El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) emprendió un programa de ayuda alimentaria para 120.000 palestinos, escogidos entre los habitantes más vulnerables de los principales centros urbanos de Cisjordania.
La profundización de la violencia en los territorios autónomos de Gaza y Cisjordania ocupados por Israel, ha degradado la situación económica de la población, sostuvo el vocero de la Cruz Roja, Patrick Vial.
Entre 60 y 70 por ciento de los 2,9 millones de palestinos viven en la pobreza, según los últimos datos del Banco Mundial, agregó.
Para mitigar esta situación, la institución humanitaria comenzó a aplicar esta semana un programa de ayuda a unas 20.000 familias de nueve ciudades y aldeas de Cisjordania.
La asistencia se basa en un sistema de cupones, que permitirán efectuar compras de alimentos y artículos del hogar por un valor de 90 dólares, y que se entregarán mensualmente a las familias identificadas como más vulnerables.
Las compras se llevarán a cabo en centros de abastecimiento seleccionados por la Cruz Roja, y que contarán con algunos de los productos que proceden de las comunidades rurales, como los alimentos frescos y el aceite de oliva.
El programa tendrá una duración de siete meses y está destinado a las 20.000 familias más pobres de Yenín, Naplusa, Tulkarem, Kalquilya, Salfit, Ramalá, Jericó, Belén y Hebrón.
Aunque el propósito es la provisión de bienes esenciales, el plan prevé una segunda etapa destinada a estimular la actividad económica local.
La Cruz Roja mantendrá así mismo el suministro de alimentos y de otros productos a unas 30.000 familias, o 180.000 personas de áreas rurales en Cisjordania.
Esta asistencia, iniciada en marzo de 2002 y prevista hasta junio de 2003, comprende a 2.000 familias que residen en la Ciudad Vieja de Hebrón, precisó la Cruz Roja.
Por otra parte, la posibilidad de seleccionar los productos respeta la dignidad de los beneficiarios y reduce su sentimiento de desamparo y de dependencia de una ayuda con alimentos internacionales importados, sostuvo Vial.
Las operaciones militares israelíes contribuyen a paralizar la economía por las restricciones de movimientos impuestas por el toque de queda y los acordonamientos de algunas áreas, explicó Vial.
Toda la actividad económica vinculada a la recolección e industrialización de aceitunas, un sector fundamental para la población del área, se ve resentida por los bloqueos.
Los trabajadores tienen vedado el acceso a los olivares y en las pocas plantaciones que aún pueden cosecharse, los frutos se desperdician, pues están clausurados los caminos de acceso a los almacenes y a los molinos y fábricas, explicó el funcionario.
Antes del estallido de la intifada (insurrección palestina contra la ocupación de Israel), en septiembre de 2000, 30 por ciento de los palestinos vivían por debajo de la línea de pobreza, con ingresos inferiores a dos dólares por día.
En marzo de este año la pobreza afectaba a 45 o 50 por ciento de los palestinos, pero ahora alcanza a entre 60 y 70 por ciento de la población, de acuerdo a las últimas cifras del Banco Mundial, dijo Vial.
Unas 140.000 personas están desempleadas. El Banco Mundial estimó en marzo que, según una definición laxa de desempleo, 35 por ciento de la población económicamente activa no tenía trabajo.
En los territorios ocupados se asiste a la desintegración del tejido social, un fenómeno que tiene consecuencias psicológicas en la población, aseveró.
Conforme al derecho internacional humanitario, Israel como potencia ocupante tiene obligación de asegurar en todo momento el abastecimiento adecuado de alimentos, medicinas y otras necesidades básicas a la población que se encuentra bajo su ocupación, aseveró la Cruz Roja.
Ni las operaciones para atender necesidades humanitarias urgentes del CICR ni las legítimas preocupaciones de seguridad de las autoridades israelíes eximen a la potencia ocupante de su deber de asegurar suministros para la vida cotidiana de toda la población, sostuvo la agencia.
Fundada en 1863, la Cruz Roja tiene la misión de proteger la vida y dignidad de las víctimas de la guerra y de la violencia interna, y es considerada depositaria del derecho internacional humanitario, un conjunto de normas para los efectos de conflictos armados. (FIN/IPS/pc/dcl/hd/ip/pr/02
