RELIGION-MEXICO: Escaso apego a futuro santo indígena

La próxima canonización en México del indígena Juan Diego, cuya imagen presenta rasgos europeos, no ha menguado la polémica incluso dentro de la Iglesia Católica y los nativos no le encuentran significado a un acto que no incidirá en su paupérrima situación.

La ceremonia de santificación que llevará a cabo el 31 de este mes el papa Juan Pablo II es un acción de fe que no modificará en nada la vida de los indígenas, señaló el obispo de la diócesis de la septentrional zona indígena de Tarahumara, José Dibildox.

El prelado aseguró que, aunque se eleve a Juan Diego a la categoría de santo, lo cierto es que la situación de los nativos importa poco y es desconocida en su dimensión real por el Vaticano.

”Yo creo que nosotros somos más objeto que sujeto de esta canonización”, declaró a IPS el escritor indígena nahua Fortino Rosas.

Son pocos los indígenas que entienden qué significa la canonización de Juan Diego, pero además la devoción a este personaje es mínima, apuntó Rosas.

En México existen unos 10 millones de indígenas, la mayoría de los cuales son católico, pero al igual que en otros países de América Latina son uno de los grupos sociales más pobres.

La Iglesia Católica mexicana dispuso que sea una familia indígena la que dé la bienvenida a México a Juan Pablo II el día 30 por la noche.

En el acto de canonización de Juan Diego, a realizarse en la basílica de la Virgen de Guadalupe, grupos de nativos escogidos por la Iglesia local tendrán una presencia importante.

Una investigación realizada por la Iglesia Católica indicó que la madre de Jesús se le apareció varias veces al indígena Juan Diego en 1531 y en una de ellas impregnó su imagen de forma milagrosa en una tela, que desde hace al menos un siglo es el centro de la devoción de los católicos mexicanos.

Sin embargo, diversos estudiosos de la historia y hasta religiosos, a quienes el Vaticano llegó a amenazar con la excomunión, sostienen que Juan Diego nunca existió y que la imagen de la Virgen de Guadalupe fue pintada por nativos.

El mito de Juan Diego fue creado para ayudar a la conversión de los indígenas al catolicismo, aseveran varios historiadores.

La canonización está dedicada a las indígenas por su fe y devoción a Juan Diego y a la Virgen María, declaró el obispo primado de México, Norberto Ribera.

En esta visita de tres días a México el Papa, la quinta que realiza a este país en sus 24 años de gestión, beatificará además a los indígenas Juan Bautista y Jacinto de los Angeles, muertos en 1700.

La Iglesia Católica de México, donde ningún obispo es indígena y muy pocos de ellos hablan alguna lengua vernácula, dio a conocer la imagen oficial del santo y, contrariamente a lo que muchos esperaban, se trata de un hombre moreno, pero barbado y con claros rasgos europeos.

Además, la canonización se concreta mientras el Vaticano mantiene su negativa a levantar la prohibición para nombrar diáconos entre los nativos impuesta en febrero de 2001 a la diócesis de San Cristóbal de las Casas, en el meridional estado de Chiapas, donde viven más de un millón de indígenas.

La jerarquía católica justifica su actitud en que los diáconos indígenas, promovidos por el ex obispo de Chiapas, Samuel Ruiz, no parecen tener una formación sólida y equilibrada.

Mientras, el Vaticano pretende que la canonización de Juan Diego represente un beneficio y un reconocimiento a la religiosidad de los indígenas, pero es contradictorio que la imagen del santo sea la de un europeo y que además se frene al diaconado indígena, opinó Elio Masferrer, investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

Otros antropólogos locales indican que, dentro de la religiosidad de los nativos, el nuevo santo es un personaje marginal y siempre subordinado a la Virgen de Guadalupe.

El Papa canonizará a Juan Diego quizá en un intento de reposicionarse frente a los indígenas, que son hoy tentados continuamente a sumarse a otras religiones e iglesias, opinó Fortino Rosas.

Por su parte, el obispo de San Cristóbal, Felipe Arizmendi, expresó su deseo de que la canonización y beatificación de indígenas mexicanos impulse el reconocimiento ”de la dignidad y los derechos de los pueblos indios, con una valoración evangélica de su cultura”.

Su par de la zona Tarahumara, José Dibildox, espera en cambio que la canonización sirva ”por lo menos” para acercar al Vaticano hacia los indígenas.

El obispo de la ciudad de Saltillo, Raúl Vera, consideró que la canonización de Juan Diego, el primer santo indígena de América Latina, ”debe llevar a reflexionar sobre el trato indigno que se da a las etnias en el país”.

En México, la esperanza de vida de los indígenas es de 69 años, cuando el promedio nacional es de 74, mientras la mortalidad infantil entre los niños nativos es superior en 58 por ciento a la media nacional. (FIN/IPS/dc/dm/cr/02

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