejó a los 144 estados miembros de la OMC el empleo de las tácticas dilatorias para conseguir mejores posiciones negociadoras.
Las negociaciones multilaterales de comercio se rigen por el principio de todo único, que significa que sólo se consagra el acuerdo cuando se han convenido todos los temas en discusión, sin excepción.
Ricupero comprometió todo el apoyo a la OMC de los técnicos de la Unctad, en la misión de extender a los países en desarrollo la asistencia que necesitan. (FIN/IPS/pc/ff/if/02