FRANCIA: Privatizar telecomunicaciones condujo a la crisis

La grave crisis de la empresa francesa de telecomunicaciones France Telecom se debe a su privatización parcial desde mediados de los años 90, según creen economistas independientes y sindicalistas.

France Telecom admitió la semana pasada que debe 70.000 millones de dólares, una suma equivalente al producto bruto interno de Chile, que la convierte en la firma más endeudada del mundo, y el año próximo tendrá que pagar 13.000 millones de dólares.

La única salvación posible de la compañía es recibir asistencia del Estado, que conserva 54 por ciento de sus acciones.

”Los problemas de France Telecom y de la alemana Deutsche Telekom comenzaron cuando los gobiernos de Francia y Alemania abrieron los mercados de telecomunicaciones, bajo presión de la Unión Europea (UE)”, opinó el dirigente sindical René Ollier, líder de la Federación SUD-PTT (por las siglas en francés de Solidarios, Unitarios, Democráticos-Correos, Teléfonos y Telégrafos).

Esa apertura ocurrió a mediados de los años 90, y las empresas que habían sido propiedad exclusiva del Estado se vieron obligadas a extender sus actividades a nuevos países, para contrapesar el ingreso de competidores privados extranjeros a los mercados nacionales que antes controlaban por completo.

El capital para esa expansión se logró mediante la venta de acciones, compradas en especial por personas de clase media deseosas de lograr ganancias con rapidez, señaló Ollier.

Con el dinero así obtenido, France Telecom y Deutsche Telekom compraron otras compañías telefónicas europeas, por las cuales pagaron precios muy superiores a los razonables. Al final, la burbuja estalló, y quedaron con enormes deudas, añadió.

La semana pasada, el gobierno francés obligó a renunciar al director ejecutivo de France Telecom, Michel Bon, y anunció que se propone vender parte de sus acciones de la compañía para captar capitales que ayuden a pagar las deudas de corto plazo.

Pero la cotización de las acciones de France Telecom ha caído en forma drástica, de unos 150 dólares por unidad hace pocos meses, a cerca de 12 dólares esta semana, y expertos en el mercado bursátil pronostican que la venta de acciones por parte del Estado causará una depreciación aun mayor.

Los inversores de clase media reciben doble castigo, ya que el valor de sus acciones disminuye, y por otra parte deberán contribuir al salvataje de France Telecom mediante el pago de impuestos, apuntó Ollier.

Estados miembros de la UE empeoraron la situación al pedir sumas astronómicas por permisos para explotar la llamada tercera generación de telefonía celular, mediante el Sistema Universal Mobile de Telecomunicaciones (UMTS, por sus siglas en inglés).

Los gobiernos de Alemania y Gran Bretaña cobraron 50.000 millones de dólares cada uno por cuatro de esos permisos.

París pretendía obtener 32.000 millones de cuatro operadores de telecomunicaciones, incluyendo a France Telecom, por el mismo concepto, pero luego pidió que le pagaran en primera instancia sólo 8.000 millones, y los 24.000 millones restantes en función de la rentabilidad del mercado de los nuevos teléfonos celulares.

”La UE permitió a proveedores privados establecer un ilusorio cronograma de implementación del UMTS, y eso obligó a los Estados miembros a vender permisos en forma prematura”, opinó el presidente del Círculo Francés de Economistas, Jean-Hervé Lorenzi.

”El mercado correspondiente exige enormes inversiones, estrictas regulaciones y garantías de servicio público mínimo”, pero nada de eso se tuvo en cuenta, y es posible que el UMTS nunca legue a funcionar, agregó.

”Los Estados de la UE esperaban sanear su situación fiscal con la venta de permisos para explotar el UMTS, y no evaluaron en forma adecuada la viabilidad de la tecnología ni el impacto sobre el mercado del alto precio de esos permisos”, sostuvo la experta Elie Cohen, del Centro Nacional de Investigación Económica.

France Telecom aunció esta semana que abandonará la sociedad con la firma privada alemana de telefonía celular Mobilcom, que pagó en Alemania por un permiso temporal para explotar el UMTS, y afrontó luego una crisis, con disminución de su clientela y deudas de casi 8.000 millones de dólares.

La ruptura de France Telecom con Mobilcom pareció condenar a la compañía alemana a la quiebra, y determinar el desempleo de sus 5.000 trabajadores.

Pero el gobierno alemán busca ser reelegido este fin de semana, y decidió otorgar a Mobilcom asistencia por valor de 400 millones de dólares, con el argumento de que no podía aceptar la pérdida de tantos puestos de trabajo, pero observadores piensan que ese apoyó no se mantendrá tras los comicios. (FIN/IPS/tra-eng/jg/ss/mp/if/02

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