MEXICO: Montes Azules, una reserva de biosfera en agonía

La reserva de la biosfera de Montes Azules, en el meridional estado mexicano de Chiapas, agoniza de la mano de la colonización de grupos indígenas pobres y desplazados por la violencia.

Los colonizadores, que queman vegetación y tumban árboles de la zona selvática para poder sembrar, rechazan todo plan de reubicación, por considerar parte de una ”guerra de baja intensidad” llevada adelante por el gobierno.

Esos indígenas, que forman parte de una corriente inmigratoria iniciada en los años 50, se enfrentan con los nativos lacandones que tienen propiedad legal sobre el área.

La reserva Montes Azules, de 331.000 hectáreas de extensión, está ubicada en la selva Lacandona, una zona que cubre unas 500.000 hectáreas.

La selva Lacandona abarcaba un siglo atrás cerca de dos millones de hectáreas, mientras que la población pasó en ese lapso de 20.000 a más de 350.000 personas y crece cada día.

La reserva y el área selvática ”pierden poco a poco su viabilidad”, advirtió el secretario (ministro) de Medio Ambiente, Víctor Lichtinger.

Por su parte, algunos expertos calculan que esta principal reserva tropical húmeda de América del Norte desaparecerá en 20 años más.

La selva Lacandona y la propia reserva de la biosfera alberga la mayoría de árboles tropicales de México, 33 por ciento de los reptiles, 80 por ciento de las especies de mariposas y 32 por ciento de las aves del país.

El gobierno de Vicente Fox descartó la reubicación forzosa de unos 30.000 colonizadores de Montes Azules, a quienes se les ofrecía otras tierras y trabajo en el marco de un plan preparado por su antecesor Ernesto Zedillo (1994-2000).

En su reemplazo, Fox instaló una mesa de negociación con los nativos para definir planes de sustentabilidad, pero los diálogos no logran avanzar.

La resistencia de los colonizadores, cuya afluencia aumentó desde 1994 cuando irrumpió en Chiapas el rebelde Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), es contra todo lo relacionado con el gobierno, fundaciones privadas y universidades locales que han realizado trabajos de bioprospección en la zona.

Los indígenas que rechazan los planes del gobierno para salvar a Montes Azules pertenecen en su mayoría a comunidades simpatizantes del EZLN, grupo que tiene asiento en las cercanías de la reserva.

Los nativos tomaron posesión de la tierra en Montes Azules porque no tienen nada o porque huyen de la violencia provocada por el ejército y grupos paramilitares en las zonas de influencia directa de la guerrilla, señala un documento del Consejo Indígena Popular Ricardo Flores Magón, la autoridad del municipio autónomo y declarado zapatista.

La responsabilidad del problema es del gobierno y de nadie más, pero las comunidades colonizadoras no va a desalojar la zona por ningún motivo, manifiesta.

”Hoy nuevamente nos miran como ilegales, como invasores, como delincuentes y nuevamente nos amenazan con la violencia, la persecución, el desalojo y la mala muerte, hoy sólo miran en sus leyes lo que sirve para estos fines, pero nunca han de mirar nuestro derecho”, apunta el texto.

Los nativos afirman que todo es una mentira y se niegan a participar en los programas oficiales, pese a que el gobierno repite que no los desalojará, como sugerían algunos de sus asesores, y que su único interés es establecer con ellos planes de conservación y aprovechamiento racional de la reserva.

Mientras, encargados de la reserva indican con fotos tomadas desde helicópteros y satélites que cada día llegan más y más colonizadores, quienes talan árboles para ubicar sus animales y sembrar principalmente maíz.

El gobierno reconoce que algunos grupos recién llegados están protegiendo la selva y han aprendido a vivir con el ecosistema, pero observadores indican que la velocidad de la destrucción supone que esa actitud positiva es sólo de una minoría.

Los expertos advirtieron que las tierras de la reserva agotarán su productividad en menos de cinco años, dejando entonces un desierto.

En la zona se reportan continuos incendios al parecer provocados por los mismos colonizadores para ”limpiar” el terreno, pero los últimos colonizadores llegados el lugar dicen que es el gobierno el que provoca los incendios con la intención de culparlos y así justificar los desalojos.

En cuestión de horas, los indígenas colonizadores, originarios de zonas de montaña, talan árboles que tardaron cientos de años en crecer y queman las plantas aún no investigadas y que podrían contener propiedades curativas.

Por su parte, los indígenas lacandones, que suman menos de 1.000 personas y que según decretos presidenciales de los años 70 son los únicos dueños de la reserva, sostienen que los colonizadores están acabando con la selva, pero también acusan de ello a los militares que tienen presencia en la zona.

Los lacandones, muchos de cuyos conocimientos sobre las propiedades medicinales de las plantas de Montes Azules aún no se revelan, presentaron demandas legales contra los colonizadores por considerar que han robado y destruido un territorio que ellos conservaron por siglos.

En tanto, la Red de Acción Frente al Libre Comercio indicó que el gobierno pretende sumar a la reserva Montes Azules al Plan Puebla Panamá (PPP), y en ese contexto entregar sus recursos naturales a los grupos transnacionales.

El PPP es un acuerdo de desarrollo para México y América Central impulsado por el gobierno de Fox, al que señalan activistas como un intento geopolítico de controlar Mesoamérica.

El plan, que está en la etapa de definición de proyectos y búsqueda de financiamientos, es presentado como el mejor camino para rescatar de la pobreza a 64 millones de habitantes de nueve estados del sur y sudeste de México, entre ellos Chiapas, y de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.

El diseño del plan contempla la construcción de corredores viales y ferroviarios, gasoductos y líneas de tendido eléctrico comunes, y la concertación de programas conjuntos de comercio, turismo y desarrollo.

Así, mientras el PPP comienza a dar sus primeros pasos y el presidente Fox señala que el interés de ese proyecto es integrar y concertar con los nativos, la destrucción de la reserva de Montes Azules y de otras partes de la selva avanza y los indígenas colonizadores no quieren saber nada del gobierno. (FIN/IPS/dc/dm/en/02

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