(Arte y Cultura) PINTURA-CANADA: La identidad retratada

La Galería Nacional de Canadá expone pinturas de Tom Thomson, uno de los artistas más famosos y enigmáticos de este país, con el propósito de que los jóvenes conozcan el movimiento cultural que a comienzos del siglo XX procuró crear un estilo pictórico auténticamente nacional.

La obra de Thomson (1877-1917) fue clave para el surgimiento del llamado Grupo de los Siete, formado por pintores radicados en Toronto que quisieron reflejar en su arte una verdadera identidad nacional que no reflejara las escuelas artísticas de Gran Bretaña ni las de Estados Unidos.

En lo técnico, tenían muchas similitudes con los impresionistas franceses, pero con características propias, en especial la inclinación por retratar la naturaleza salvaje y agreste de Canadá, que, según ellos, representaba a la perfección su nacionalidad.

Así, convirtieron las salvajes costas de los Grandes Lagos, los pronunciados acantilados, el horizonte ártico, los bosques y las colinas en claras declaraciones de un fuerte deseo popular de defender la identidad canadiense.

La exhibición, organizada con la colaboración de la Galería de Arte de Ontario, es la primera gran muestra de las obras de Thomson en más de 30 años, y será también presentada en Vancouver, Québec, Toronto y Winnipeg en los próximos tres años.

La muestra cuenta con 140 obras del pintor, la mayoría de ellas bosquejos de óleos sobre paisajes naturales.

Junto a las obras se incluyeron reproducciones de artículos sobre Thomson escritos después de su muerte y otros documentos que dan cuenta del contexto histórico de su trabajo.

Thomson comenzó a trabajar como dibujante en varias ciudades de Canadá y Estados Unidos, pero en 1911 decidió apartarse de los centros urbanos y se fue a los bosques a pintar.

En sus primeras obras se aprecian sus raíces de dibujante, pero se puede constatar que a lo largo de su corta carrera desarrolló un estilo impresionista con énfasis en los colores para la interpretación de escenas naturales.

El mundo artístico, y muchos en Canadá, interpretaron estas pinturas como símbolos de la mentalidad canadiense, a pesar de que la mayoría de los ciudadanos viven en granjas o ciudades y pocas veces visitan las tierras vírgenes. Aún hoy, los lugares donde Thomson pintó reciben pocos miles de visitantes al año.

El artista nunca se alejaba mucho de las vías del tren o de las carreteras, de forma que, luego de pintar, pudiera volver en pocas horas a su casa en Toronto.

Thomson estaba siempre experimentando y era frecuente que jugara con los colores. A pesar de que pintó sólo durante seis años, muchos críticos reconocieron la calidad de su trabajo desde el comienzo y varias galerías del país abrieron sus puertas a sus lienzos.

Thomson era un joven aventurero y solitario, dedicabo en el verano a dirigir expediciones de pesca con turistas para obtener ingresos y en el invierno se trasladaba a una rústica cabaña para pintar las obras que después le darían fama.

El artista nunca llegó a ser formalmente miembro del Grupo de los Siete, pues falleció en forma misteriosa tres años antes de que sus colegas expusieran sus obras en forma conjunta.

El 8 de julio de 1917, Thomson salió con su canoa a navegar por un lago de la septentrional provincia de Ontario, como lo hacía todos los días, para realizar sus bocetos, pero esta vez no regresó.

Su cuerpo fue hallado tres días después, con una cuerda de pesca atada a una pierna y varias heridas de cuchillo en la cabeza.

Al morir dejó cerca de 550 bosquejos y 45 obras completas, todas pintadas entre 1991 y 1917, la mayoría de ellas paisajes.

”Su inspiración procedía de la naturaleza”, dijo el codirector de la Galería Nacional de Canadá, Charles Hill.

Algunas de las mejores obras de Thomson forman parte de la colección de la Galería Nacional y fueron compradas pocos meses antes de su muerte.

”Sin Tom, el norte del país parece una zona desolada de arbustos y rocas. Era un guía, un intérprete, y nosotros sus invitados”, escribió el pintor Alexander Young Jackson, uno de los fundadores del Grupo de los Siete.

”Es imposible tener una clara e infalible imagen de la personalidad de Thomson. Estamos muy lejos y la evidencia es muy pobre. En cierto sentido, Thomson se convirtió en una obra de arte. Se trata de interpretación”, dijo otro codirector de la Galería Nacional, Andrew Hunter. (FIN/IPS/tra- eng/mb/ml/rp/mj/cr/02

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