AMERICA DEL SUR: Plomo en las alas

El feriado bancario en Uruguay y la creciente inestabilidad en Brasil profundizaron esta semana la crisis en el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la incertidumbre en el resto de Sudamérica.

Uruguay, tradicionalmente considerado una isla de estabilidad en América Latina, parece cerca del cese de pagos, ya declarado por Argentina a fines de diciembre. Esa eventualidad, temen gobernantes y analistas, ahuyentaría los pocos capitales que aún llegan a América del Sur.

Uruguay, el nuevo caso crítico de América Latina, irá al ”default” (interrupción de pagos) si no obtiene de inmediato los 1.500 millones de dólares que gestiona ante Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional (FMI), coincidieron analistas.

”El futuro depende de lo que pase en estos días con las negociaciones del gobierno ante el FMI. Si la crisis bancaria se resuelve con estos fondos, Uruguay podrá resistir el resto del año”, dijo a IPS el economista uruguayo Nelson Noya, del Centro de Investigaciones Económicas.

Noya subrayó que el gobierno alcanzó el equilibrio fiscal gracias a programas de ajuste en los últimos meses. ”Hay apoyo externo para delimitar la crisis bancaria y la solvencia del Estado. Por este año no habrá cese de pagos”, aseguró el experto.

Pero Ramón Díaz, ex presidente del Banco Central y portavoz en Uruguay de la corriente económica liberal, advirtió esta semana que la ayuda del FMI será ”sólo un respiro” y hay grandes posibilidades de cese de pagos.

El economista en jefe del Banco Interamericano de Desarrollo en Washington, Eduardo Lora, dijo que si Uruguay se declarara incapaz de pagar sus deudas, ”los efectos sobre América Latina serían muy negativos, pues se agravaría la percepción de riesgo que tienen hoy los mercados internacionales ante la región”.

El gobierno de Uruguay decretó el martes la suspensión de todas las actividades financieras hasta el viernes inclusive, ante la imparable caída de las reservas monetarias del Banco Central, que pasaron de 3.100 millones de dólares en diciembre a apenas 655 millones a principios de esta semana.

El ministro de Economía, Alejandro Atchugarry, informó que 40 por ciento de los depósitos abandonaron el sistema financiero y anunció un proyecto de ley que, entre otras cosas, podría incluir la congelación de las colocaciones a plazo fijo en la banca pública.

La tensión popular por las últimas medidas estalló el jueves en Montevideo, cuando cientos de personas saquearon unos 15 comercios y se enfrentaron con la policía, repitiendo imágenes vistas meses atrás en Argentina.

Mientras, el derrumbe de la moneda brasileña, el real, que acumula una depreciación de 34 por ciento en lo que va de este año, puso en alerta a los países andinos, que perderán competitividad ante la producción brasileña.

El real alcanzó el miércoles su mínimo histórico de 3,47 por dólar, tras caer por siete días consecutivos, y arrastró así a otras monedas sudamericanas.

En Paraguay, donde aumentan la crisis productiva, el desempleo y la pobreza, el guaraní recuperó terreno el viernes, después de presentar la semana anterior una caída sin precedentes ante el dólar.

El gobierno paraguayo anunció que el lunes presentará una serie de proyectos ante el Congreso para efectuar una masiva reducción de gastos y aumentar impuestos, de modo de lograr un déficit fiscal cero el año próximo.

El propósito del Poder Ejecutivo es conseguir ”como sea” un crédito ”stand-by” del FMI por 200 millones de dólares, comentó este sábado el diario ABC Color.

El ministro de Hacienda, James Spalding, señaló que las proyectos del gobierno son impostergables, dada la fuerte crisis de los países del Mercosur.

En Colombia, la divisa estadounidense continuó esta semana una carrera al alza, pese a los esfuerzos del Banco de la República (central) para controlarlo, y llegó el martes a su máximo histórico de 2.645 pesos por cada dólar, para situarse el viernes en 2.500 por uno. El peso colombiano se depreció 15,4 por ciento en lo que va de este año.

El peso chileno y el nuevo sol de Perú llegaron también esta semana a sus mínimos del año, debido a la intranquilidad del mercado ante la debilidad del real y la crisis financiera en Uruguay.

Por su parte, Venezuela devaluó su moneda 77 por ciento desde diciembre de 2001.

Ecuador, que dolarizó su economía en 2000, sufre los efectos de las devaluaciones en el resto de la región.

”El país pierde competitividad frente a sus vecinos, mientras éstos la ganan debido a las devaluaciones”, dijo esta semana el analista Enrique Sierra al periódico ecuatoriano El Comercio.

En tanto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) corrigió a la baja su previsión sobre el desempeño económico latinoamericano en este año. La Cepal había previsto en abril un modesto crecimiento de 0,2 por ciento, pero el jueves dijo que el producto interno bruto de la región caerá 0,8 por ciento.

El Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, presenta la peor crisis desde su creación en 1991.

El intercambio entre sus cuatro integrantes retrocedió este año al nivel de 1994, cuando el bloque estrenó su área de libre comercio, según un estudio del economista argentino Juan Zabala, del Centro de Estudios Bonaerense.

Argentina, Brasil y Uruguay aguardan para la semana próxima la visita del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill.

O'Neill irritó a Brasil cuando dijo el domingo que Washington se opondría a conceder más ayuda financiera a los países del Cono Sur de América si no está seguro de que el dinero no acabará en ”cuentas de bancos suizos”.

El primer naufragio de la región fue el de Argentina, en diciembre de 2001. Ese mes se tuvo una la inmovilización de los depósitos bancarios, una ola de saqueos, la sanrgrienta represión de manifestaciones de protesta y la renuncia del presidente Fernando de la Rúa y de su sucesor, Adolfo Rodríguez Saa.

Rodríguez Saa sólo gobernó durante una semana, pero tuvo tiempo para declarar la moratoria de la deuda externa. Eduardo Duhalde, que instaló su gobierno el 1 de enero, acabó con el régimen de cambio fijo, con la consiguiente devaluación del peso.

Las exportaciones de Brasil a sus demás socios del Mercosur cayeron 58,6 por ciento en los primeros siete meses de este año, y ese país dejó de ser el principal destino de las exportaciones argentinas, posición que pasó a ser ubicada por la Unión Europea (UE), de acuerdo con la investigación de Zabala.

La UE anunció el viernes que dará un paquete de ayuda financiera al Mercosur de 200 millones de dólares para colaborar en los esfuerzos de la región a salir de la crisis.

”Lo que estamos haciendo hoy con este paquete es señalar nuestro apoyo y solidaridad con estos países en estos momentos difíciles”, dijo el portavoz de la UE, Michael Curtis.

Empresarios brasileños consideran que, de todas formas, este será un año perdido para el Mercosur.

”No da para ser optimista con el Mercosur en el segundo semestre, a pesar de las perspectivas del bloque se alcanzar acuerdos comerciales con México, Sudáfrica y la Comunidad Andina”, observó el presidente de la Asociación de Empresas Brasileñas para la Integración de Mercados, Michel Alaby.

”La prioridad de Brasil en este momento no es el Mercosur, y sí llegar a un acuerdo urgente con el FMI” para obtener un crédito por 10.000 millones de dólares, agregó Alaby. (FIN/IPS/rp/if/02

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