La condición de artista y el hecho de estar a punto de ganar un Grammy Latino no es suficiente para evitar los engorrosos trámites del pedido desde Cuba de una visa temporal para ingresar a Estados Unidos.
Fuentes cercanas a la Oficina de Intereses de Washington en La Habana aseguraron que nadie está excluido de las regulaciones, y la prueba fue la ausencia del pianista cubano Jesús Chucho Valdés en la ceremonia de entrega de los Grammy Latinos.
Valdés no pudo recoger el premio que obtuvo en la categoría de mejor álbum instrumental pop por su disco Canciones inéditas.
Tampoco otros músicos cubanos candidatos en varias categorías lograron sortear el trámite para asistir a la función realizada el miércoles en la occidental ciudad estadounidense de Los Angeles.
Los premios Grammy Latinos se entregan desde 2000 por iniciativa de la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación (LARAS, por sus siglas en inglés), con el fin de reconocer la amplia variedad de estilos de la música hispana.
En esa primera edición, realizada en la sudoriental ciudad de Miami, la presencia de artistas procedentes de Cuba motivó acaloradas polémicas. Sin embargo, esta es la primera ocasión en que los candidatos a ser premiados no pueden participar de la fiesta por no tener visa para ingresar a Estados Unidos.
El ministro de Cultura de Cuba, Abel Prieto, consideró el día anterior a la entrega de los premios que se trataba de una actitud torpe y anticultural de algunas autoridades del gobierno de Estados Unidos.
Ninguno de nuestros artistas iban a poner bombas, dijo, a su vez, el viceministro de Cultura, Abel Acosta, tras indicar que los artistas cubanos que eran candidatos a obtener un galardón fueron sometidos a entrevistas humillantes, como parte del trámite de solicitud de visa.
Además de Chucho Valdés, debían viajar a Estados Unidos otros 22 cubanos, entre los que se contaban el cantante folclórico Lázaro Ross, el guitarrista Rey Guerra, el rapero X Alfonso y el grupo de rock Síntesis, todos candidatos al Grammy Latino en sus respectivas categorías artísticas.
El objetivo es entorpecer el intercambio cultural entre cubanos y americanos (estadounidenses), concluyó Acosta.
Sin embargo, un funcionario estadounidense radicado en La Habana afirmó que la visa a los músicos cubanos no había sido denegada. Según, la fuente que pidió el anonimato, las solicitudes aún estaban el miércoles en fase de procesamiento.
Las nuevas normas de seguridad fueron implantadas el 1 de agosto e incluyen, según trascendidos, entrevistas personales a todos los solicitantes de visa, el envío de la solicitud a Washington y la aprobación del Departamento de Estado de ese país.
No hay excepciones de la regla en el caso de Cuba, incluido por Washington en su lista de países patrocinadores del terrorismo, junto a Irán, Iraq, Libia, Corea del Norte, Sudán y Siria.
La lista fue dada a conocer en mayo en el primer informe de ese tipo realizado tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center de Nueva York y el Pentágono, sede del Departamento de Estado, en Washington.
Así, la obtención de una visa temporal para ingresar a Estados Unidos se ha vuelto un verdadero dilema en las últimas semanas para los cubanos que pretendan viajar por motivos personales o de trabajo.
Aunque no hay pruebas de una disminución en la entrega de número de visas, el hecho de que cada aprobación tome un tiempo mínimo de ocho semanas desestimula no pocos viajes e imposibilita otros vinculados a eventos con fechas específicas.
He viajado tres veces a ver a mi hija que vive en Miami. Vine ahora a pedir la visa, pero ni llegué a entrar. ¿Para qué?, comentó a IPS Minita Fundora, una jubilada de 69 años que vive en un asentamiento rural, a 217 kilómetros de La Habana.
Dicen que casi no están dando visas, que si te la dan hay que esperar como dos meses, y que después es casi imposible extender el periodo de estancia a más de un mes. Además, hay que pasar la noche en la cola y ya yo estoy muy vieja para eso, añadió.
Fundora pretendía viajar a comienzos de noviembre para presenciar el primer parto de su hija y poder ayudarla un tiempo tras el nacimiento del bebé. Si no me puedo quedar más de un mes, para qué voy a hacerla gastar tanto dinero en mi viaje, explicó.
Un viaje a Estados Unidos desde Cuba cuesta alrededor de 800 dólares, entre los gastos de la carta de invitación, el permiso de salida de Cuba, entrevista en la Oficina de Intereses, visa y pasaje de ida y vuelta.
Ante el desánimo inicial, lo más probable es que las personas empiecen a planificar sus viajes con más tiempo. De haberlo sabido, hubiera hecho las gestiones antes, comentó Mercedes Pérez, una anciana que quería pasar la Navidad con su hijo en Miami.
Otro es el caso de los artistas, académicos e intelectuales en general, que cada vez con más frecuencia se trasladan a Estados Unidos para asistir a encuentros culturales o a universidades y centros especializados.
La Asociación de Estudios Latinoamericanos de Estados Unidos, previendo los inconvenientes, comenzó a enviar este mes las cartas de solicitud de trámites migratorios para los intelectuales cubanos invitados a un encuentro a realizarse en 2003.
Fuentes cercanas a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en Cuba afirmaron, en tanto, que como norma las invitaciones a eventos llegan con muy poco tiempo de antelación, cancelando de antemano la posible asistencia de una representación cubana. (FIN/IPS/da/dm/cr ip/02