Los sentimientos hostiles hacia la población árabe de Francia aumentaron tras los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, que parecieron legitimar el racismo y una política más represiva contra los inmigrantes.
Aquellos atentados llevaron a los franceses, concientemente racistas o no, a sospechar más de cualquier musulmán, y en especial de los inmigrantes árabes, dijo a IPS la profesora de ciencia política Hélène Miard-Delacroix, de la parisiense Universidad de la Sorbona.
La hostilidad hacia los árabes existía mucho antes del 11 de septiembre, pero los ataques, atribuidos a extremistas musulmanes, dieron una sensación de legitimidad a quienes ya albergaban ese sentimiento, añadió.
Por otra parte, el gobierno izquierdista de aquel entonces impuso límites a las libertades civiles con la intención declarada de garantizar la seguridad interna de la nación en los días siguientes a los atentados.
Esas limitaciones incluyeron leyes de emergencia que permitieron a la policía arrestar a personas sin autorización judicial, y manejar registros de inmigrantes y activistas.
El clima favorable al racismo y acontecimientos en Medio Oriente condujeron a incidentes entre las comunidades árabe e israelí en Francia.
Hubo varios ataques contra sinagogas, escuelas religiosas judías y comercios de israelíes. A su vez, extremistas de origen israelí atacaron a periodistas y pacifistas.
Muchos están tentados de sospechar en forma génerica de grupos sociales, y aplicar lo que les parece una secuencia lógica para equiparar como enemigos al terrorismo, el Islam, los inmigrantes y sus hijos, opinó el experto en extremismo Didier Bigo, del Instituto de Estudios Políticos de París.
El racismo liberado por los atentados se hizo evidente en las campañas para las elecciones presidenciales y parlamentarias de este año, que desembocaron en sendos triunfos de la derecha.
Los mayores partidos prometieron medidas perjudiciales para barrios pobres cuyos habitantes son en su mayoría inmigrantes, y el ultraderechista Jean-Marie Le Pen, candidato a la presidencia del Frente Nacional, logró 17 por ciento de los votos en la primera ronda electoral con posiciones abiertamente racistas.
Le Pen superó el escaso apoyo recibido por el ex primer ministro socialista Lionel Jospin, y fue derrotado con amplitud en la segunda vuelta por el centroderechista presidente Jacques Chirac, quien había destacado en su campaña la promesa de una política más severa contra la inmigración.
Los atentados de septiembre de 2001 tendrán efectos duraderos en Francia, porque contribuyeron a poner el control de los poderes Ejecutivo y Legislativo en manos de la derecha, que ya cumple esas promesas de Chirac.
El éxito de Le Pen fue relativo en términos cuantitivos, pero su fuerte impacto simbólico envalentonó al Frente Nacional, que hace planes para aumentar su peso político, y sembró el desaliento en los partidos izquierdistas.
Otra consecuencia social importante de los atentados del año pasado fue una transitoria oleada de solidaridad popular hacia Estados Unidos, en una población que no se caracteriza por su simpatía hacia ese país.
El 12 de septiembre del año pasado, el título de portada del diario Le Monde fue Todos somos estadounidenses, y la mayoría de los consultados en encuestas de opinión apoyó la ofensiva militar encabezada por Washington en Afganistán a fines de 2001.
Esa ofensiva fue la primera fase de la campaña antiterrorista lanzada por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, como respuesta a los atentados de septiembre.
Pero un año después, casi 80 por ciento de los consultados en una encuesta expresaron oposición a un eventual ataque estadounidense contra Iraq, en estudio como segunda fase de la misma campaña contra el terrorismo.
Tras la publicación de los resultados de esa encuesta, Chirac aseguró que el ejército francés no participará en una nueva Guerra del Golfo.
Hace dos semanas, el título de portada de la revista fue El preocupante señor Bush. El autor del artículo correspondiente formuló duras críticas a la política del mandatario estadounidense, y sostuvo que la inspiración patriótica que éste mostró tras el 11 de septiembre ha sido reemplazada por retórica de cantinero. (FIN/IPS/tra-eng/jg/ss/mp/ip/02
