SALUD: Prevención versus terapia en conferencia del sida

Un estudio médico presentado en la 14 Conferencia Internacional del Sida, en curso en la ciudad española de Barcelona, demuestra que la inversión en terapia es rentable, incluso en pacientes con bajo nivel educativo.

Nueve proyectos piloto en siete países en desarrollo revelaron que los pobres, aun aquellos con muy escasa educación, son capaces de cumplir un estricto régimen de fármacos para el sida que mejore significativamente su calidad de vida, pese al escepticismo de muchos donantes.

Los proyectos fueron publicados por los grupos Médicos sin Fronteras (MSF) y Health GAP, en coincidencia con la conferencia de Barcelona.

El estudio, que abarcó a Sudáfrica, Malawi, Camerún, Kenia, Camboya, Tailandia y Guatemala, debería hacer que se vuelquen más recursos al tratamiento de las víctimas del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), instaron ambos grupos.

Las conclusiones del estudio están de acuerdo con la experiencia de Brasil, donde todos los pacientes de VIH/sida reciben los fármacos necesarios en forma gratuita y como resultado las muertes por esa enfermedad disminuyeron 54 por ciento entre 1995 y 1999.

La mayoría de los donantes se inclinan por las estrategias de prevención y no de tratamiento para detener al sida, que mató a unos tres millones de personas el año pasado y matará hasta 68 millones entre 2000 y 2020 en los 45 países más afectados, según proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Noventa y cinco por ciento de los 40 millones de personas con VIH/sida viven en países en desarrollo, y 70 por ciento en Africa subsahariana.

La cuestión de la terapia o la prevención es quizá el tema de mayor debate en la conferencia en curso en Barcelona.

La Organización Mundial de la Salud estimó que las drogas antirretrovirales llegan apenas a 230.000 de los seis millones de residentes de países de medianos y bajos ingresos que las necesitan.

En Africa subsahariana, sólo 36.000 personas reciben los medicamentos necesarios, según la ONU.

”Si, como médico, ignoro a una persona enferma que necesita atención en forma desesperada, soy responsable de malapraxis y puedo ser acusado de homicidio”, declaró Morten Rostrup, presidente del consejo internacional de MSF.

”Hoy y todos los días, más de 8.000 personas morirán de sida. Sin embargo, la comunidad internacional se niega a financiar una respuesta mundial adecuada. Nos enfrentamos nada menos que a un crimen contra la humanidad”, advirtió.

La ONU estableció el año pasado un Fondo Mundial para Combatir el Sida, la Tuberculosis y la Malaria. Los expertos estimaron que se precisarán entre 7.000 y 10.000 millones de dólares al año para frenar esas enfermedades, pero hasta ahora los donantes comprometieron apenas 2.000 millones.

El enorme déficit resultante intensificó la competencia por fondos entre los partidarios de estrategias de prevención del sida, como la promoción del uso de condones, cambios de conducta sexual, vacunas e investigación sobre microbicidas, y los que pretenden asignar una mayor proporción de los fondos al tratamiento de los pacientes.

Los defensores de la prevención arguyen que es mucho más barata que el tratamiento, porque éste se basa en costosas drogas antirretrovirales patentadas por laboratorios multinacionales occidentales.

Las estrategias de prevención cuestan cerca de 28 veces menos que las de tratamiento, aseguró un estudio publicado en la revista médica británica The Lancet.

Varios donantes, entre ellos la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), arguyeron que muchos pacientes con bajo nivel de educación, en particular en áreas rurales remotas, son incapaces de cumplir la estricta terapia y por lo tanto la inversión en tratamiento sería dinero desperdiciado.

MSF y Health GAP rechazaron esos argumentos, y su nuevo estudio, titulado ”Superando el déficit del tratamiento”, fortalece su causa.

MSF suministró terapia de bajo costo a unos 1.000 pacientes en etapas avanzadas de la enfermedad, y 95 por ciento de ellos realizaron su tratamiento de manera adecuada por un período de al menos seis meses.

De los 743 pacientes sometidos a un seguimiento más estricto, 93 por ciento no sólo estaban vivos al final del período sino que habían aumentado en promedio tres kilos y mejorado su estado general de salud.

”No nos sorprende que estos pacientes vivan más; después de todo, sabemos que estos medicamentos son eficaces”, declaró Jean- Michel Tassie, un médico de MSF que ayudó a organizar los proyectos.

”Confiábamos que en que esas personas podrían ser constantes en su tratamiento, aunque otros expresaron escepticismo, pero de todas formas fue muy satisfactorio ver cómo cumplían con sus consultas en la clínica y tomaban sus medicamentos adecuadamente”, manifestó.

MSF anunció que los proyectos piloto serán ampliados, pero la comunidad donante deberá proveer más fondos para ese esfuerzo.

Para aumentar la rentabilidad de la terapia, MSF y Health GAP exhortaron a ampliar el uso de drogas genéricas, en oposición a las patentadas por compañías farmacéuticas multinacionales.

Los grandes laboratorios sólo rebajaron los precios que cobraban a los países pobres por sus fármacos cuando se vieron amenazados por la competencia de los medicamentos genéricos, señalaron ambos grupos. (FIN/IPS/tra-en/jl/aa/mlm/he-dv/02

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