La FAO espera de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible un profundo cambio de la voluntad política de los países industrializados, para combatir con éxito el hambre que aflige a casi 800 millones de personas en todo el mundo.
El problema de fondo no es la falta de alimentos, sino su distribución, y el acceso a ellos de los sectores más pobres del planeta, según La agricultura en el mundo: Hacia 2015/2030, un estudio presentado este martes por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).
El subdirector general de la FAO, Hartwig de Haen, señaló que es necesario un mayor empeño político, más recursos y un cambio en las prioridades para mejorar el nivel de vida de los pobres.
En 2030 habrá recursos suficientes para alimentar a la creciente población del planeta, pero cientos de millones de habitantes de los países en desarrollo seguirán pasando hambre y persistirán muchos de los problemas ambientales causados por la agricultura, se predijo en el informe.
El documento fue dado a conocer en una conferencia de prensa en la sede de la FAO, en Roma, en vísperas de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible que se celebrará del 26 de este mes al 4 de septiembre en Johannesburgo, Sudáfrica.
La cumbre es iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y tiene el propósito de evaluar los avances logrados desde la Conferencia Mundial sobre Ambiente y Desarrollo, también llamada Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992.
Se cree que un centenar de jefes de Estado y de gobierno concurrirán a la reunión de Johannesburgo, pero entre ellos no se contarán el presidente de Estados Unidos, George W.Bush, ni el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi.
El crecimiento económico basado en la agricultura y en las actividades no agrícolas del medio rural es esencial para mejorar el nivel de vida de buena parte de los más de 1.100 millones de personas que en la actualidad viven en condiciones de pobreza extrema, dice el informe de FAO.
La mayoría de las personas pobres viven en zonas rurales. Promover el desarrollo agrícola y facilitar a los campesinos un acceso más adecuado a la tierra, al agua, al crédito, a la sanidad y a la educación, son medidas esenciales para mitigar la pobreza y el hambre.
El comercio internacional desempeña un papel fundamental a la hora de mejorar la seguridad alimentaria y una mayor liberalización del comercio agrícola potenciaría los ingresos. La FAO prevé que el déficit del comercio de productos agrícolas de los países en desarrollo aumente fuertemente hasta 2030.
El informe solicita una mayor apertura de los mercados de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la eliminación de los subsidios a la exportación de productos agrícolas y la reducción de aranceles a su importación.
Los beneficios de la globalización en materia de alimentos y agricultura podrían ser mayores que sus peligros y costes, según el informe. Por ejemplo, la globalización se ha traducido generalmente en progresos en la mitigación de la pobreza en Asia.
Pero también ha determinado al crecimiento de las empresas multinacionales de alimentación, cuyo poder puede perjudicae a los campesinos en muchos países, se agregó.
La población mundial pasará de 6.100 millones de personas en 2001 a 8.300 millones en 2030. Crecerá al promedio anual del 1,1 por ciento, un ritmo más lento de la media anual de 1,7 de los últimos 30 años.
Cada vez es mayor, además, el sector de población bien alimentado. En consecuencia, el aumento de la demanda mundial de productos agrícolas tendría que disminuir ulteriormente, pasando del promedio anual de 2,2 por ciento de los últimos 30 años a 1,5 por ciento anual hasta 2030.
En los países en desarrollo, el descenso será aún más fuerte, pasando del 3,7 por ciento anual de los 30 últimos años al promedio de dos por ciento hasta el 2030.
Se espera que el número de personas hambrientas en los países en desarrollo baje de los 777 millones de nuestros días hasta unos 440 millones en 2030, según la FAO. (FIN/IPS/jp/ff/dv/02