CACHEMIRA: India y Pakistán, 55 años de sangrientos reproches

Los líderes de India y Pakistán aprovecharon la conmemoración de la independencia para intercambiar acusaciones en torno de Cachemira, una herida abierta entre ambos países hace 55 años.

”Para nosotros, el estado de Jammu y Cachemira no es sólo un bien inmobiliario sino un símbolo viviente de nuestro secularismo”, dijo el jueves el primer ministro de India, Atal Bihari Vajpayee, en su discurso del Día de la Independencia.

Vajpayee, del partido nacionalista hindú Bharatiya Janata, pronunció el discurso en el medieval Fuerte Rojo de la ciudad vieja de Delhi, desde donde los monarcas mogul dominaron entre los siglos XVI y XVIII un imperio desde el actual territorio de Afganistán en el oeste hasta el de Bangladesh en el este.

La conmemoración de la independencia del mayoritariamente musulmán Pakistán, el 14 de agosto de 1947, y la de India, un día después, suele ser aprovechada por los gobiernos de ambos países para acusarse mutuamente por el conflicto de Cachemira.

Ese territorio de mayoría musulmana permaneció como reino independiente desde la retirada de Gran Bretaña hasta octubre de ese mismo año, cuando se incorporó a India.

Desde entonces, las dos potencias de Asia meridional se enfrentaron en tres guerras abiertas y en numerosas escaramuzas, la mayoría por Cachemira, donde un movimiento separatista pretende liberarse de India por la vía armada con el supuesto apoyo de Pakistán.

”La lucha de nuestros hermanos cachemiros es para nosotros un deber sagrado que no podrá jamás ser objeto de concesiones”, dijo el miércoles en su discurso el presidente de Pakistán, Pervez Musharraf.

Vajpayee replicó en el suyo que Pakistán pretende ”conquistar Cachemira a través del terrorismo transfronterizo, luego de fracasar con la guerra abierta”, y se comprometió a que el territorio se mantenga dentro de la soberanía india.

Musharraf consideró que las elecciones locales convocadas para septiembre en Cachemira son una ”farsa” para ”dar una máscara de legitimidad a la ocupación ilegal del Estado”.

”Quienes consideran que las elecciones en Cachemira son una farsa deberían mirarse a sí mismos en lugar de darnos lecciones de democracia”, contestó Vajpayee. India mantuvo el régimen democrático durante sus 55 años de vida independiente, mientras Pakistán pasó la mayor parte de la suya bajo dictaduras militares.

Además, Vajpayee reiteró las proclamas secularistas que sirven de argumento para el dominio indio sobre Cachemira, y aprovechó para describir como ”espeluznantes” los actos de intolerancia religiosa cometidos este año contra los musulmanes del occidental estado de Gujarat, atribuidos a simpatizantes de su partido.

Vajpayee pareció descartar conversaciones inmediatas con Islamabad sobre Cachemira, con el argumento de que las exhortaciones pakistaníes e independentistas al boicot de las elecciones locales no contribuía a crear una atmósfera propicia al diálogo.

India y Pakistán se enfrentaron por primera vez en una guerra por la soberanía de Cachemira en octubre de 1947.

El marajá Hari Singh, monarca hindú de ese territorio de población mayoritariamente musulmana, había accedido entonces a incorporar el estado a India en cumplimiento de los convenios que condujeron a la independencia del subcontinente, donde había numerosos reinos bajo protección de la corona británica.

Islamabad y Nueva Delhi acordaron el cese del fuego en diciembre de 1949 y trazaron la ”línea de control” entre la Cachemira pakistaní de la india. Esa línea tuvo otro trazado luego de la guerra estallada en agosto de 1965, que concluyó con la intervención de la Organización de las Naciones Unidas.

Ese acuerdo dejó a India a cargo de dos tercios de Cachemira y a Pakistán con el resto. Parte de la Cachemira pakistaní fue cedida por Islamabad a China.

La tercera guerra, en 1971, concluyó con la creación de Bangladesh, que se separó de Pakistán a pesar de ser mayoritariamente musulmana.

Las raíces del conflicto cachemiro se unden en la teoría de las ”dos naciones”, impulsada por el fundador de Pakistán, Mohammed Alí Jinnah, y que condujo a la creación de dos naciones en el subcontinente indio.

Vajpayee admitió que India cometió errores respecto de Jammu y Cachemira en el pasado, pero aseguró que su gobierno está decidido a rectificar el rumbo y a garantizar mayor autonomía para el estado.

Pero el gobernante indio advirtió que su país no podría aceptar una segunda partición de Cachemira por razones religiosas.

Sin embargo, en el propio partido Bharatiya Janata se propone la división de Cachemira en tres, basada sobre la mayoría religiosa de cada zona. Así, se autonomizarían el área de Ladakh, donde predomina el budismo, el hindú Jammu y el musulmán valle de Srinagar. (FIN/IPS/tra-eng/rdr/js/mj/02

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