DESARROLLO: Visiones de un futuro en paz

La humanidad debe proponerse un cambio cultural, que ponga el valor de compartir por encima de la codicia, afirmó este jueves el activista Ashok Khosla, en el cierre de la Conferencia Internacional sobre Paz y Desarrollo, que se llevó a cabo en la capital de Puerto Rico.

La corrupción y la codicia debilitan a las naciones, sostuvo Khosla, físico y fundador de la organización no gubernamental (ONG) india Alternativas de Desarrollo, ante unos 30 panelistas participantes en el encuemtro, entre ellos científicos, economistas, premios Nobel de la Paz, artistas y activistas.

El lema de la conferencia, que comenzó el lunes, fue ”Paz en la paz”, y el activista enfatizó que alcanzar ese objetivo exige ”guerra en la guerra, contra el hambre, la pobreza y la injusticia, hasta derrotar al enemigo básico: la codicia”.

”Vinimos a Puerto Rico en busca de un cambio y de formas de revertir actuales tendencias negativas. En algunos casos es preciso emprender acciones inmediatas, y en otros necesitamos enfoques estratégicos de largo plazo”, aseveró.

La meta es ”una sociedad más equitativa, por lo menos en materia de oportunidades”, con sanidad ambiental, actividades económicas transparentes y sustentables, y espacio para que los jóvenes puedan hacer realidad sus sueños de una vida mejor, señaló Khosla.

”Cuando las cosas andan mal, es natural que culpemos al complejo militar-industrial, a los medios de comunicación, a los científicos o a Estados Unidos, pero no resolverenos nuestros problemas si no atacamos sus raíces”, arguyó.

Al afrontar los problemas de fondo, es preciso ”recordar la fundamental importancia de la democracia”, y reconocer el interés colectivo de la humanidad, propuso el especialista indio.

En por lo menos 5.000 años de historia humana, la identidad de las personas se definió por su pertenencia a comunidades, y hace menos de cuatro siglos que el filósofo francés René Descartes planteó la identidad en términos individuales, con su célebre ”Pienso, luego existo”, apuntó.

”Eso condujo a una nueva forma de pensar, relacionarse y actuar, y no pasó mucho tiempo antes de que la premisa cartesiana fuera transformada en 'Hago, luego existo', y luego en 'Tengo, luego existo', que nos define a partir de la posesión”, subrayó Khosla.

”La meta última para la paz debe ser 'Comparto, luego existo', y que todo pertenezca a todos”, y los medios de comunicación masivos pueden contribuir a que la humanidad asuma ese objetivo, en la lucha contra la pobreza y el hambre, alegó, y citó como ejemplo el impacto de la canción ”Dale una oportunidad a la paz”, de John Lennon.

El estadounidense Gregory Martin, vicepresidente de la organización budista Sociedad Internacional para la Creación de Valor, planteó que ”la codicia, la arrogancia y la ignorancia son desequilibrios del espíritu, que conducen en forma inevitable al desorden en el mundo”, al impedir la armonía con la naturaleza, con los otros y con nosotros mismos.

”Todos tenemos inumerables oportunidades de afrontar a esos tres adversarios, y esgrimimos la afilada espada del diálogo continuo. Nuestras vidas y comportamientos serán la principal declaración de esta conferencia”.

”La paz no debe ser apenas quietud, sino el dinámico escenario de actividad vital”. La paz no llega por sí misma, y es preciso cuidarla en forma diligente”, sostuvo.

La autoevaluación honesta es esencial para lograr la paz, porque ”percibir lo negativo en uno mismo permite ver lo positivo en los demás”, añadió.

El director general interino de la agencia internacional de noticias Inter Press Service (IPS), Mario Lubetkin, bajó a tierra la idea de la afilada espada del diálogo, al señalar el impacto de la conferencia en los medios de comunicación masivos, notorio incluso por algunas críticas.

Lubetkin propuso preguntarse quiénes son los actores de la sociedad civil en la búsqueda de la paz, y destacó en ese sentido que el Senado de Puerto Rico y la Fundación Arias para la Paz y el Desarrollo Humano, organizadores de la conferencia, no invitaron a representantes políticos en actividad.

La sociedad civil es esencial para que el proceso pacificador no sea un diálogo entre sordos, y conduzca a ”una síntesis superior de ideas”, afirmó.

En segundo lugar, el uruguayo director de IPS indicó el sentido mundial del encuentro y el papel de los medios de comunicación en la difusión de sus positivos mensajes.

”La tecnología nos permite aumentar la audiencia de esos mensajes”, y ”pese a las diferencias de opinión, es posible crear la visión de un futuro mejor”, en la medida en que disponemos de herramientas para convertirnos en ciudadanos más activos, no sólo en la denuncia de la violencia y la guerra, sino también en la construcción de poderes que produzcan políticas de paz, dijo.

”Somos concientes de que la paz no es neutral” y debemos promover nuestro propio concepto de la paz, incluso con criterio publicitario, para no ser manipulados por otros, añadió.

El artista plástico y escritor portorriqueño Antonio Martorell aportó lenguaje poético a la síntesis de las ideas expuestas en la conferencia. Toda creación supone la esperanza de ser libres, y todo arte es un ensayo de libertad, una construcción para la paz, afirmó.

Entre las contribuciones al encuentro, señaló las ideas de repudiar toda forma de violencia contra la humanidad o el ambiente, lanzar una campaña para reducir la población mundial, frenar el desarrollo de armas que conduce a la guerra permanente, y dar comienzo a la paz en cada uno de nosotros.

La presencia de la marina de guerra estadounidense en la portorriqueña isla de Vieques es la negación de la paz en el país y en el resto del mundo, y la paz no sólo depende de los gobiernos, sino también de la sociedad civil, destacó.

Los medios de comunicación deben ubicar las noticias en su contexto, para no distorsionar la realidad, y muchos problemas de la humanidad se resolverían si los presupuestos no se concibieran para la guerra, sino para la paz, apuntó en su enumeración.

El terrorismo estatal es por lo menos tan malo como el terrorismo contra Estados, y cada conflictos dentro de un país o internacional es nuestro, porque afecta a todos. Los derechos de la infancia deben ser definidos, establecidos y respetados, y la paz requiere solidaridad y compasión ante el dolor, continuó.

Debemos cuidarnos de eufemismos como ”daño colateral”, ”limpieza étnica” y ”guerra contra las drogas”. Sin confesión y perdón, no hay reconciliación ni paz, subrayó.

Debemos elevar nuestro compromiso al nivel del milagro, concluyó. (FIN/IPS/tra-eng/ld/mp/dv/02

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