DERECHOS HUMANOS-ARGELIA: El teniente silencia al general

Un tribunal francés absolvió del delito de difamación al autor de un libro que describe atrocidades del ejército de Argelia contra la población civil en los años 90.

El general Khaled Nezzar, ex ministro de Defensa de Argelia, había demandado en París por difamación al ex teniente argelino Habib Souaidia por su libro ”La sale guerre” (”La guerra sucia”), en un intento por restaurar la imagen de las Fuerzas Armadas de su país.

Pero el tribunal a cargo del caso consideró ”legítimo” el contenido del libro de Souaidia, que se convirtió en un éxito de ventas tras publicarse en París en mayo de 2001. Según el libro, el ejército argelino masacró a civiles y luego atribuyó los crímenes a los fundamentalistas islámicos.

Souaidia es un testigo privilegiado de ”la situación particularmente dramática que vive Argelia”, determinó la corte en su veredicto, pronunciado el viernes.

Nezzer estuvo detrás de la cancelación de la segunda ronda de las elecciones parlamentarias de 1992 en Argelia, que iban a dar la victoria al fundamentalista Frente de Salvación Islámico.

Esa cancelación fue la causa de la insurrección islámica y del conflicto civil que duró ocho años y provocó la muerte de decenas de miles de personas.

Actualmente, muchos observadores consideran que Nezzar es el hombre fuerte de Argelia, que gobierna tras la fachada de un régimen civil.

Pero al demandar por difamación a Souaidia, Nezzar otorgó sin proponérselo un foro público a disidentes, académicos y grupos argelinos de derechos humanos para discutir sobre las condiciones políticas en ese país norafricano.

El general inició la acción judicial en julio, cuando Argelia celebraba el 40 aniversario de su independencia de Francia. Las celebraciones fueron opacadas por la desconfianza generalizada hacia el gobierno y el ejército argelinos.

En su libro, Souaidia sostiene que el ejército ordenó detener el proceso electoral en 1992 y ordenó la matanza de miles de argelinos. Asimismo, muchos soldados se disfrazaban de rebeldes para masacrar a civiles, además de torturar a insurgentes hasta la muerte, afirma ”La sale guerre”.

Souaidia sirvió en el ejército argelino como teniente hasta 1996, y participó de las operaciones contra los guerrilleros islámicos. Según sus propias declaraciones, el patriotismo lo llevó a incorporarse al ejército a principios de los años 90.

”Tenía apenas 20 años, y pensaba que al combatir el fundamentalismo islámico ayudaba a salvar a mi país”, dijo en su testimonio ante el tribunal.

”Al principio, hablábamos de restaurar el orden, pero muy pronto los generales nos convirtieron en un ejército de asesinos… Teníamos permiso para matar a quien quisiéramos por ningún motivo”, declaró Souaidia.

”Mientras, (los generales) contaban los millones de dólares que habían robado al pueblo”, dijo, señalando a Nezzar.

Varios ex oficiales del ejército argelino que ahora viven exiliados en Francia corroboraron el testimonio de Souaidia.

El ex coronel Mohammed Samraoui declaró que ”el ejército argelino utilizó todos los medios para atacar a la rebelión islámica: chantaje, corrupción, amenazas, asesinatos”.

”Usábamos métodos terroristas para atacar al terrorismo, incluso antes de que apareciera”, añadió.

Otro ex oficial, Ahmed Chouchene, afirmó que en las academias militares se les decía a soldados y oficiales que mataran libremente, ”siempre que pudieran presentar una explicación falsa para los crímenes”.

Durante la audiencia, Nezzar daba órdenes a sus testigos y se negó en varios casos a contestar preguntas simples.

El juicio reveló ”la torpeza de los generales argelinos y su incapacidad para comprender cómo funcionan las instituciones democráticas, el estado de derecho, la protección de los testigos en el proceso judicial y el derecho de los disidentes a expresar su opinión”, señaló Francis Géze, un editor francés que respalda a los disidentes argelinos.

Mientras, académicos argelinos criticaron al actual gobierno de Argelia. ”El ejército no está al servicio del Estado, sino a la inversa”, sostuvo el historiador Mohammed Harbi.

”Unos pocos oficiales del ejército tienen el poder absoluto”, agregó Harbi, un héroe de la lucha argelina por la independencia. (FIN/IPS/tra-en/jg/ss/mlm/hd/02

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