CAFE: Crisis lleva a grave desnutrición infantil

El derrumbe de los precios del café sumió en la pobreza a países productores, al punto que en una localidad cafetalera de El Salvador la desnutrición afecta a 85 por ciento de la población infantil.

El problema se presenta con crudeza en las tradicionales regiones cafetaleras de América Latina y Africa, pero también en las explotaciones más nuevas de Asia, como en Indonesia y Vietnam.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) citó el caso de El Salvador, donde millares de familias de las zonas de explotación de café han quedado sin empleo y sin ingresos para su subsistencia.

Los alimentos han comenzado a escasear y los niños sufren las consecuencias, comentó Wivina Belmonte, funcionaria de prensa de Unicef en Ginebra.

Pero las penurias no se limitan a El Salvador ni a los demás países cafetaleros de América Central, como son Guatemala, Honduras, Nicaragua. Costa Rica y Panamá.

Los pequeños caficultores de Brasil, Colombia y México y de los demás países productores de América Latina soportan igualmente los efectos de la crisis, aseguró a IPS Néstor Osorio, director ejecutivo de la Organización Internacional del Café (OIC).

Osorio explicó que en todas partes, incluidos Indonesia y Vietnam, los productores reciben un precio inferior al costo de producción.

La libra (460 gramos) de café se llegó a pagar en los mercados mundiales entre 1,60 y 1,80 dólares inmediatamente después de las heladas caídas en 1994, que arrasaron gran parte de los cultivos en Brasil, el primer productor mundial del grano.

Esos precios dispararon la oferta, con la incorporación de países sin mayores antecedentes en la producción, como los asiáticos, beneficiados así por condiciones laborales laxas.

Sin embargo, al acumularse la producción, los precios se derrumbaron y llegaron hasta un promedio de 43 o 44 centavos de dólar por libra. En Nueva York se ha llegado a pagar por el café vietnamita entre 18 y 15 centavos la libra en algún momento.

La OIC se guía por el precio compuesto, que es el resultado del cálculo entre el café de menor valor, la variedad Robusta como el de origen vietnamita y el de varios países africanos, y el más cotizado como son los Arábicas Suaves de Colombia y América Central, pasando por los intermedios que son los Arábicas Naturales de Brasil.

En septiembre, el promedio mostró una leve mejora y llegó hasta casi 48 centavos de dólar por libra. Los indicadores de la OIC correspondientes a las tres primeras semanas de octubre también presentan un incremento ligero de precios.

Sin embargo, Osorio advirtió que, sin caer en pesimismo, el examen de las bases de la economía y de la naturaleza del volumen de la oferta sugieren que el precio del café en los mercados internacionales seguirá siendo muy débil el año próximo.

Investigaciones del Banco Mundial señalan que la crisis ha cobrado entre 400.000 y 500.000 puestos de trabajo en México y en América Central.

Esas poblaciones desempleadas crean una presión migratoria, observó Osorio.

El experto puso como ejemplo de ello lo ocurrido con un grupo de cafetaleros empobrecidos del meridional estado mexicano de Chiapas, que murieron asfixiados en un contenedor cuando trataban de ingresar de manera irregular a Estados Unidos.

El hambre ya afecta a zonas de muchos países, definió Osorio a IPS desde Londres, sede de la OIC, el organismo que alienta a practicar una economía cafetalera sostenible, basada en una dimensión económica y social y también en un enfoque ambiental.

Datos del gobierno de El Salvador indican que 40.000 familias han sido afectadas por la crisis cafetalera, 30.000 de las cuales residen en la zona de cultivos de los departamentos de Ahuachapán, Sonsonate, Santa Ana y La Libertad.

Belmonte, de Unicef, dijo que un estudio del Ministerio de Salud salvadoreño demostró que casi la mitad de los 6.393 niños menores de cinco años residentes en Ahuachapán sufrían algún grado de desnutrición. El promedio nacional de ese indicador es de 23 por ciento.

En la municipalidad de Juayúa, también en el mismo país centroamericano, la desnutrición de los menores de cinco años ascendía a siete por ciento en 1998 y trepó hasta 85 por ciento este año.

Ese periodo coincide con los peores años de la crisis internacional de los precios del café, subrayó Belmonte.

Osorio describió que los trabajadores cafetaleros empobrecidos abandonan los campos y marchan hacia las ciudades. En Colombia han surgido plantaciones de coca al lado de los cafetales. La situación es explosiva, definió. (FIN/IPS/pc/dm/if pr/02

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