SALUD: Optimismo ante el sida carece de fundamento, según ONU

La reducción de la pandemia de sida es sólo un mito pues la enfermedad continúa expandiéndose con rapidez en todo el mundo, advirtió este martes la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Si el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, sigue su curso natural ”causará devastación a niveles sin precedentes”, aseguró un estudio del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/Sida (Onusida).

Mientras, la comunidad internacional toma medidas para derrotar a la enfermedad, que mató a más de 20 millones de personas desde su detección en 1981.

Un aumento de los fondos destinados a estos programas podría multilicar sus efectos positivos, indica el ”Informe sobre la Epidemia Mundial de VIH/Sida, 2002”.

Cuarenta millones de personas son portadoras de VIH en todo el mundo, según el informe.

Las cifras presentadas por el estudio derriban varios mitos sobre la pandemia. Por ejemplo, el concepto de que la enfermedad llegará a un nivel de ”saturación” más allá del cual su incidencia descenderá naturalmente no es correcta, aseveró el director ejecutivo de Onusida, Peter Piot.

La comprobación del avance sostenido del flagelo ”es el primero y quizás más sorprendente descubrimiento del estudio, y la principal preocupación”, dijo Piot a la prensa.

En las décadas futuras, la ”destrucción sin precedentes” causada por el VIH en los últimos 20 años se multiplicará si los países no hacen lo necesario para detenerla, agregó.

”Las naciones con epidemias aceleradas deben moverse rápidamente para adoptar respuestas que en otros países resultaron exitosas y lograron revertir la situación”, recomendó Piot.

El informe sostiene que la crisis del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) supera ahora los peores escenarios imaginados una década atrás.

”Docenas de países afrontan serias epidemias de VIH/sida y muchos más están a punto de ingresar en esa situación”, advierte el estudio.

Onusida presentó argumentos para rebatir varias creencias sobre la expansión mundial de la enfermedad, sobre todo en Africa y Asia.

En Africa meridional, la incidencia del VIH no llegó a su ”saturación natural”. Por el contrario, los índices de infección siguen aumentando, y, en algunas partes, el virus afecta a más de 40 por ciento de las embarazadas.

En Africa occidental, la ”estabilidad aparente” en niveles más bajos resultó ser una ”ilusión”, y el número de infecciones continuó subiendo.

El informe contradice además el supuesto de que partes de Asia son inmunes al virus del sida. Indonesia, que había sido escasamente afectada, se enfrenta ahora con una creciente epidemia, con 120.000 infectados entre sus 200 millones de habitantes.

En Europa oriental y Asia central, la creencia de que la epidemia quedaría confinada a grupos marginales como los adictos a drogas endovenosas se ha convertido en ”la peor expresión de deseos”.

La falta de acción demostró ser un ”error fatal”, pero nunca hubo evidencias más concluyentes sobre los resultados positivos de los programas contra el sida.

Camboya, por ejemplo, logró reducir la infección a través del combate contra las conductas riesgosas asociadas a la transmisión del virus, como las relaciones sexuales sin preservativo o el uso de drogas intravenosas. Entre 1997 y 2000, la tasa de infección en embarazadas cayó casi un tercio.

Brasil fue destacado como ejemplo de la integración de una atención amplia y un compromiso renovado con la prevención.

En Africa, los esfuerzos de las autoridades de Zambia tuvieron resultados positivos, a través de proyectos de prevención entre jóvenes y con la participación de empresarios, agricultores, centros educativos y organizaciones religiosas.

A pesar de estos éxitos, la lucha mundial contra la pandemia afronta enormes desafíos.

La incapacidad de controlar el sida es una señal de desarrollo desigual y de malos gobiernos. La disparidad de ingresos, la desigualdad de género, la migración laboral, las guerras y el movimiento de refugiados promueven la expansión del VIH, indica el estudio.

Así mismo, el informe sostiene que la brecha entre necesidades y financiación es uno de los mayores obstáculos en la lucha por el control de la pandemia.

Este año, los fondos asignados a programas relacionados con el VIH/sida —la mayor parte procedentes de la asistencia internacional— alcanzarían unos 2.800 millones de dólares.

Pero la ONU estima que las necesidades mundiales sólo pueden cubrirse con entre 7.000 y 10.000 millones de dólares anuales, y que, para revertir la pandemia, ese aporte financiero debe sostenerse durante al menos una década.

La ONU inauguró en enero el Fondo Global de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria con el objetivo de destinar unos 13.000 millones de dólares anuales a la causa. De esta cifra, unos 10.000 millones de dólares se asignarían a la lucha contra la pandemia.

Sin embargo, el Fondo Global sólo recibió hasta mayo promesas de donaciones por unos 2.000 millones de dólares. (FIN/IPS/tra- en/td/ml/lp/mj/he/02

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