DESARROLLO-AMERICA LATINA: El Norte debe pagar por proteccionismo

América Latina reclamará en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, que se iniciará este mes en Sudáfrica, que el Norte industrial elimine las trabas a las exportaciones del Sur o que compense esos obstáculos con una adecuada ayuda financiera.

Así lo expuso a IPS el embajador Raúl Estrada Oyuela, director de Asuntos Ambientales de la cancillería de Argentina y delegado en el ”grupo de amigos de la presidencia” de la cumbre, un ámbito informal convocado por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, para allanar las diferencias sobre el plan de acción.

”América Latina está totalmente unida en este planteo que es clave. Necesitamos apoyo financiero para el desarrollo sustentable porque las distorsiones en el comercio nos dejan sin los recursos que deberíamos destinar a ese fin”, agregó Estrada Oyuela.

De acuerdo a datos de la cancillería argentina, la ayuda al desarrollo de la Unión Europea (UE) equivale a un quinto de lo que gastan por año en subsidios agrícolas la propia UE, Estados Unidos y Japón.

”A pesar de las promesas, estas subvenciones persisten y distorsionan fuertemente el comercio internacional”, subrayó Estrada.

No obstante, el funcionario admitió que las expectativas de conseguir avances ”deben ser moderadas si se quiere evitar la frustración”.

”En principio, esperamos consolidar los logros de la reunión (ministerial de la Organización Mundial del Comercio en) Doha sobre política comercial, y los compromisos de (la Conferencia Internacional sobre Financiación al Desarrollo de) Monterrey en materia de cooperación al desarrollo”, agregó Estrada Oyuela.

La cumbre se llevará a cabo en la ciudad sudafricana de Johannesburgo entre el 26 de este mes y el 4 de septiembre para revisar el cumplimiento de los de la Cumbre de la Tierra de 1992, y avanzar hacia un modelo de desarrollo que no destruya el ambiente ni comprometa el sustento de las generaciones futuras.

Pero muchos participantes temen que el encuentro acabe en fracaso por el desacuerdo entre países pobres y ricos en asuntos fundamentales.

El texto del plan de acción está acordado en más de 70 por ciento, pero los puntos polémicos son los más importantes.

Annan y el presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, convocaron en julio al ”grupo de amigos”, integrado por delegados de 26 países, a una sesión informal en la sede de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en Nueva York, pero el encuentro no logró grandes avances.

El grupo continuará discutiendo en busca de consenso hasta la inauguración de la cumbre.

Las organizaciones no gubernamentales de América Latina ”no somos demasiado optimistas”, y las razones del escepticismo están en la falta de avance en las cuestiones que Estrada consideró cruciales, dijo a IPS la activista Liliana Isas, de la Fundación Ecológica Universal.

”El capítulo de ayuda al desarrollo está entre corchetes, lo que significa que está todo por discutir. Nadie se compromete a financiar el desarrollo sustentable en los países pobres, y lo mismo ocurre con el capítulo de compromisos concretos donde casi todo está entre corchetes”, aseguró.

Organizaciones independientes latinoamericanas se reunirán en vísperas de la conferencia para elaborar párrafos completos del documento final que reemplacen aquellos no acordados, contemplando los requerimientos mínimos para evitar el fracaso.

América Latina y el Caribe sólo llevarán a Johannesburgo una propuesta de meta obligatoria: elevar a 10 por ciento el consumo mundial de energía procedente de fuentes limpias, que se estima ahora en dos por ciento, para 2010.

Los reclamos de un comercio sin restricciones y de mayor asistencia para combatir la pobreza fueron los aspectos más reiterados en la Plataforma de Acción hacia Johannersburgo, elaborada por los gobiernos de América Latina y el Caribe.

”Rechazamos todos los principios o políticas que distorsionen el comercio internacional e instamos a eliminar todas las formas de subsidios a la exportación, a mejorar el acceso a los mercados y reducir —con miras a eliminar— el apoyo nacional que distorsiona el comercio y la producción”, sostiene el documento.

Aunque los países latinoamericanos avanzaron en la creación de un entorno favorable a la transferencia de tecnología, las naciones industriales no adoptaron medidas eficaces que aseguren esa transferencia, en epecial en materia de tecnologías apropiadas para el desarrollo sustentable.

”La pobreza extrema, la degradación ambiental, el subdesarrollo y los patrones de producción y consumo insostenibles, así como la falta de equidad en materia de distribución del ingreso, afectan a todos los países de la comunidad internacional, y sobre todo a los países en desarrollo”, agrega la declaración.

El documento latinoamericano reconoce que en el decenio transcurrido desde la cumbre de Río de Janeiro hubo ”avances significativos” en la toma de conciencia acerca de la problemática ambiental.

”Sin embargo, a 10 años las condiciones para el desarrollo sostenible no son mejores que las prevalecientes en 1992”, asevera.

Las naciones industriales deben asignar ”recursos suficientes, previsibles, nuevos y adicionales” para asegurar el cumplimiento de los compromisos, y destinar 0,7 por ciento de su producto bruto interno a la cooperación para el desarrollo.

La globalización no tiende necesariamente al desarrollo sostenible, estima el documento.

Los gobiernos de la región exhortarán a la comunidad internacional a evitar desigualdades, como las dificultades económicas experimentadas por países latinoamericanos para participar del proceso preparatorio de la cumbre, y que se reflejaron negativamente en la negociación. (FIN/IPS/mv/dcl/dv en if/02

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