La Organización Mundial de la Salud (OMS) divulgó una información científica básica para los programas nacionales de lucha contra el cáncer y ofreció orientaciones para enfrentar un mal que ataca a más de 20 millones de personas en el mundo.
Con los conocimientos actuales sobre las causas del cáncer y los medios de controlarlo es posible prevenir al menos un tercio de los 10 millones de casos que aparecen anualmente, dijo la directora de la OMS, Gro Harlem Brundtland.
Los medios de prevención son, por ejemplo, el control del consumo de tabaco y alcohol, la moderación en el régimen alimenticio y la vacunación contra la hepatitis viral B.
El tabaco, la más importante causa individual prevenible, es responsable de aproximadamente 30 por ciento de las defunciones por cáncer en los países industrializados, y de una proporción en rápido aumento en las naciones en desarrollo y en las comunidades desfavorecidas, señaló Brundtland.
Los programas nacionales de lucha contra el cáncer que promueve la OMS son planes de salud pública concebidos para reducir la incidencia del mal y la mortalidad que ocasiona.
Al mismo tiempo, están destinados a mejorar la calidad de vida de los enfermos mediante la aplicación sistemática y equitativa de estrategias basadas en pruebas científicas.
Las estrategias propuestas por la OMS contra el cáncer comprenden la prevención, la detección precoz, el diagnóstico, el tratamiento y la mitigación del sufrimiento, así como el empleo óptimo de los recursos disponibles.
La OMS distribuyó este lunes en Oslo y en su sede de Ginebra, un documento de 200 paáginas titulado Programas nacionales de lucha contra el cáncer. Directrices sobre política y gestión.
Cecilia Sepúlveda, coordinadora del Programa de Lucha contra el Cáncer en la OMS, advirtió que esos planes exigen en cada país voluntad y compromiso político y la colaboración entre las principales organizaciones nacionales.
Otros requisitos, dijo la especialista, son los procesos de participación en la elaboración de los programas, la evaluación crítica de las pruebas científicas y de los gastos que demandan los programas propuestos, y un enfoque orientado a potenciar el máximo resultado al que se aspira, que es la reducción de la mortalidad causada por el mal.
La OMS promete colaboración con los países que se decidan a elaborar o revisar sus programas nacionales de lucha contra el cáncer.
Aunque muchos estados miembros de la OMS reconocen la necesidad de programas de lucha contra el cáncer, son pocos los países industrializados y menos aún los del Sur que han creado esa clase de planes.
Brundtland aseguró en Oslo que, sea cual fuere la limitación de los recursos a emplearse, un programa nacional de lucha contra el cáncer bien concebido y administrado permite reducir la incidencia de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los afectados.
En el tratamiento del cáncer se han logrado importantes progresos científicos. El conocimiento cada vez mayor de los signos y síntomas de la enfermedad es importante para facilitar su detección precoz.
El cribado de individuos aparentemente sanos permite revelar la presencia de cáncer en las fases iniciales o precursoras, cuando el tratamiento puede ser más eficaz.
Sin embargo, con demasiada frecuencia se utilizan los limitados recursos disponibles para tratar a pacientes que, con la enfermedad ya avanzada, no se benefician verdaderamente del tratamiento, lamentó la directora de la OMS.
El cáncer ha sido considerado frecuentemente un problema de los países industriales. Sin embargo, más de la mitad del total de casos corresponde a las naciones en desarrollo.
De los 10 millones anuales de casos nuevos de cáncer, 4,7 millones se registran en los países industrializados y casi 5,5 en los del Sur.
El cáncer ocasiona en la actualidad 12 por ciento de las defunciones en el mundo. Dentro de unos 20 años, la cantidad anual de decesos por el cáncer pasará de seis millones a 10 millones.
El documento de la OMS precisa que el término cáncer se aplica a más de un centenar de enfermedades diferentes entre las que figuran tumores malignos de distintas localizaciones (mama, cuello uterino, próstata, estómago, colon/recto, pulmón, boca y otras).
La denominación abarca también la leucemia, el sarcoma óseo, la enfermedad de Hodkin y los linfomas no hodgkinianos.
El rasgo común a todas las formas de cáncer es la inoperancia de los mecanismos que regulan normalmente el crecimiento, la proliferación y la muerte de las células.
El tumor resultante, que comienza como anomalía leve, pasa a ser grave, invade tejidos vecinos y finalmente se propagara a otras partes del cuerpo.
El tratamiento, recuerda la OMS, puede consistir en cirugía, radioterapia, quimioterapia, hormonoterapia, o alguna combinación de esas posibilidades terapéuticas.
La institución recomienda que al comienzo, sobre todo en los países en desarrollo, se otorgue prioridad a la preparación de directrices nacionales de diagnóstico y tratamiento.
Esas orientaciones deben fomentar el aprovechamiento racional de los recursos disponibles y una mayor igualdad de acceso a los servicios de tratamiento.
El documento de la OMS concede especial importancia a los cuidados paliativos, que permiten mejorar la calidad de vida de los enfermos y de sus familiares, afectados por los problemas derivados de una enfermedad que amenaza la vida.
Los cuidados paliativos, explica, previenen y alivian el sufrimiento mediante la pronta identificación y la evaluación y el tratamiento preciso de los dolores y otros problemas de orden físico, psicosocial y espiritual.
Brundtland manifestó su esperanza de que el documento de la OMS contribuya a poner fin al aislamiento y desesperación de los enfermos de cáncer y, por otra parte, a fortalecer las alternativas nacionales de lucha contra el cáncer. (FIN/IPS/pc/ff/he/02